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Sandra Ortonobes, biomédica: "Nunca laves el pollo crudo antes de cocinarlo. El agua puede esparcir las bacterias"
A pesar de que muchas personas lo realicen con la intención de limpiarlo, lavar el pollo favorece la propagación de bacterias como la Salmonella.
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La carne de pollo es la carne fresca más consumida en los hogares de España. Según los datos, los españoles consumen alrededor de 12 kilogramos por persona al año, una cifra que ha ido aumentando en los últimos años.
Entre los motivos de esta popularidad encontramos su increíble perfil nutricional, su bajo coste y su increíble versatilidad. Unas características que podemos llegar a duplicar si optamos por el pollo entero.
Sin embargo, a pesar de los beneficios que supone comprar el pollo entero, cometemos un gran error cuando lo consumimos y es lavarlo antes de cocinarlo. Según la biomédica Sandra Ortonobes, "esa simple acción puede esparcir sus bacterias".
Por qué no deberíamos lavar el pollo antes de cocinarlo
De acuerdo con los carniceros, el pollo entero es una de las mejores opciones para comprar en el mercado. De él, podemos sacar una variedad de platos y ahorrarnos una cantidad significativa de dinero en comparación con comprar las partes separadas.
Sin embargo, y a pesar de sus beneficios, comprar un pollo entero puede tener desafíos. Cortarlo correctamente puede ser difícil la primera vez y, a la hora de cocinarlo, tendemos a cometer el error de lavarlo antes.
Esta costumbre es algo de lo que ya llevan años alertando los expertos, como la Agencia de Normas Alimentarias de Reino Unido (FSA por sus siglas en inglés).
A pesar de que muchas personas lo realicen con la intención de limpiarlo o eliminar impurezas, este hábito favorece la propagación de bacterias peligrosas.
"Al lavar el pollo crudo bajo el grifo, el agua salpica en todas las direcciones y puede esparcir esas bacterias por la encimera, los utensilios o, incluso, otros alimentos que tengas cerca", explica la biomédica Sandra Ortonobes.
La FSA avisó hace tiempo que lavar el pollo antes de cocinarlo aumenta el riesgo de propagación de la bacteria Campylobacter en las manos, las superficies de trabajo, la ropa y utensilios de cocina por la salpicadura de gotas de agua. Además, también se puede propagar la Salmonella.
Estas dos bacterias son responsables de numerosas infecciones intestinales que pueden tener consecuencias graves, sobre todo en niños pequeños, personas mayores, mujeres embarazadas y personas con sistemas inmunológicos debilitados.
Pero, entonces, si lavar el pollo no lo limpia y no elimina las bacterias, ¿qué podemos hacer? Simplemente, cocinarlo.
La cocción del pollo a la temperatura adecuada mata las bacterias presentes en él, haciéndolo seguro para comer.
En este sentido, la temperatura interna del pollo debe alcanzar al menos 74 °C para eliminar la mayoría de los microorganismos dañinos.