Imagen de archivo de yogures.

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Salud y Bienestar

El aviso de la nutricionista Letizia Zoé sobre los yogures de proteínas: "Los de sabores no son tan saludables"

Hay dos componentes de los yogures proteicos de sabores que preocupan a los expertos y podrían evitarse sin afectar el sabor final.

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Los yogures son uno de los productos más valorados en el mundo de los lácteos. Ya sea para tomar en el desayuno, como postre o a la hora de la merienda, es un alimento fácil de comer y que gusta prácticamente a todo el mundo. Todo ello, añadido a los beneficios que pueden aportar muchos de ellos: contienen proteínas muy útiles, una mayor digestibilidad, así como vitaminas y minerales esenciales.

En los últimos años, esta popularidad ha dado lugar a que este producto lácteo evolucione al son que marcan los tiempos y las tendencias, por lo que hoy en día es posible encontrar una amplia gama de variedades: naturales, azucarados, de sabores, con frutas, líquidos, etc. Incluso, versiones con un mayor contenido de proteínas.

Son estos últimos los que se han convertido en un éxito en ventas, tanto, que del mismo formato se puede disfrutar en diferentes sabores. Yogures de proteínas de chocolate, de limón, de fresa o de mango, entre otros. Sin embargo, a pesar de su atractivo, los expertos como Letizia Zoé desaconsejan estos últimos y, en cambio, recomiendan optar por los naturales. Es decir, sin sabores añadidos.

La recomendación de la experta

Los yogures proteicos se han convertido en la opción favorita de miles de personas, especialmente deportistas, que buscan obtener una serie de beneficios como regular los niveles de azúcar, favorecer una pérdida de peso y contribuir a la formación y mantenimiento de la masa muscular.

Tal y como su nombre indica, este alimento tiene mayor contenido proteico que un yogur convencional, la mayoría entre 10-12 gramos de proteína por cada 100 gramos de yogur. Es decir, aproximadamente el doble de proteínas que uno al uso de supermercado. No hay margen de error cuando hablamos de un producto que solo contiene leche y fermentos lácteos, sin añadidos que puedan comprometer su perfil nutricional.

Sin embargo, según la experta Letizia Zoé, la situación cambia cuando se analizan los yogures proteicos de sabores, donde la lista de ingredientes empieza a extenderse y aparecen elementos que, si bien no siempre son perjudiciales, sí generan dudas en cuanto a su necesidad y aportes.

En estas versiones de sabores, además de la leche y el agua, se añaden frutas para dar el sabor correspondiente, junto con espesantes y texturizantes que mejoran la consistencia. También encontramos edulcorantes que buscan reducir el contenido de azúcar sin comprometer el dulzor. Hasta aquí, dentro de lo esperado. No obstante, hay dos componentes que ensombrecen un poco la imagen de estos yogures: el colorante antocianina y la fructosa.

Las antocianinas, presentes de forma natural en muchas frutas y verduras, se emplean en la industria alimentaria para dar color a los productos sin recurrir a colorantes artificiales. Aunque su origen es natural, en los últimos tiempos se han generado debates sobre su seguridad en ciertos contextos, especialmente cuando se aíslan y se emplean como aditivos.

No es que sean necesariamente perjudiciales, pero su presencia en un producto como el yogur proteico con sabor plantea la cuestión de si realmente es un ingrediente imprescindible o simplemente una estrategia para mejorar la apariencia del producto.

Por otro lado, la fructosa es un punto aún más discutible. Si ya se incorpora fruta y edulcorantes en la fórmula, añadir fructosa resulta innecesario. Este azúcar, aunque presente de forma natural en las frutas, en cantidades añadidas y aisladas, puede no ser la mejor opción, especialmente para aquellos que buscan evitar un exceso de azúcares libres en su alimentación.

Su inclusión en algunos sabores de yogur proteico podría haberse evitado sin afectar el sabor final, y aquí es donde estos productos pierden parte de su atractivo para quienes prefieren ingredientes mínimos y bien justificados, según explica la nutricionista.

Es cierto que no todos los yogures proteicos de sabores llevan la misma cantidad de azúcar y que algunos mantienen un perfil más equilibrado que otros. En esos casos, habría que mirar la etiqueta para asegurarnos de elegir aquel que menos sustancia cristalina contenga, si es que lo que buscamos es la opción más limpia y natural posible.

En cualquiera de los casos, la experta recomienda el yogur proteico natural (sin sabores) como la mejor opción de supermercado. Si queremos algún sabor o textura, podemos añadirle nosotros mismos la fruta o el chocolate. 

Agregar fruta fresca, un poco de cacao puro o incluso frutos secos es una forma más controlada y saludable de darle sabor sin comprometer su calidad nutricional. Aunque los yogures proteicos con sabores pueden ser una opción cómoda y relativamente buena, siempre es recomendable revisar su composición y optar por la versión más sencilla cuando el objetivo es evitar ingredientes prescindibles.