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Alberto San Juan es uno de nuestros cómicos más serios, en todos los sentidos: no hay en él rastro de histrión, no existe en su gesto un milímetro de exageración. Es de una verdad desarmante, exacta. Su humanidad no hace concesiones a ningún show de medio pelo: es radicalmente un hombre que nunca parece un personaje pero puede coserse al que sea. 

También es un tipo con aplomo. Es generoso sin dejar de ser circunspecto. Quiero decir que hay una gruesa dignidad en él, una suerte de espacio conquistado y merecido, una baldosa propia desde la que hablar. Siempre implicado, siempre politizado, siempre templado sin abandonar el rechazo a un sistema injusto y a sus célebres cabrones ejecutores: es ese viejo destello de José Sacristán, ¡en él le encuentro...! 

Y en el deseo de pensar y escribir por uno mismo: no basta pronunciar las palabras de los otros. Hay que dar con las propias. San Juan ha protagonizado La cena, una película muy elocuente y berlanguiana (perdón, son sinónimos) de Manuel Gómez Pereira.

Alberto interpreta al maitre del Hotel Palace que, en plena posguerra, recibe un bomboncito envenenado: el encargo de organizar un banquete a la mayor gloria de Franco... con la mala pipa de que los buenos cocineros están en la cárcel por rojos y sólo habrá menú si son liberados. ¡Y así sucede...! Ya la verán ustedes. 

Pero el actor también ha empuñado su discurso en obras como Macho grita, una denuncia de la masculinidad en la que se ha criado a sangre y fuego el hombre español. Conversemos. 

Empecemos por la primera mujer de nuestra vida, la primera mujer de la vida de todos: nuestra madre. ¿Cómo es la madre de Alberto San Juan? ¿Cómo es su carácter, su vida…?

Mi madre pasó su infancia, adolescencia y primera juventud en Castilla. Eran los años 30 y 40. Es decir, vivió bajo una dictadura represiva y un sistema de integrismo religioso que asfixiaba las posibilidades de una vida saludable emocional y físicamente. Ser mujer le impidió ir a la Universidad.

Su madre, que era viuda, calculó que sólo podía pagar una carrera, así que ahorró el dinero para su hijo varón, ocho años más pequeño que mi madre. Aun así, ella entró en una escuela de radio. Se hizo locutora y actriz radiofónica y trabajó hasta que nació su cuarto hijo, yo, y se le hizo imposible conciliar trabajo y cuidados.

La verdad es que no creo que hubiera nunca dudas entre ella y mi padre al respecto de quién de los dos debía dejar su trabajo para limitarse a criar y a hacerse cargo de la casa. 

En resumen: una mujer maravillosa y vitalista, víctima de una cultura castrense y fundamentalista que quebró una democracia imponiéndose a sangre y fuego.

Alberto San Juan en el Círculo de Bellas Artes.

Alberto San Juan en el Círculo de Bellas Artes. Rodrigo Mínguez.

Naciste en 1968, en Madrid. ¿Cómo era ser niño y adolescente en esa España? ¿Cómo era tu mirada hacia lo femenino, hacia las niñas y las mujeres? ¿Sentías extrañeza, miedo, admiración, deseo…?

A finales de los 60 y durante buena parte de los 70, había una parte muy significativa de la sociedad española movilizada contra el franquismo y por la democracia. En las fábricas, en los barrios, en las universidades.

Yo era muy pequeño entonces. Mi entorno siempre fue de izquierdas, pero yo no empiezo a adquirir conciencia crítica hasta finales de los 80. Es cierto que mis padres hicieron una gran labor de cortafuegos entre la educación católica y nosotros, sus hijos.

Y el colegio al que fui era mixto y "progre" (esa palabra entonces positiva y hoy demonizada). Con todo, la herencia de terror de la larguísima dictadura se prolonga de diversas formas aún hoy. Cuánto más en los 70 y primeros 80. En resumen: miedo, miedo... miedo al sexo, al amor, al deseo.

"Hay más Trumps que Thatchers, pero éstas son igualmente crueles”

Esto entronca directamente con ‘La cena’ y con ‘Macho grita’. ¿Cómo se ha construido la masculinidad del hombre español, heredero del nacionalcatolicismo?

