Una imagen de la serie.

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Protagonistas

La trepidante vida de Oriana Fallaci: la periodista indomable que dio con Marilyn Monroe y conquistó la Casa Blanca

La miniserie sobre ella de Movistar Plus cuenta una parte de la fascinante e intensa vida de una de las grandes figuras del periodismo del siglo XX.

Más información: 'Tan adorables': Oriana Fallaci desvela los secretos prohibidos de Hollywood

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Oriana Fallaci ha pasado a la historia como una de las más grandes periodistas, notable autora y figura polémica. Caracterizada por su valentía y tozudez para entrar en territorios vedados a las mujeres, a lo largo de su vida profesional demostró sus grandes habilidades de entrevistadora, observadora, analista y escritora.

L’Oriana en Italia, 'La Fallaci' en el mundo hispanohablante, tuvo una vida fascinante e intensa, rozando siempre el exceso y los imposibles. La florentina, muerta en 2006 a los 77 años, poseía todo lo necesario para convertirse en el sujeto de una producción audiovisual. Y así ha sido con la serie Miss Fallaci, titulada en España Oriana Fallaci de Movistar Plus.

Abarcar su biografía puede que sea una tarea titánica, y quizás este mismo pensamiento lo tuvieron los creadores de la miniserie. Aunque el inicio del primer episodio la ubica en 1972, a punto de entrevistar al político Henry Kissinger cuando ya era una reputada periodista conocida internacionalmente, la historia se centra en su vida entre 1955 y 1959. Incluye algunos reveladores saltos al pasado de su infancia y, sobre todo, convulsa adolescencia.

Miriam Leone es la actriz que interpreta a Oriana en la ficción.

Miriam Leone es la actriz que interpreta a Oriana en la ficción. Movistar Plus

La trama se inicia con la voz en off de Oriana mientras le espera en una antesala en la Casa Blanca. "No me siento ni me sentiré jamás una fría transmisora de lo que oigo y veo", expresa sobre su oficio. Y añade: "Cuando entrevisto a los poderosos de la tierra, me hierve la sangre y me surgen mil dudas (…) Tengo la esperanza de llegar a entender cómo estando en el poder determinan nuestro destino. No exagero cuando digo que en cada experiencia dejo parte de mi alma". 

Con una media sonrisa desafiante, se sienta frente a Kissinger, que ejercía de consejero de Seguridad Nacional del presidente Richard Nixon, quien de paso se confiesa poco acostumbrado a que le entreviste una mujer. Eran otros tiempos para las féminas en el periodismo y, definitivamente, Fallaci cambió las reglas de ese juego.

Justo ese momento de arranque de la miniserie figura en el libro Entrevista con la historia, publicado en 1974. De hecho, las líneas de su voz en off provienen del prólogo de ese legendario compilatorio de conversaciones con influyentes políticos de aquella época, tal como Golda Meier, Willy Brandt, Indira Gandhi, Yasser Arafat y Hussein de Jordania, Nguyen Giap, entre otros. 

Que todos le han dicho que nadie puede rechazar una entrevista con ella, le dice el Kissinger de la ficción a la periodista italiana interpretada por Miriam Leone: "Usted consigue que la gente le diga cosas que no quiere decir". 

La producción italiana retrata justamente el camino de la tenaz periodista hasta llegar a ese punto a principios de los 70. Cada uno de sus ocho capítulos, creados por un grupo de guionistas encabezado por la también codirectora Alessandra Gonnella, recuerda que es una historia "inspirada en el relato de los hechos de Oriana Fallaci", que además se nutre de varios libros de su copiosa bibliografía.

Un pasaje a Nueva York

A finales de los 50, Oriana Fallaci empieza a destacar en el periodismo como parte de la redacción del semanario L’Europeo en Milán. De más está recordar que, para aquel entonces, se trataba de un territorio dominado por hombres, donde las mujeres eran secretarias o personal de limpieza. 

Una escena en la que la periodista llega que llega a país árabe.

Una escena en la que la periodista llega que llega a país árabe. Movistar Plus

Siendo la única fémina con rango de reportera, a sus 26 años estaba prácticamente prisionera y encorsetada en la sección de cine y moda  - la crónica rosa de la época - solo por el hecho de su género. Pero Oriana quería más, tenía la ambición de escribir sobre lo que ella llamaba temas serios; es decir, sobre política.

Entre ruidosas máquinas de escribir, la serie retrata a la joven rebelde Oriana, siempre con una inteligente respuesta en la boca, además poniendo en evidencia el nada privilegiado lugar de las mujeres en la sociedad de aquella época. 

"Los periodistas tienen familias porque tienen a sus mujeres en casa que se encargan de todo. Yo tengo que hacerlo todo sola", discute con los directivos, que cederían a una apuesta propuesta por ella misma: enviarla a Nueva York para dar con Marilyn Monroe. De lograrlo, la cambiarían de sección; de lo contrario tendría que permanecer cinco años más escribiendo sobre celebridades y emergentes estrellas cinematográficas.

