Retrato de la directora y activista, con un estilismo de Mirto.

Retrato de la directora y activista, con un estilismo de Mirto. Esteban Palazuelos

Protagonistas

Mabel Lozano plasma el horror de la violencia sexual contra las mujeres con parálisis: "Abril pedía auxilio con emoticonos"

La cineasta estrena en San Sebastián la historia de una víctima que logró escapar de la prostitución a la que la sometió su familia durante 22 años.

Más información: Detecta el riesgo en segundos: el invento 'made in Cantabria' que viaja contigo para frenar la sumisión química en fiestas

Publicada
Actualizada

Madrid, una mañana luminosa pero frenética. Mabel Lozano (Villaluenga de la Sagra, 1967) recibe a esta revista antes de reunirse con su equipo para ultimar detalles de su próximo proyecto. Su agenda está al límite: entrevistas, llamadas, el inminente estreno de Abril, hoy no es invierno en la 73ª edición del Festival de San Sebastián...

Mantiene la calma, aunque sabe que está a punto de abrir una puerta que llevaba demasiado tiempo cerrada. Hoy, viernes 19 de septiembre, a las 16:30 horas y proyectado sobre la pantalla del Cine Príncipe donostiarra, el público verá por primera vez su nuevo cortometraje. Tendrá 13 minutos de duración, suficientes para remover conciencias.

La obra inaugura la sección Made in Spain del festival, un espacio donde los amantes del séptimo arte se topan con títulos —254 procedentes de 56 países, para ser exactos— que interpelan a la sociedad desde lo más profundo. Lo que la cineasta y activista contra la explotación sexual mostrará "es una historia real que sucedió así, tal cual la cuento", insiste.

Este es el primer medio al que atiende con motivo del lanzamiento. Se sienta en la terraza de una cafetería, de frente a la luz dura que exhuda el sol casi como si este quisiera dejarse notar. Hay un cierto paralelismo con el drama que retrata: la protagonista de su obra vivía el horror a plena luz del día, en medio de lo aparentemente normal, invisible para todos.

Retrato de la cineasta, escritora y activista toledana.

Retrato de la cineasta, escritora y activista toledana. Esteban Palazuelos

Su corto no es ficción ni dramatización. Da voz —silenciada durante años— a una mujer con parálisis cerebral sometida a explotación sexual por su propia familia. Una historia que, según la directora, no es un caso aislado, sino el reflejo de una violencia estructural que sigue escondida bajo capas de indiferencia, burocracia y falta de empatía.

Abril (36) —nombre ficticio para proteger su identidad— vivía un completo infierno en casa. Su padrastro, su madre y sus hermanos la prostituían desde que esta tenía 14 años, mientras se mantenían con su pensión por discapacidad. No podía caminar ni hablar, pero, como subraya la activista, tenía "un cociente intelectual como tú y como yo".

El contacto con la abogada Ángeles Blanco, de Aspace (Confederación Española de Asociaciones de Atención a las Personas con Parálisis Cerebral) fue el punto de inflexión en su vida. Logró comunicarse con ella a través de un mensaje, y después con emoticonos. Ocho meses tardó en construir, icono a icono, a través de brevísimos textos de "SOS", síes y noes, el relato de auxilio que la salvaría.

Ganadora de dos Goya, la documentalista llegó a esta historia justo cuando acababa de terminar otro de sus proyectos, a través de la jurista, que hoy lleva la línea de violencia de género de la organización. Reconoce que en aquel momento estaba agotada de trabajar y que quería tomarse un descanso de este tipo de casos, por el impacto emocional que conllevan.

Mabel Lozano, durante su conversación con Magas.

Mabel Lozano, durante su conversación con Magas. Esteban Palazuelos

Cuando Blanco le habló del caso, se sintió como si alguien le acabara de remover las entrañas: "En la casa de Abril llegaban al menos cinco hombres cada día y todo era gestionado por su padrastro, con conocimiento de los familiares". Cuántas como ella habrá encerradas, silenciadas, en el momento en que se publica este reportaje es algo que la cineasta se pregunta repetidas veces.

