Autoras de palabra con Rosa, Reyes Calderón
Reyes Calderón: "Esta sociedad tan polarizada nos ha venido impuesta desde fuera. Es una fuente terrible de violencia"
Presenta una novela que se adentra en la alta sociedad y los crímenes que se dan en ella porque, "la violencia no es solo de pobres".
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La escritora Reyes Calderón publica Los crímenes del caviar, un nuevo asunto que tendrán que resolver la jueza Lola MacHor y el policía Juan Iturri, que tras siete años compartiendo casos y aventuras, la relación entre ellos, ha experimentado un giro trascendental.
Esta nueva investigación es de enorme complejidad, ya que confluyen, un asunto criminal, una historia de amor, conspiraciones en el seno de la iglesia, y el aprovechamiento de los avances de la ciencia.
Seis personas muy ricas y poderosas han aparecido muertas en la elitista urbanización de Sotogrande. Todos pertenecen al exclusivo y secreto grupo del Club del Cavia'…
¿Quiénes son las víctimas?
Son personas que están en el ámbito del poder o en el de la riqueza, pero de distintas procedencias. Hay empresarios, hay un príncipe árabe, y hay un cardenal de la iglesia católica.
¿A qué huelen los crímenes del Caviar?
Hay un olor muy difuso entre lavanda y un buen perfume. Es curioso porque nuestra mente se acostumbra a los olores. Si se te acerca una persona que huele a un perfume, digamos, cara o buena, tienes menos tendencia a pensar que te va a robar.
Dicen, también, que cualquiera que huele a lavanda, parece que está más alejado del crimen, pero en realidad no. Es un engaño. Hay crímenes con lavanda y con perfumes buenos y crímenes que huelen mal.
Han ocurrido en una zona que parece el paraíso, pero la criminalidad no procede del ambiente, sino de la condición humana, viene de nosotros mismos.
Somos animales, y estamos creados para defendernos de los que nos vayan a atacar. Esa agresividad la hemos socializado, culturizado y la hemos anulado por seguridad.
Sin embargo, el paso de la agresividad, a la violencia, es algo que está en la voluntad de la persona, está en la condición humana. Y hay una violencia de pobres, en Venezuela donde más o menos un crimen puede estar a un par de dólares. Eso es un tipo de violencia y hay otro caso con ese olor tan peculiar, tan a colonia buena.
Aprovecho una frase de tu libro y te pregunto, ¿cómo se educa a un gilipollas?
Pues en buenos colegios, normalmente.
¿Qué legado crees que dejará el Papa Francisco?
Me llamó la atención cuando el Papa actual, Bergoglio, escogió un nombre: Francisco de Asís, que es la marca por excelencia de la pobreza.
Una pobreza en una iglesia que tiene muchos medios para muchas cosas. Y me gustó mucho el contraste de decir, somos una iglesia para pobres, pero que todavía muchos de nosotros no hemos querido asumir como católicos. Esa dicotomía de una iglesia pobre y para pobres, o para pobres que tienen mucho dinero también. Por tanto, la riqueza no es más que un medio, que sirve para otras cosas.
¿Qué es más corrompible, la iglesia o la política?
El poder corrompe absolutamente. La riqueza no corrompe tanto, porque hay gente que tiene mucho dinero, y hay una iglesia que tiene mucho dinero, y no tiene por qué estar corrompida, pero el poder es otra cuestión.
Estos asesinatos que huelen a caviar desde el otro lado de la sociedad, está segura de que la investigación será fácilmente manipulable, tanto las pruebas, como falsear los partes forenses…
Entre los tres poderes que sustentan una democracia como la nuestra, está claro que tienen que llevarse bien, que tienen que respetarse entre ellos porque, si no, tenemos un problema.
En un estado de emergencia, teóricamente tendrían que ser los que menos intereses propios tengan los que tomen el mando, y esos son los jueces. El poder se puede acumular, y un juez está limitado a cumplir la ley. Mientras que el Ejecutivo y el Legislativo no lo tienen tan fácil, sobre todo el Ejecutivo, que tiende a imponernos casi su dictadura, de ahí que los decretos leyes tengan que ser utilizados solamente en casos de emergencia, pero cuando los utilizas cada día, está claro que te quieres imponer al resto.
