Una pareja discutiendo por el móvil en un parque.

Una pareja discutiendo por el móvil en un parque.

Relaciones

Manuel (37 años), padre y adicto al móvil: "Dejé de lado a mis hijos y a mi mujer por estar 12 horas conectado"

Su adicción a las redes sociales le hizo "vivir por y para el móvil" y descuidar a su familia, hasta el punto de terminar separándose de ambos.

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La adicción a las redes sociales en España, está detrás del 55 % de los síntomas de ansiedad, el 52 % de los de depresión y el 48 % de los comportamientos agresivos con los demás, según un estudio realizado por la empresa Línea Directa con 1.700 encuestas. Una dependencia que, lejos de limitarse a los más jóvenes, afecta ya a buena parte de la población general.

Quién lo sabe bien es Manuel, un español de 37 años que ha vivido en primera persona las consecuencias de esta adicción. Su obsesión con el móvil y el mundo de las redes sociales le llevó a descuidar por completo a su familia, hasta el punto de acabar separado de su mujer y de sus hijos.

Llegó a pasar más de 12 horas diarias conectado, ignorando por completo sus problemas económicos, su trabajo y cualquier otra responsabilidad, como él mismo asegura.

Así lo contaba recientemente en el programa de Antena 3 de 'Y ahora Sonsoles', donde relató con crudeza cómo la dependencia del móvil ha llegado a afectar por completo a su vida: "Sí, llegué a vivir por y para el móvil y las redes sociales, era como que me sentía muy solo y no sabía gestionar la soledad. Las redes sociales me hacían sentir bien, yo subía una foto y la gente me daba 'like'", resume.

Un uso de las redes sociales que a Manuel le daba "un falso bienestar" y cuando no las tenía "estaba mal, me generaba ese exceso de dopamina por el que cada vez quería más", confesó.

Ese círculo vicioso, según explicó, acabó por romper su equilibrio emocional: "Esa dopamina mal gestionada te deriva a tener problemas graves. Sabía que estaba acompañado por mi familia pero me sentía solo a la vez, creo que por mi baja autoestima. Necesitaba llenar ese vacío con las redes sociales".

La situación fue tal que incluso un día llegó a verse incapaz de acudir a su trabajo: "Al final llega un momento en el que estoy tan cansado y tan mal conmigo mismo que ya no puedo ir a trabajar. Lo pasé muy mal por dejar de lado a mis hijos y mi mujer porque no veía más allá", reconoce.

Actualmente, Manuel se encuentra ingresado en un centro especializado, recibiendo terapia y sin acceso a su smartphone o a las redes sociales. Usa únicamente un teléfono básico para realizar llamadas, lejos del smartphone que antes dominaba su día a día. Un centro en el que ya lleva 16 meses "limpio", pero en los que también ha tenido que estar apartado de sus hijos y mujer.