Bueno, se le supone una dureza y una voluntad de dominio como motor principal de su vida. También una obediencia a la autoridad. Y una sexualidad muy condicionada por el uso del cuerpo femenino como objeto al servicio del propio placer. Una maravilla, vamos.

Me resulta curioso que Franco fuera tan pequeño, que le llamaran ‘Cerillito’, y que encarne como encarna al macho castrador que sueña a la mujer en casa con la pata quebrada. A la mujer anti-revolucionaria, a la mujer machista. ¿La altura del hombre, su virilidad, su cosa imponente, ha dejado de definirse por el cuerpo o el vigor para empezar a definirse por su violencia o crueldad?

Creo que sí. La capacidad de ejercer la violencia para asegurar el dominio define lo Macho. Y se puede ejercer desde un cuerpo de mujer. Hay multitud de ejemplos en el pasado y en el presente. Obviamente, las "machas" son minoría en el reino de lo Macho. Hay muchos más Trumps que Thatchers. Pero éstas son igualmente crueles.

San Juan habla de las mujeres desde la visión de sus trabajos: Macho grita y La cena.

San Juan habla de las mujeres desde la visión de sus trabajos: Macho grita y La cena. Rodrigo Mínguez.

¿Cómo se ha construido y destruido y reedificado tu propia masculinidad? Una pequeña biografía sentimental.

Soy nieto del nacionalcatolicismo fascista español. Soy un macho que ha sufrido mucho por miedo a no serlo y que, después, está encontrando que le supone un esfuerzo enorme librarse de "lo macho". Rechazo la sociedad que habito, pero soy hijo de ella y no es fácil librarse de todo lo que a uno le echan encima desde antes de nacer. No he logrado reedificar apenas nada aún.

¿Quién fue tu primera amiga? ¿Por qué hasta hace tan poco los hombres pensaban que no se podía tener amigas mujeres sin deseo sexual de por medio?

Mi primera amiga fue Maqui. Una compañera del cole. Eso de los hombres y las amigas es una idea muy triste y estúpida muy común en la generación de mi padre.

"Mis mitos eróticos de juventud fueron Sofía Loren, Claudia Cardinale, Brigitte Bardot. No han evolucionado. Soy muy convencional"

¿Quiénes fueron tus mitos eróticos de la juventud y cómo han evolucionado?

Sofia Loren, Claudia Cardinale, Brigitte Bardot. Muy convencional. No han evolucionado.

¿Recuerdas la primera vez que viste el cuerpo desnudo de una mujer en directo, ese primer deslumbramiento, esa puerta al fantástico mundo erótico?

No lo recuerdo.

¿Cómo ha cambiado tu forma de entender el amor desde que tenías 18 años hasta ahora?

Ahora tengo una mirada mucho más amplia sobre el amor.

El actor cree que vivimos en un sistema de abuso y eso se aplica sobre todo a las mujeres.

El actor cree que vivimos en un sistema de abuso y eso se aplica sobre todo a las mujeres. Rodrigo Mínguez.

¿Te has sentido más atraído por mujeres de izquierdas que de derechas? ¿Cómo influye la ideología en el deseo y en el amor?

No catalogo a las personas según las etiquetas izquierda o derecha. Me enamora la bondad, la generosidad, la ternura, la capacidad de escucha, la solidaridad, la alegría, la capacidad de decir no frente al abuso sobre uno mismo o sobre cualquier otro.

¿Qué crees que es lo que los hombres españoles aún no han entendido de las mujeres? ¿O qué es lo que aún temen?

Vivimos bajo un sistema de abuso. En el mundo entero. Un abuso estructural con ámbitos diversos de opresión. Uno de ellos es la que ejercen hombres sobre mujeres. Aquí y allá.

Hablemos de las mujeres que más te han inspirado en distintos campos. 

Vamos. 

Actriz o cineasta. 

Victoria Abril. 

Cantante o músico. 

Mercedes Sosa. 

Política. 

Rosa de Luxemburgo.