Noor Ammar Lamarty.

Noor Ammar Lamarty. José Verdugo

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Noor Ammar Lamarty, joven activista jurídica: "En el mundo árabe las mujeres están hartas"

La activista marroquí se mudó a España a los 18 años para estudiar Derecho: "Cuando estás discriminada por ley es muy difícil reclamar justicia". 

26 enero, 2022 02:13

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Noor Ammar Lamarty es una joven activista jurídica de 23 años y de origen marroquí. Nació en Tánger, donde creció. A los 18 años se mudó a España para estudiar Derecho y ya ha montado su propia revista, Women by Women, que se ha convertido en una plataforma jurídica.

Pregunta: Antes de empezar quería confirmar que has estudiado Derecho y en tal caso, ¿por qué decides estudiar esta carrera?

Respuesta: (Habla con una determinación sorprendente) Decidí estudiar Derecho porque el desarrollo social, sin las garantías legales es frágil y es un experimento que puede frustrarse en cualquier momento. La única manera de controlar la consolidación del estatus de igualdad de las mujeres, es que las normas estén por escrito. O hacemos una batalla legal para que el feminismo alcance todos los ámbitos de la vida, o nos preparamos para ver cómo caen en el olvido nuestras necesidades de cambio social.

En Marruecos yo crecí en un país que sigue discriminando a las mujeres. Darte cuenta de eso a nivel profundo, te cambia para siempre. Eres inferior porque las leyes siguen velando por el papel de privilegio de los hombres en la sociedad patriarcal. Siempre digo que la peor discriminación que podemos sufrir las mujeres es la legal. Si la ley te considera inferior, has perdido para siempre. Por eso escogí el Derecho, y no el Diseño de Moda o cualquier otra materia creativa o artística. El mundo estaba hecho un desastre, me parecía más urgente hacer algo para mejorar la vida de las mujeres.

¿Y por eso has decidido focalizarte en mujeres?

Si no somos nosotras, las que tenemos acceso a estudios superiores y las que tenemos el contexto correcto para recorrer camino académico y profesional las que demos un golpe a la mesa, y nos preguntemos cómo hemos aguantado tantos años en silencio, ¿quiénes lo harán? ¿Vamos a pedirle a menores de 16 años de las zonas rurales que luchen para derogar el artículo que permite su matrimonio con la autorización de un juez de familia? ¿Vamos a pedirle a una madre de 6 hijos que no pudo acabar sus estudios de primaria que reclame una planificación familiar y el acceso a los métodos anticonceptivos?

A mí me basta con que ellas sobrevivan y manejen su infierno como buenamente puedan. No tienen que ser feministas, tienen que poder levantarse todas las mañanas sin odiar más aún lo que les toca sufrir. No tenemos nada que exigirles a ellas que son las peor paradas de esta historia de patriarcado y machismo. Me conformo con que no nos odien a las que hemos nacido con acceso a una educación y a una vida digna, a las que somos sus conciudadanas que sí tuvimos y tenemos ciertos derechos. El feminismo debe trabajar por hacer extensibles esos derechos al resto de las mujeres de mi país. La justicia no puede ser para unas cuantas. 

Me avergüenza profundamente ver a mujeres que como yo han podido estudiar, y crecer en todos los sentidos, emanciparse e independizarse, mirar a las otras por encima del hombro. Justificar la miseria en la que están tantas mujeres, y por lo tantos sus hijas, y sus hermanas y amigas. Aceptar el clasismo que constituye un país en el que las leyes alcanzan a unas cuantas. Nuestro Código de Familia, discriminatorio y patriarcal, es una trampa para que las que podamos defendernos sintamos que estamos amparadas por la ley, mientras las excepciones que componen esas leyes destrozan en vida a todas las que no pueden defenderse. Lo más triste es que nos dicen que deberíamos estar agradecidas por una modificación de hace 17 años. En fin.

Has lanzado tu propia revista ¿podrías explicarnos en qué consiste?

Yo había empezado a escribir con 17 años en varios medios de comunicación y en diferentes periódicos de forma habitual. Publiqué por primera vez un artículo sobre prostitución en Marruecos con un miedo terrible que fue como: ¡Madre mía después de todo esto no sé qué va a pasar! Acababa de cumplir los 18 años y ya era abolicionista de la prostitución en aquel momento.

