Pareja distanciada tras una discusión.

Pareja distanciada tras una discusión.

Relaciones

Los expertos en relaciones avisan: "El 'phubbing' es la causa más frecuente de desconexión en la pareja"

Las rupturas por este motivo son cada vez más comunes en España y obligan a plantearse cómo volver a conectar en pareja.

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El phubbing es uno de esos anglicismos que se han colado en nuestras vidas casi sin darnos cuenta en España. Un término que se refiere a una situación cada vez más habitual, sobre todo entre la generación Z y no solo entre ellos, este hábito consiste en ignorar a la persona que tenemos delante para mirar el móvil.

Puede parecer inofensivo, pero tiene consecuencias y poco a poco va erosionando la conexión real y la calidad de las relaciones, incluidas las relaciones de pareja. De hecho, lo hacemos casi sin darnos cuenta: estamos hablando con alguien pero el móvil no sale de nuestra mano. El psicólogo Joaquín Macedo recuerda en Psicología y Mente que "seguimos pegados a nuestros teléfonos inteligentes, y esto afecta a nuestra vida".

Esto es lo que se denomina phubbing, un término acuñado en 2012 por el diccionario australiano Macquarie, que fusionó phone (teléfono) y snubbing (desaire). Es precisamente esa adicción al móvil la que hace que, según los investigadores Varoth Chotpitayasunondh y Karen Douglas, que muchas veces ignoremos a la persona que tenemos delante porque no conseguimos alejar la mirada de la pantalla.

Una conducta tras la que los expertos apuntan a que se esconden factores como el bajo autocontrol, el miedo a perderse algo o simplemente la costumbre. Sin embargo, los efectos van mucho más allá de una charla interrumpida. Los estudios han demostrado que el simple hecho de tener un móvil sobre la mesa, incluso sin tocarlo, puede hacer que una conversación pierda profundidad y conexión. Esto es algo que en pareja puede pasar aún más factura.

Varios estudios como una reciente investigación de James Roberts y Meredith David en 2016 concluyó que cuanto más frecuente es el phubbing en pareja, más discusiones surgen y más puede llegar a deteriorarse el vínculo emocional entre ambos.

Aunque el phubbing pueda parecer una simple mala costumbre, lo cierto es que sus efectos pueden llegar muy lejos. No solo debilita los vínculos afectivos o aumenta las discusiones, sino que también puede influir en nuestro bienestar emocional y contribuir a una constante desconexión en pareja.

La clave según los expertos está en hacer pausas, observar nuestros hábitos y reconectar con lo que de verdad importa: el vínculo humano. Porque de poco sirve estar conectados al mundo si estamos desconectados de las personas que queremos.

Cómo detectar el phubbing en pareja

A veces no hace falta una discusión para que algo resquebraje la relación. El phubbing puede instalarse poco a poco y casi sin darnos cuenta, convirtiéndose en una barrera invisible entre dos personas que conviven o comparten tiempo juntos.

Entre las señales más habituales de que el phubbing está afectando a la relación encontramos:

  • Sentís que habláis pero no escucháis: una de las señales más claras es la sensación de que la otra persona está "pero no está": responde con monosílabos, no mantiene el contacto visual o directamente sigue pendiente del móvil mientras habláis.
  • Móvil siempre presente: ya sea en la mesa durante las comidas, en el sofá viendo una serie o incluso en la cama, el teléfono se ha convertido en un tercero constante en la relación.
  • Interrupciones frecuentes: conversaciones que se cortan con una notificación, una llamada o solo un momento para mirar algo rápido.
  • Sensación de sentirse en segundo plano: empezar a notar cierta frustración, tristeza o enfado por sentirse ignorado también es otro de los puntos más comunes.
  • Discusiones por el uso del teléfono: discusiones por el tiempo que se pasa con las pantallas, las distracciones o la falta de atención también pueden volverse habituales.

Si te sientes identificada con varias de estas señales puede que haya llegado el momento de hablarlo desde la calma o incluso de poneros en manos de un profesional o experto en relaciones de pareja.

En cualquier caso, el objetivo nunca deberá ser el de prohibir ni controlar, sino el de acordar momentos de calidad juntos, sin pantallas de por medio.