La experta Marta León (Captura).

La experta Marta León (Captura). YouTube

Salud y Bienestar

Marta León, experta en digestión, lo deja claro: "Beber mucha agua durante la comida altera tu microbiota"

Beber mucha agua al comer no es tan inocente: Marta León advierte que puede alterar la microbiota y causar hinchazón, gases y digestiones lentas.

Más información: Dolores de la Puerta, experta en flora intestinal: "La clave para tener una microbiota sana está en estos alimentos"

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En una sociedad actual en la que ya hemos adoptado hábitos alimentarios adaptados al ritmo de vida que se mantiene en nuestros tiempos, en los que parece no haber tiempo para nada, comemos con prisa y terminamos nuestras comidas en cuestión de minutos.

A ello hay que sumar que en muchos de los casos se ve la televisión mientras comemos o revisamos nuestro smartphone, todos ellos hábitos que no se consideran buenos para la salud, pero hay otro que parece inofensivo, pero que puede tener un gran impacto.

La experta en digestión Marta León ha compartido a través del podcast Tiene Sentido los que son dos hábitos que aparentemente son inofensivos, pero que pueden llegar a provocar problemas digestivos como hinchazón, gases o fatiga tras las comidas.

El agua puede alterar la microbiota

Uno de ellos tiene que ver con el hecho de beber grandes cantidades de agua durante las comidas, lo que podría ser visto como un hábito saludable, pero que realmente hace que se diluyan los jugos gástricos, tal y como recalca la experta.

“Si nosotras bebemos agua, estamos diluyendo esa acidez, estamos diluyendo esos jugos gástricos”, explica, recalcando que si se diluyen esos jugos gástricos se puede llevar a una hipoclorhidria, que es una situación de baja acidez.

Esa baja acidez hace que las digestiones sean más lentas, de forma que se prolongarán durante más tiempo y sean menos eficientes, con lo que ello supone para nuestro organismo, de manera que beber mucha agua puede alterar la microbiota.

La hipoclorhidria es una condición por la cual el estómago no produce suficiente ácido clorhídrico, que es esencial para la digestión de los alimentos y la absorción de determinados nutrientes. Al no tener suficiente acidez, la digestión se vuelve menos eficaz.

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Beber durante la comida o empezar con pan… suena inofensivo, pero puede estar saboteando tu digestión. ¿La solución? Dos cambios tan simples que te vas a preguntar por qué nadie te lo dijo antes. Si quieres ver la entrevista completa, sigue el enlace del perfil ➡️

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Al producirse esta, se permite que los fragmentos de los alimentos fermenten en el intestino, lo que genera inflamación abdominal, gases y malestar. Aunque puede parecer algo no demasiado importante, beber mucha agua puede alterar el ácido del estómago.

Cuando lo hace, afecta de forma significativa a la microbiota intestinal, por lo que Marta León recomienda beber solo un poco durante la comida, lo suficiente para favorecer el paso de los alimentos.

No empezar la comida con pan

El segundo de los hábitos sobre los que la experta en digestión pone el foco es el de iniciar la comida con pan, una costumbre muy común en nuestra sociedad. En su opinión, lo ideal es empezar con vegetales ricos en fibra que nutran la microbiota intestinal y ayuden a generar mayor saciedad.

Marta León asegura que “el pan se puede comer después, pero que no sea el principio”, ya que lo que se debe buscar es que lo primero que reciba la microbiota del intestino sea una fibra prebiótica que la ayude tanto a hidratarla como a fabricar enzimas digestivas.

Su planteamiento está respaldado por la ciencia, puesto que, al consumir primero un alimento rico en hidratos de carbono simples, el cuerpo absorbe con mayor rapidez la glucosa, lo que puede generar picos de insulina.

En cambio, si se empieza con verduras ricas en fibra, se ralentizará la digestión de los azúcares que vienen luego, como puede ser el propio pan, explica la experta en digestión para evitar malestares tras las comidas.

Con solo tener en cuenta estos pequeños hábitos, se puede conseguir tener un impacto notable sobre el organismo, especialmente en el caso de mujeres que tratan de mejorar su metabolismo y combatir la inflamación o regular el azúcar en sangre.

De hecho, la propia Marta León recalca que es ideal para las mujeres que están en una prediabetes, diabetes o que han cogido algo de peso y quieren controlar el tema. En todo caso, insiste en la importancia de siempre saber escuchar al cuerpo en busca de un mayor bienestar.

¿Por qué es tan importante la microbiota?

La microbiota intestinal es el nombre que recibe una población de 100 billones de microorganismos que habitan en nuestros intestinos y que para los expertos es un órgano más, pues desempeña funciones indispensables para nuestro organismo.

Esta ayuda a la hora de combatir las agresiones de otros microorganismos, manteniendo la integridad de la mucosa intestinal. Desempeña un papel importante en el sistema inmune, actuando como efecto barrera.

Por otro lado, ayuda al cuerpo a metabolizar ciertos alimentos que el estómago y el intestino delgado no son capaces de digerir por ellos mismos. De esta forma, ayuda a la producción de ciertas vitaminas y aminoácidos, incluidas las vitaminas B y K.

Cada persona tiene una microbiota única, pero al mismo tiempo modificable según el estilo de vida. A partir de los 60 años de edad, su diversidad empieza a caer y variar de manera considerable entre las personas.

Es muy importante para prevenir y luchar contra distintas enfermedades, por lo que es imprescindible tratar de cuidarla, para lo que hay que seguir una alimentación variada y equilibrada, basada principalmente en alimentos de origen vegetal.

Tiene que ser ajustada en alimentos de origen animal y limitada en alimentos procesados ricos en sal, grasa y/o azúcares. Además, existen algunos alimentos especialmente beneficiosos para ello, como son los alimentos prebióticos y probióticos.

De esta forma, cuidar la microbiota intestinal es fundamental para poder disfrutar de un buen estado de salud y al mismo tiempo prevenir distintas enfermedades crónicas, mientras también se refuerza el sistema inmunitario.