Siempre me ha gustado escribir y contar lo que yo pensaba. Aquí también estuve trabajando en revistas y en medios de comunicación, pero estaba muy censurada también. No podía hablar de mujeres en muchos contextos, en muchos países, porque había intereses de por medio. No tenía la suficiente libertad para hacer un reportaje sobre Arabia Saudí, Irán, Marruecos o cualquier otro país que discrimina abiertamente a las mujeres. Mi papel no es que ningún país me haga la ola, si no poner entre la espada y la pared a todos los que vulneran los derechos de mujeres. No hay debate sobre la vulneración que sufren las mujeres.

"Si no me dejáis contarlo, voy a buscar mi propia manera"

Es un debate medieval, son las mesas en las que no me sentaría. La dignidad de las mujeres no se negocia. La cosa es que como era demasiado feminista para estos medios que se pensaban que por ser árabe iba a ser más silenciosa y pudorosa, me  dije “bueno perfecto, si no me dejáis contarlo, voy a buscar a mi propia manera y voy a intentar que todas las mujeres tengan un sitio donde puedan contar todo lo que necesitan sobre las opresiones que sufren”. 

En la pandemia monté lo que es una revista para dar difusión a la situación de las mujeres y ya sabía que iba a haber una perspectiva jurídica porque al final contaba con mujeres que también eran de la trayectoria del Derecho, pero lo que no sabía era que iba a acabar siendo una plataforma jurídica.

Hoy en día es una plataforma jurídica, hemos trabajado en proyectos diferentes como la cuestión de las jornaleras de Huelva. También trabajamos con Women's Link, organización en la que yo trabajaba en aquel momento, que ya llevaba los casos de los delitos de abusos sexuales de algunas trabajadoras y elaboró un informé de relatorías a Naciones Unidas para explicar la situación, de la mano de WomenByWomen. 

¿Podrías explicar lo que es una plataforma jurídica?

Nosotras acogemos casos y nos encargamos de explicar a través del Derecho la situación de opresión que viven las mujeres. No hacemos simples reportajes periodísticos, sino que hacemos reportajes basados en el Derecho para hacerlo accesible a todas las personas. La idea de todo esto es que el Derecho con perspectiva feminista, no sea una materia desconocida para la mayor parte de las mujeres y los hombres, sino que todo el mundo pueda ser consciente de qué implica que haya leyes carentes, la ausencia de las mismas, o la aplicación de leyes injustas. 

Al mismo tiempo servimos de asesoría jurídica. Ahora mismo estamos trabajando en las solicitudes de evacuación de mujeres afganas. Nosotros tramitamos jurídicamente sus solicitudes, en contacto con las embajadas de Irán y de Pakistán, para poder evacuar a las que están atrapadas y cuyas vidas corren serio peligros. Actrices, periodistas, activistas, deportistas, abogadas...

Racismo y feminismo

Dejando a un lado lo profesional y centrándonos más en vivencias y opiniones, me gustaría saber si has vivido situaciones de racismo o machismo en tu propia piel.

Sí, pero yo tengo que resaltar que ser racista conmigo no es tan facil. Para mí es una cuestión de poder que la gente ejerce cuando creer que tiene esa posibilidad, y tiene mucho que ver con la imagen que ofrece la otra persona. El racismo que yo sufro es encubierto, lo que si vivo es una exotización constante, que no deja de ser racismo. 

Cuando tú te sientes sorprendido porque una mujer marroquí de origen árabe es una mujer que está estudiando, está trabajando, que es libre, que no pide permiso para existir  y consideras que es una excepción, y una novedad increíble es porque en el fondo es porque sientes que yo debería ser diferente a ti, eso es racismo indirecto. Quizás no debería ir tan descubierta, ni hablar bien castellano, ni estar formada para que los esquemas y estereotipos que manejas no se te rompan. 