Si no tuviéramos esa visión de un juez que es capaz de aplicar la ley, da igual quién seas, la verdad es que yo temería la seguridad moral de nuestra sociedad.
Dices en tu libro que "el mundo se ha polarizado hasta extremos insospechados". En Estados Unidos, Trump ha seccionado la ciudadanía americana en dos mitades, que consideran a la otra como su enemigo. En España lo ha hecho Pedro Sánchez. En el Vaticano, el Papa Francisco, que ha segmentado en dos el colegio cardenalicio, por su peculiar visión de la iglesia.
Estamos en una sociedad muy binaria. O estás dentro o estás fuera. O eres mi amigo o eres mi enemigo. O eres de derechas o eres de izquierdas. Pero es que eso no es así. Vamos a la computación cuántica que es entre cero y uno, pero hay además en medio un montón de posiciones.
Esa sociedad tan polarizada, nos ha venido impuesta desde fuera. Los seres humanos no somos tan polarizados, pero nos están forzando: ¿eres catalán o anticatalán? Es una polarización que nos está haciendo muchísimo daño y que no sale desde dentro sino desde fuera.
Por ejemplo, en el caso del Papa Francisco no creo que haya querido ningún tipo de polarización, pero el periodista o el fiel de turno es el que dice si es de los tradicionalistas o de los contrarios. La polarización es una fuente terrible de violencia.

Reyes Calderón: "La polarización es una fuente terrible de violencia"
Vamos al Estrecho, a ese narcotráfico, a esos chicos que exteriorizan su dinero a través de objetos de valor, todo ese negocio, todo el volumen que hay inalcanzable para la persona de a pie.
Aquí hay que dar un enorme aplauso a la Guardia Civil y la Policía que está en esa zona. Por el Estrecho entran en España miles de millones de quilos de droga y tenemos Gibraltar, que es una fuente de blanqueo de capitales.
Los medios de la Guardia Civil frente a los que tienen el narcotráfico no tienen nada que ver. No podemos dejar de ver lo que hay. La estética narco en los pueblos de por allí se aprecia; con solo mirar los vehículos y las motos que tienen podrías decir quién es narcotraficante y quién no. Se respira impunidad, y no porque no haya autoridades, sino porque no se ponen los recursos suficientes y eso significa que no hay voluntad real.
Lo hemos visto con las muertes en las lanchas en la zona de Barbate. Esto es lo que hay, es como la valla de Melilla. Ahí tenemos un problema, aquí tenemos otro. Y por más que los cuerpos y fuerzas de seguridad lo digan, si el ministro de turno de interior no quiere poner los medios, eso seguirá pasando. La droga es un horror para nuestra sociedad.
¿Qué te condujo a escribir esta historia?
Había una serie que se llamaba Los ricos también lloran y me preguntaba si los ricos también delinquen.
Tenemos en la cabeza que ese paso de la agresividad a la violencia se produce en niños que vienen de familias desestructuradas, que han tenido una infancia espantosa, que han visto y recibido mucha violencia, y eso es más de una sociedad escasa de recursos, es más de estratos de pobreza o de marginación que de riqueza. Pero no todo procede de la infancia, sino de otros muchos sitios.
Quería estudiar la relación entre el tipo de criminalidad y el tipo de sociedad desde el punto de vista de la riqueza.
¿Crees que, dentro de la riqueza, lo que motiva a matar es la ambición de poder?
También la ira, la venganza, y el dinero.
Es muy propio de las mujeres matar por dinero, mucho más que de los hombres. Pero es verdad que hay más correlación de esos tipos de criminalidad en gente que no tiene dinero, y que está en exclusión social.
La venganza es condición humana. La búsqueda de poder, la envidia, eso va en la condición humana, no en la condición económica.
¿Necesitas tirar del humor para escribir aunque sean casos de criminología?
Cuando una se pone en una situación estresante, como puede ser un crimen, suele hacer alguna tontería. Hay gente que corre, otra gente que grita, y hay puntos de humor que salen en las situaciones angustiosas. Yo no concibo una cosa sin la otra, son como las dos caras de una misma moneda.