Una ecografía a tiempo podría evitar que tu hijo sufra cojera.

Una ecografía a tiempo podría evitar que tu hijo sufra cojera. iStock

Salud y Bienestar

Una ecografía a tiempo puede evitar que tu hijo sufra cojera

La displasia de cadera es una malformación que provoca problemas motores y afecta cinco veces más a las mujeres. 

15 mayo, 2022 01:47

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Una de las principales preocupaciones de los padres cuando tienen un hijo es que nazca sano. Pero hay enfermedades o alteraciones que son difíciles de identificar. La displasia de cadera, que provoca cojera a largo plazo, es una de ellas.

El pediatra Luis Ortiz González, vocal de Medicina Privada por Cuenta Propia en el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de la Provincia de Badajoz (ICOMBA), explica qué es la displasia de cadera (DC).

“Se trata de una alteración en el desarrollo y en la relación anatómica de los componentes de la articulación de la cadera durante todo su periodo de formación. Comienza entre las semanas 8 y 11 de gestación y se prolonga hasta la pubertad como consecuencia de su inestabilidad”.

Antes conocida como luxación congénita de cadera, la displasia de cadera es una malformación que presentan algunos bebés debido al desarrollo anormal de la articulación que une la cabeza del fémur con el hueso de la pelvis. Al no encajar correctamente puede dar lugar a cojera a largo plazo.

Su presencia conduce a una destrucción rápida de su función “con artrosis precoz de la misma y la necesidad de tratamiento quirúrgico complejo y costoso. En cambio, el diagnóstico y el tratamiento precoz producen diagnóstico y el tratamiento precoz produce reconversión rápida de las alteraciones y una normalización articular que se mantiene en el tiempo”.

Se estima que la displasia afecta a entre el 1 y el 3% de los bebés recién nacidos. El doctor Ortiz explica que la incidencia varía entre las series publicadas debido a distintos criterios de inclusión de los distintos trabajos, la edad de los pacientes en el momento del estudio y otros factores genéticos, como las diferencias raciales.

Es cinco veces más frecuente en mujeres y en un 10-20% de los casos existen antecedentes familiares. Es 12 veces más frecuente en familiares de primer grado de consanguinidad.

Diagnóstico precoz

“Debido a las importantes consecuencias de la patología, la DC requiere un diagnóstico precoz y eficaz. El objetivo fundamental del tratamiento es el diagnóstico precoz para conseguir una curación casi anatómica. Iniciarlo después del primer trimestre de la vida solo consigue la curación completa en dos de cada tres casos”.

El problema principal de la enfermedad es que los padres pueden no observar nada anormal a su bebé en los primeros meses de vida. Aunque, entre los signos que se pudieran detectar se encuentran:

  • El miembro inferior puede parecer más corto del lado de la cadera afectada.
  • El muslo del lado afectado puede estar más girado hacia afuera.
  • Los pliegues en la piel del muslo o glúteos pueden ser asimétricos.
  • El espacio entre las piernas puede parecer más ancho de lo normal.

El doctor Ortiz explica que el 50% de la patología de la cadera es asintomática y, por ello, la displasia puede no ser detectada por el examen físico. “Por ello es tan importante la realización de la ecografía de cadera del lactante entre las semanas 4 y 8 de vida”.

Podemos estar ante una displasia de cadera y no diagnosticarla si no se realiza la ecografía, que es “una técnica accesible, barata, rápida e inocua, sin radiaciones ionizantes, como ocurre con las radiografías”.

En España, aún no se hace screening (cribado) universal a todos los niños para detectar esta alteración ortopédica, a diferencia de otros países europeos como Austria, donde se introdujo en 1992, en Alemania en 1996 y en Suiza en 1997.

Pero sí se recomienda un cribado a los pacientes con dos o más factores de riesgo y una exploración física exhaustiva para la detección de displasias en pacientes sin factores de riesgo.

Origen desconocido

El origen de la displasia de cadera aún no se conoce con exactitud, aunque se han identificado varios factores de riesgo: genéticos, predominio familiar y asociado a otras malformaciones; hormonales, predominio en mujeres; y mecánicos, presentación de nalgas, primer parto, parto prolongado o gemelar.

La patología provoca cambios anatómicos que dan lugar a una artrosis precoz en edades tempranas. Actualmente, constituye la segunda causa de reemplazo de cadera en el adulto joven, después de la artritis idiopática juvenil.

Actualmente, la DC se puede tratar con un tratamiento ortopédico, con arnés si se diagnostica precozmente, y con tratamiento quirúrgico si no es así.

El tratamiento precoz revierte la displasia de forma definitiva. El tratamiento tardío conlleva multitud de actuaciones médicas, entre ellas las quirúrgicas, a veces con resultados no del todo satisfactorios.