Luego está el racismo burocrático, todo lo relacionado con la regularización de la situación en España. Tenemos que irnos a una comisaría que está en “Mordor” qué es un ex cárcel . Se asume que tengamos que hacer el triple de esfuerzo para tener algo que cualquier ciudadano de media tiene a su alcance, porque en cualquier municipio puede pedir el DNI o cualquier cosa similar. 

Sin embargo y aunque yo no quepa en el estándar de mujer musulmana, se por amigas y familiares, el racismo que sufren las mujeres que si que “parecen” musulmanas. Es muy grave como se las rechaza y se las ningunea. Más allá de lo que yo pine del pelo pienso que , no te tiene que dejar o dejar de gustar el velo para ser respetuoso, el respeto a la integridad física y moral de las personas es imprescindible. 

Por supuesto en redes sociales me insultan por ser marroquí o musulmana de nacimiento, no mucho, pero lo hacen. Pero también me insultan diciéndome que fomento el racismo tampoco muchísimo pero ahí están todos. Suelo ser bastante opaca a eso. Me he acostumbrado, no tengo que caer bien a todo el mundo, está bien que la balanza se equilibre. 

Noor Ammar Lamarty.

Noor Ammar Lamarty. José Verdugo

Ha tenido más impacto el machismo que el racismo en mi vida en Europa. Es una forma de ver las cosas. Creo que todas lo vivimos así. Lo fuerte es cuando nos intentan convencer de que el machismo sólo está en nuestros contextos de origen. Y no es verdad, me lo he encontrado en muchos sitios muy diferentes en España. Creo que engaña más un hombre europeo que no está lo más mínimamente deconstruido pero que cree que por tener madre ya es feminista, que un hombre machista de libro que no tiene filtros con su misoginia. Lo segundo lo ves venir, te lo esperas, lo primero es completamente maquiavélico y puede hacer mucho daño esa doble cara. 

Afortunadamente hay de todo, tengo hombres maravillosos en mi vida, que se esfuerzan mucho en ver que se trata de un sistema del que por ejercer sus privilegios los convierte en cómplices, y que tienen que esforzarse en dejarle un mundo más justo a sus hijas. 

No sé si hay una idea preconcebida de cómo están los derechos en los países musulmanes, tú que tienes contacto directo ¿podrías contarnos cómo es la situación de las mujeres en estos países?

Creo que es importante tener en cuenta que cada país, aunque sea de mayoría musulmana, es un mundo. No tienen nada que ver el contexto de Arabia Saudí, el de Marruecos o el de Líbano. Lo que quiero decir es que en el fondo todo depende mucho de la historia que haya tenido cada uno de los países, también de la colonización de cada uno de los países, del impacto que haya tenido la colonización y el impacto que ha tenido el islamismo político en cada uno de sus países y sobre todo de qué clase de modelo democrático ha seguido cada uno.

Es cierto que yo miro desde la perspectiva del derecho la igualdad en los ordenamientos jurídicos, si en este país no se respeta esto es que hay una vulneración y por lo tanto para mí es discriminatoria la posición de ese país. 

"En el mundo árabe las mujeres están hartas. Hay un hartazgo ral (...), pero es un hartazgo que la educación te enseña a silenciar"

En el mundo árabe las mujeres están hartas.  Hay un hartazgo real, las mujeres están hartas de ser vejadas, humilladas y oprimidas, de formas muy diversas, pero creo  es un hartazgo que la educación te enseña a canalizar y a silenciar. Mientras silencias tu opresión, mientras silencias tu dolor y mientras silencias lo que implica ser mujer una sociedad machista y patriarcal en el fondo te acabas anulando y es lo que les pasa muchísimas mujeres en el mundo árabe.

Se les niega el aliento antes de pelear. Hay muchas que si han cruzado todas las líneas rojas y no han reproducido ningún modelo y están posicionadas en la guerra al patriarcado. Sin embargo no se están haciendo alianzas fuertes entre mujeres de diferentes países, se busca más la aprobación masculina. 

El  problema es que se nos ha dicho a las mujeres que nuestras opresiones son un problema secundario y se nos ha convencido de que siempre habría tiempo para nuestras desgracias a resolver.