En ese tiempo, antes de marcharse a la caza de la diva, Fallaci escribiría una de las entrevistas más ácidas y reveladoras sobre otra intérprete. "Brigitte Bardot se hizo famosa porque no sabía hacer nada", se ve teclear a Oriana con cierta furia. Ese artículo, junto a otros publicados en L’Europeo entre 1954 y 1959, han sido recientemente reeditados bajo el título Tan adorables: Miss Fallaci a la conquista de América (Alianza Editorial, 2025).

Pero retomemos ese momento en el que llega a Nueva York, sin saber nada de inglés y sin contactos para dar con Marilyn. Tal como lo aborda la serie, es cuando se hacen más palpables su intuición y su constancia, en medio de una improbable cadena de casualidades que corresponde al estar en el sitio y momento idóneos.

"La guerra no es solo donde caen las bombas. Cada uno libra su guerra personal todos los días, pero los demás no lo saben", con estas palabras convence a Irving Hoffman, afamado publicista neoyorquino que muy bien sabe de batallas.

Fallaci dejaría huella en su intento fallido de encontrar a la protagonista de Los caballeros las prefieren rubias y de Niágara, ya que todo Nueva York (y gran parte de Los Ángeles) se enteraría de que una periodista italiana estaba buscando incansablemente a Monroe.

En los capítulos sucesivos se muestra a Oriana de regreso a EEUU, concretamente a Los Ángeles, con la encomienda de entrevistar a estrellas de Hollywood. Una tarea nada fácil, aunque allí se convertiría en amiga del director y actor Orson Welles; haría buenas migas con la actriz Shirley MacLaine; y en efecto llegaría a escribir sobre varias celebridades como Frank Sinatra, Yul Brynner, Errol Flynn, Judith Garland o Kim Novak. También haría reportajes sobre las tripas de la meca del cine. "Una ciudad puritana, donde todo puede parecer legítimo, pero todo está prohibido", escribiría.

Tal como también se narra en esta serie biográfica, el fruto de esa estancia en California se compilaría en Los siete pecados de Hollywood (1958), el primer libro con la firma de Fallaci. En el prólogo, Orson Welles alababa el "toque original" de la periodista, a la que equiparaba con Mata Hari.

Contra todo pronóstico, los temas que menos le apasionaban, es decir, Hollywood y co., fueron su plataforma de lanzamiento, y con ello comenzaría el gran viaje de Oriana para convertirse en 'La Fallaci', siempre con su máquina de escribir portátil debajo del brazo.

El sexo inútil

En ese camino de la gestación de la icónica Oriana, la historia también muestra su faceta más personal. Era la hija de un tosco carpintero simpatizante de los partisanos, que durante la Segunda Guerra Mundial llevaba mensajes escondidos entre sus trenzas a la resistencia oculta en el bosque. Aquella niña de 12 años respondía al nombre de guerra Emilia.

Pero también se retrata como la descendiente de un ama de casa que siempre le recordaba que no se convirtiera en esposa, madre, esclava e ignorante. "No hagas como yo", le reitera, ordenándole e implorándole que trabaje, viaje y descubra mundo. 

Oriana Fallaci, escribiendo a máquina en uno de los episodios.

Oriana Fallaci, escribiendo a máquina en uno de los episodios. Movistar Plus

La vida de Oriana transcurrió entre los intentos de agradar a su padre (con escaso éxito) y su empeño en seguir el consejo de su progenitora. De hecho, Entrevista con la historia está dedicado a ella "y a todos aquellos que no gustan del poder".

El otro aspecto abordado es su relación amorosa con el también periodista Alfredo Pieroni (interpretado por Mauricio Lastrico). Es la primera vez que Fallaci se permite mostrar su vulnerabilidad, quizás desviarse de sus objetivos profesionales y por ende personales, para dejar entrar a alguien en su vida. 

En la narración de esa fase es cuando la serie encalla en lo más telenovelero. Sin embargo, la confrontación con una posible maternidad y con la decisión sobre su propio cuerpo, logra sacar a flote la trama. De este momento clave surgió Carta a un niño que nunca nació (1975) que comenzó a escribir el mismo día que se enteró de su embarazo. 

Los últimos dos capítulos de esta miniserie biográfica relatan un intento de suicidio – quizás involuntario, matiza -, su convalecencia y su resurgimiento. En una escena del último episodio, la protagonista dialoga con la secretaria del director de L’Europeo, una mujer que secretamente edita y subsana las insuficiencias de los textos escritos por los hombres de la redacción. 

Cuando esta le pregunta a Oriana si ella sería más o menos feliz en uno de esos países "donde las mujeres saben que nunca llegarán a nada", la periodista dice no estar segura si la felicidad tiene que ver con la resignación o el poder. "Quizás se trate de libertad -dice convencida-. Sin libertad somos el sexo inútil en cualquier sitio".

Después de entrevistar a Coco Chanel, se muestra un paso más en ese largo camino que la llevaría a convertirse en una de las periodistas más significativas del siglo 20: a punto de emprender un largo viaje durante el cual escribiría reportajes sobre mujeres en diferentes partes del mundo, y que luego se convertiría en El sexo inútil, su segundo libro publicado en 1961. De allí en adelante, lo demás ya es historia.