El drama acaecido en una localidad de Canarias dejó huella en la toledana. Tanto que decidió investigar más al respecto: "La violencia hacia mujeres con discapacidad es mayor que entre las demás, pero aquello de lo que no se habla no existe. Supe que tenía la responsabilidad de contar su historia, porque nos pone delante de un espejo como sociedad. Si la oferta existe es porque hay demanda".

Esa afirmación sobrevuela la conversación. "Debemos preguntarnos qué pasa por la cabeza de quienes se creen con el derecho de comprar a las mujeres. No son enfermos, no son casos aislados. Son hombres que forman parte de nuestro día a día, personas aparentemente normales", expresa, recordando el caso de Giselle Pelicot, violada por su esposo y otros 50 hombres durante 10 años en Francia.

El caso de Abril engrosa unas cifras tan devastadoras como desconocidas: más del 84% de la violencia contra mujeres con parálisis cerebral es sexual, según datos de Aspace. El porcentaje no se entiende sin otro dato: en España hay aproximadamente 120.000 personas con esta condición, de las cuales cerca de la mitad lleva nombre femenino.

Otro estudio del Consejo General del Poder Judicial advierte, además, que aquellas con discapacidad la sufren en números muy superiores a la media. Esta suele ser ejercida por parejas o exparejas, familiares, personal de apoyo, cuidadores y otras personas del entorno cercano, especialmente cuando la víctima depende de terceros para actividades básicas de su vida.

La directora frente al objetivo.

La directora frente al objetivo. Esteban Palazuelos

En 2023, Aspace presentó un protocolo para que las mujeres con parálisis cerebral puedan denunciar sin barreras: intérpretes, comunicación accesible, formación para policías y jueces. El documento señala que el 98% de estas tienen problemas en el habla, disartria, lo que las deja en una vulnerabilidad extrema. Sin estos apoyos, su derecho a la justicia es meramente teórico.

El drama del cortometraje, cuenta su directora, revela otra herida social: la indiferencia. Durante años, paseaba todos los días por los mismos lugares —salvo precisamente cuando era invierno, que no la dejaban salir—, en la misma silla de ruedas, en el mismo municipio pequeño. Nadie le preguntó nunca nada. Ni vecinos, ni médicos, ni trabajadores sociales.

"Al atender a alguien con discapacidad grave, es fácil caer en preguntar solo a los familiares y no a la propia persona. Así se perpetúa la invisibilidad y la victimización. Vivimos en una sociedad donde las propias afectadas no pueden ni denunciar porque no se les da voz ni recursos", denuncia la activista.

Del cine a la denuncia social

Conocida primero como actriz y modelo, Mabel Lozano lleva dos décadas dedicada a exponer la explotación ejercida contra ellas. Su primer documental, Voces contra la trata de mujeres (2005), abrió un camino que la convertiría en una de las cineastas más comprometidas con los derechos humanos y el feminismo en España.

Premiada por Biografía del cadáver de una mujer (2021) y Ava (2024), la entrevistada, que se considera a sí misma una "humanista" a la que ya no le entusiasman tanto los retratos ni la promoción, ha logrado situar en la agenda pública temas que durante años fueron invisibles. "En mis obras nunca hago pornografía del sufrimiento. Me debo a los derechos humanos".

Ha desarrollado su trabajo tanto en pantalla como sobre papel. En 2017, publicó su primer libro, El proxeneta (Editorial Alrevés), sobre los amos de la prostitución en España, que se convertiría un año después en un documental con el mismo título. El goteo de proyectos y conferencias ha sido incesante desde que decidió dedicarse casi por completo al activismo feminista.

Eso sí, la cineasta lamenta que en ocasiones sus obras queden relegadas a una etiqueta. "Algunas historias son tan duras que los programadores las consideran cine de combate, pero lo que pretendo es generar reflexiones en quienes las ven", explica, humildemente entusiasmada por conocer nuestra opinión sobre su nuevo retoño cinematográfico.

