‘El viaje en Tranvía de Mary Anderson’: la increíble historia de la inventora del limpiaparabrisas del coche

‘El viaje en Tranvía de Mary Anderson’: la increíble historia de la inventora del limpiaparabrisas del coche

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‘El viaje en Tranvía de Mary Anderson’: la increíble historia de la inventora del limpiaparabrisas del coche

Mónica de Cristóbalse convierte con este libro en la abogada de Mary Anderson y de tantas inventoras que nadie conoce, y que deben tener su reconocimiento.

7 febrero, 2024 02:09

Los algoritmos de mis buscadores se deben volver locos, pues igual rastreo en el mundo de los inventos como exploro sentencias del Tribunal Supremo.

[Carmen Estirado y las mujeres de la generación del 98: "Todas crearon una obra singular y profunda"]

Es lo que tiene ser abogada en ejercicio con vocación de escritora. Me preguntan a veces y ¿qué prefieres? Y siempre digo: ¡Las dos cosas!

Gracias a los espías de internet, me saltó un día una ventana con información sobre inventoras en el mundo de la automoción, mientras revisaba un recurso de apelación.

Me quedé paralizada: el retrovisor, las luces de freno, los intermitentes, la calefacción del coche, la línea continua de la carretera…

¡Todos son inventos de grandes mujeres casi desconocidas, y a las que nunca hemos podido agradecer esos avances tan necesarios!

Portada de 'El viaje en tranvía de Mary Anderson'.

Portada de 'El viaje en tranvía de Mary Anderson'.

La que más me llamó la atención fue Mary Anderson, la inventora del limpiaparabrisas en 1902, un artilugio que, por alguna razón, a mí me da mucha paz, cada vez que se acciona en el coche.

Mary lo inventó, lo patentó y lo intentó difundir, recibiendo respuestas como “se nota que no sabes nada de automoción por ser mujer, eso distraerá a los conductores y tendrán accidentes”.

No hay calles, ni plazas suficientes para poner su nombre en agradecimiento a tantas vidas que habrá salvado con “su ignorancia”.

Por eso decidí ponerle su lugar en el mundo. Lo que no sabía era que tampoco iba a encontrar muchos datos.

Inventora no reconocida, inventora desapercibida

En mi libro he ficcionado parte de su vida y estoy convencida que ella me la ha susurrado al oído y que es real lo que al final he escrito.

Cuando terminas un libro, hay que despedirse de los personajes para dejar la mente libre para el siguiente, hay que 'resetear' la imaginación.

En este caso, tuve que pasear varias horas, en algunos momentos llorando, para decirle adiós a Mary, por el sentimiento que tenía de haberme acompañado durante meses.

El viaje en tranvía de Mary Anderson (Istarduk Ediciones, 2024) es la historia de una niña que se inventa un 'limpiagafas' en la pandemia, para que no se le empañen con la mascarilla.

Gracias a eso descubre a Mary y a su limpiaparabrisas, al indagar en internet, por si su 'limpiagafas' estaba patentado.

En ese descubrir llegarán la niña y la inventora a encontrarse de una forma mágica, aunque las separen más de 120 años.

Leer en familia

Creo que es un libro para niños, adolescentes y adultos, pero, sobre todo, para leerlo en familia, en conjunto. La madre y el hijo. El padre y la hija.

Hay mensajes para todos, muchos guiños, información real y una historia que nos puede llevar a diálogos muy interesantes:

¿Nuestras abuelas eran como nosotras? Pues no hija, no. Tenían que pedir permiso a su marido para todo. Y, ¿si no tenían marido? …

¿Porqué nadie pidió permiso a Mary Anderson cuando usaron su invento y no protestó? Quizá era tan generosa y poco egocéntrica que, con la satisfacción de salvar vidas, olvidó reclamar.

Hoy y con este libro me convierto en la abogada de Mary Anderson y de tantas inventoras que nadie conoce y que deben tener su reconocimiento.

Porque ahora, en 2024, tenemos los ojos abiertos a otra realidad y hay que aprovecharlo. La sociedad está cambiando y las mujeres estamos ocupando nuestro espacio.

Trilogía de inventos

Sin acritud sin criminalizar a mi hijo, a mi padre o mi abuelo. En mi empeño siempre por divulgar que, haciendo equipo, somos todos iguales y mejores.

Este libro cierra una trilogía de inventos. Con el primero, La nube blanca, un niño y su abuela inventan un cachivache para atacar a la nube, al Alzheimer.

Ese texto va solo por el mundo, hemos hecho una obra de teatro y se lee en colegios, instituciones, nos piden el guion y los derechos hasta fuera de España. Un sueño.

El segundo, El escalón de hojalata, trata de un niño con acondroplasia que decide, en vez de lamentarse, crear un invento para llegar a los sitios.

Este libro también me ha dado muchas satisfacciones y voy por los colegios e institutos con mi editora Isabel Vicente de @Istarduk Ediciones, contando que todos somos iguales porque somos diferentes.

Con el libro de Mary Anderson el salto está en que el personaje es una inventora de verdad, con un invento que todos podemos apreciar cada vez que llueve.

Este año publicaré por primera vez un libro para adultos, Con la luz encendida, con Ndenovela, el nuevo sello de ficción de Planeta. Estoy emocionada pues, sin poder desvelar aún nada, la protagonista es una abogada.

En cierta forma, la abogacía y la escritura usan la palabra para conseguir sus fines. A mí me gusta mezclarlas y lograr con la escritura la justicia que persigo con la toga.

Por eso Mary Anderson es una figura que rescato, que reivindico, como muchas mujeres científicas, artistas, literatas, dramaturgas, poetisas, ingenieras, técnicas, etc.

Tantas y tantas que no han tenido la visibilidad que hoy, en 2024, les podemos dar.

Tenemos la conciencia para mirar y debemos hacerlo de frente. Hablar de estas grandes mujeres olvidadas y ponerlas, de una vez por todas, en su lugar en el mundo.