Las dos reinas, con joyas del lote de pasar.
Los lazos que unen a Letizia con la reina Victoria Eugenia: la moda, las joyas de pasar y una nueva visión de la Corona
Las dos consortes españolas transformaron, cada una a su manera y en su época, la corte, modernizándola y dando prioridad a las causas sociales.
Más información: La historia de Victoria Eugenia, la reina que cambió la corte de Alfonso XIII, enterró a dos hijos y legó las joyas de pasar
Han pasado 56 años de su muerte, pero su figura está más de actualidad que nunca. Pronto se estrenará una serie de televisión sobre ella en TVE y, además, la Galería de las Colecciones Reales inaugura el 2 de diciembre una muestra retrospectiva monográfica que explora su vida a través de 350 piezas. Sí, 2025 es el año de la reina Victoria Eugenia, una figura clave de la monarquía española que, pese a la distancia temporal que las separa, tiene mucho en común con Letizia.
En principio podría pensarse que son muy distintas, debido a sus orígenes: Ena, como la llamaban familiarmente, era nieta de Victoria del Reino Unido, y la actual consorte española es plebeya, la primera en la corte de hecho. Sin embargo, ninguna de las dos estaba destinada a llevar la corona y ambas lo hicieron, protagonizando, además, importantes cambios en la institución.
Desgranando la historia de la royal británica nacida en 1887 en el Castillo de Balmoral (Escocia) encontramos coincidencias llamativas. Victoria Eugenia llegó a la corona española tras su matrimonio con Alfonso XIII, con quien se casó en 1906. Aquella época era convulsa en el país, con un ambiente político inestable y una creciente desconfianza hacia la monarquía.
Victoria Eugenia, con la tiara Flor de Lis, del lote de pasar, en su boda con Alfonso XIII. Getty
El atentado que sufrió la carroza real el día del enlace, que provocó más de 20 muertos, es un claro ejemplo del clima de tensión. Así pues, Ena se instalaba en España en un momento delicado y tampoco fue bien acogida por la corte: profesaba la religión anglicana y sus costumbres eran muy diferentes a las nacionales. Ella prefería tomar el té que salir de caza, puso calefacción en palacio y mostró un interés inusitado por la moda.
Por su parte, la reina Letizia también provocó recelos por parte de los monárquicos más clásicos por no tener sangre real y, además, ser periodista, divorciada y no practicante a nivel religioso. Su carácter directo y poco protocolario en sus inicios
—pocos cortesanos le perdonaron que interrumpiera al entonces príncipe Felipe en su pedida de mano— también resultó chocante.
Pese a que le costó encajar, lo cierto es que desde que Felipe VI llegó al trono en 2014, tras la abdicación de Juan Carlos I, y ella pasó a ser reina consorte, ha cambiado muchas cosas de la institución y en la actualidad es uno de los grandes valores de la Corona.
Si Victoria Eugenia trajo a la corte algunas costumbres inglesas, instaló la primera sala de cine en palacio y relajó el protocolo palaciego, Letizia también ha transformado rutinas de Zarzuela como el menú, instalando un huerto ecológico en los jardines; se ha desvinculado de muchas de las tradiciones anteriores como llevar mantilla en actos castrenses; y ha fomentado una mayor presencia femenina en el organigrama de Casa Real, con el nombramiento de una mujer como primera jefa de su Secretaría y otra al frente de la Comunicación.
Sin duda, una de las cosas que más fuertemente las une es su preocupación por los temas sociales. La esposa de Alfonso XIII fue una avanzada a su tiempo, cambiando las reglas de las consortes. Mantuvo un papel muy activo y fue la impulsora de la Cruz Roja Española, asumiendo la presidencia de honor de la Asamblea Suprema desde 1906 y esforzándose por expandir su actividad y prestigio.
Ena impulsó la labor de la Cruz Roja, Letizia sigue este legado.
También lideró campañas de recaudación de fondos y promovió la creación de hospitales, dispensarios y escuelas de enfermería. Ena visitó los barrios más humildes y favoreció la asistencia en desastres y guerras, además de establecer una red de voluntariado femenino implicando a las aristócratas en labores humanitarias.
Letizia, por su parte, tiene una agenda personal muy centrada en los derechos femeninos, la salud mental, las enfermedades raras y la lucha contra el cáncer, sin olvidar sus viajes anuales de cooperación a Latinoamérica y África, donde la violencia contra las mujeres, la pobreza y la exclusión social persisten.
Y, pese a que parezca banal, no lo es: ambas consortes son abanderadas de la moda y han modernizado la imagen externa de la Corona. Victoria Eugenia trajo el glamour europeo y brilló con diseños de Balenciaga, uno de sus favoritos, Coco Chanel o la francesa Madeleine Vionnet. Todos ellos aportaron un halo de modernidad en el siglo XX que tuvo su reflejo también en lo oficial.
La implicación de la Reina actual con la moda está fuera de toda duda: se ha convertido en la mejor embajadora de la industria, optando además por la sobriedad —es la consorte que menos gasta en ropa y una de las que más repite— y la apuesta por pequeñas firmas. También aprovecha para mandar mensajes a través de sus looks en una estrategia de comunicación cuidada y medida.
La Reina, con el collar y los pendientes de chatones.
Para terminar, el detalle que estéticamente las une en su labor oficial son las joyas de pasar. Victoria Eugenia de Battenberg fue la que creó esta colección y la dejó en testamento para que fuera pasando de reina a reina. Las piezas quizá más reconocibles son la tiara Flor de Lis y los pendientes y el collar de chatones, pero hay otras piezas emblemáticas. La diadema tiene importancia porque es la única que pertenece a este lote y ambas la usaron en las ocasiones más relevantes.
En cuanto a las piezas de chatones, que Letizia usó en su retrato de Annie Leibovitz, tienen historia detrás. Alfonso XIII le iba regalando uno a Ena en cada acontecimiento especial —cumpleaños, nacimiento de sus hijos, etc.— y la cadena llegó a ser tan larga que daba dos vueltas. De ahí se sacó la otra joya que ha adornado los lóbulos reales.
Dos consortes españolas de dos épocas, con rasgos diferentes pero aportaciones comunes que han contribuido a remover los propios cimientos de la monarquía española.