Abril, hoy no es invierno está producido por Mafalda Entertainment en coproducción con Videoreport Canarias y con el apoyo de Fundación ONCE, Ministerio de Igualdad, Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha y el Cabildo de Tenerife, entre otras instituciones. La fotografía es de Rafa Roche, el sonido de José Ignacio Arrufat, el montaje de Germán Roda y la música original de Luli Martín.

Ha sido dos veces premio Goya y este año vuelve con un nuevo y rompedor proyecto.

Ha sido dos veces premio Goya y este año vuelve con un nuevo y rompedor proyecto. Esteban Palazuelos

La película alterna blanco y negro con color, formatos cerrados con planos abiertos. Cuando la cámara muestra la vida de Ángeles, la abogada, la imagen se expande, respira. Cuando retrata la de Abril, el cuadro se estrecha, casi asfixia. "Porque ella estaba cautiva —explica—. De su cuerpo y de las personas que debían cuidarla".

El horror del que fue liberada pone en evidencia las lagunas del sistema judicial en España. Hasta 2022, las mujeres con discapacidad que necesitaban comunicación alternativa no podían testificar en juicios. La denuncia inicial de ella fue desestimada precisamente por eso. Hoy pueden hacerlo, pero solo con el profesional que traduce sus palabras.

Para muchas, es una barrera infranqueable, porque no pueden acceder a él. "Si necesitan un logopeda, se lo tiene que proporcionar el Estado. Si no, no hay justicia". Ángeles Blanco sigue recibiendo llamadas de mujeres en situaciones similares. Cada día busca recursos para que puedan pagar intérpretes, a fin de evitar que más denuncias queden en papel mojado.

Tras San Sebastián, Abril, hoy no es invierno viajará a festivales en México y otros países. Mabel planea utilizarlo en universidades, foros públicos y conferencias para impulsar cambios legislativos y sociales. "Cuando la ciudadanía se mueve, el mundo también lo hace", repite como un mantra. Sus creaciones, más que premios, buscan provocar cambios.

'Abril, hoy no es invierno' se presentará el 19 de septiembre en el marco del Festival Internacional de San Sebastián.

'Abril, hoy no es invierno' se presentará el 19 de septiembre en el marco del Festival Internacional de San Sebastián. Esteban Palazuelos

En cualquier caso, asegura que hay relatos en los que ni siquiera debería plantearse dar cabida al debate. "Si esta historia incomoda es que tenemos un problema como sociedad". Convencida de que el arte puede ser un motor de cambio, dice: "No quiero que la gente salga de mis documentales pensando 'pobrecitas'. Quiero que digan 'basta ya'".

Lozano sabe de Abril a través de la abogada de Aspace, que vivió uno de los momentos más emotivos de su vida cuando se encontró con ella por primera vez, ya por fin libre, tras tantos meses de conversaciones constantemente interrumpidas: "La rescató y fue a buscarla con la policía". Cuando se vieron, traslada el testimonio de Ángeles Blanco, "ambas se echaron a llorar abrazadas".

"Ella me dijo que el encuentro fue precioso". La directora y activista asegura a esta revista que conocer a la especialista de Aspace ha sido uno de los mayores regalos que le ha dado el corto. "Me mostró el poder de la generosidad y el compromiso. Es una mujer increíble". Hoy, la joven está a salvo, lejos de su entorno familiar en un centro especializado.

Mabel Lozano atiende a esta revista en Madrid.

Mabel Lozano atiende a esta revista en Madrid. Esteban Palazuelos

El problema es que "aún no tiene logopeda, lo que dificulta su comunicación con el entorno. Sale al aire libre, pero sigue privada de derechos en muchos aspectos". Lozano concluye la conversación lanzando un recordatorio: "Las personas con parálisis no tienen necesariamente discapacidad intelectual; hay que dejar de asumirlo y mirarlas a la cara, preguntarles".

Abril, hoy no es invierno

La presentación tendrá lugar el viernes 19 de septiembre a las 16:30 horas en el Cine Príncipe de San Sebastián. Su estreno mundial se enmarca en la 73 edición del festival donostiarra, uno de los más prestigiosos e internacionalmente reconocidos de los que se celebran en España. Este año, llenará de cine la capital guipuzcoana hasta el 27 de septiembre.