En un primer momento era la colonización. “Bueno ya tendréis tiempo cuando nos liberemos de la colonización, tendréis tiempo para ser libres”. Luego acabó la colonización y empezaron las revueltas y  nos decían “Cuando acabemos con los líderes laicos corruptos y demás llegará vuestro momento” y nosotras “sí, sí, vale, vale”, pero nosotras también salíamos a las calles y se contaba con nosotras. Cuando cayeron los corruptos laicos llegaron los islamistas y entonces claro, un chiste de los pies a la cabeza: ¿qué hicieron los islamistas? Nos enterraron legal y socialmente más aún.

Entonces siempre se ha ido dejando el tema de los derechos de las mujeres, porque siempre había algo que justificara la importancia mayor y llega un punto en el que estamos hartas, y yo personalmente no entro en el debate de si el feminismo es necesario porque es imprescindible en todos lados.  

Derecho islámico

Entonces estamos en contextos diferentes las mujeres occidentales y las árabes ¿no? ¿Cuál es la diferencia en la batalla que debemos luchar las mujeres hacia el mismo objetivo que es la igualdad?

Creo que la diferencia principal se encuentra la religión, en el Islam. El Islam tiene de forma ambigua pero real un código penal y civil concretos, toda la doctrina islámica que no es sólo el Corán, construye una historia en torno a cómo hay que vivir. Esa es la diferencia crucial entre el mundo occidental y el mundo musulmán, que el mundo musulmán, el Islam, es una forma de vida. No es solo fe, es política, está arraigado a la sociedad, es cultural, es parte de la vida diaria en todos sus sentidos de sus practicantes.

Su gran ventaja y su gran trampa. Para mí es imposible evolucionar como sociedades si una separación clara entre lo político y lo religioso. Para mí, la evolución en Occidente ha sido privatizar la fe. La fe es tuya, no necesitas de la aprobación social porque deja de ser un instrumento cultural fuerte. Sin embargo, los ordenamientos jurídicos en el mundo musulmán en cada país contienen un porcentaje Derecho islámico que por supuesto es discriminatorio con las mujeres. No hay feminismo alguno en ningún texto sagrado.

¿Qué papel tenemos las mujeres de todas las partes del mundo luchar por un mundo feminista, donde seamos iguales realmente?

Pues mira te diría que creo que es muy importante escuchar. Creo que es importante tener conversaciones importantes con personas que nos vamos cruzando por la vida y darte cuenta como mujer que quizás no conoces lo que sufren otras mujeres y creo que esa es una de las grandes cosas que se han ido perdiendo con el paso del tiempo.

La gente deja de tener conversaciones importantes y lo que tenemos ahora son retweets y cuántos más retweets menos real es el vínculo que creamos. Hay una necesidad de un diálogo entre mujeres occidentales, árabes, asiáticas.

El problema es que todo el mundo te habla con un estereotipo por delante y eso dificulta todo, porque no escuchas con libertad. Hay que dejar de tener miedo a no entender las opresiones de la otra, porque no tenemos que entenderlas, tenemos que respetarlas.

Noor Ammar Lamarty.

Noor Ammar Lamarty. José Verdugo

También creo que faltan mesas de diálogo abiertas. En España hay mesas de diálogo en las que están María, Paula y Valentina, y yo adoro a mi Paula, mi María y mi Valentina, pero no puede ser que solo se hable de algunas experiencias vitales.

En España hacen falta mesas feministas en las que deben estar: mujeres migrantes de clase social baja sin acceso a estudios, de clase social media con acceso a estudios, mujeres que fueron oprimidas, coaccionadas y vejadas de niñas por su entorno, por su comunidad, porque se les quiere imponer una forma de ser que no aceptaron. Hay que escuchar a las mujeres gitanas porque tienen mucho que contar y muchas experiencias de las que se están reinventando para ser las mujeres que quieren ser. Hay que escuchar a las mujeres latinas, desde las que vienen para empezar de nuevo y buscar una vida mejor con sus familias o solas, hasta las muchas mujeres que han sido víctimas de trata o han caído en redes de proxenetas o pornografia terroríficas. Es terrible todo lo que viven muchas mujeres ahí fuera. Mujeres chinas que son emprendedoras; mujeres saharauis, que han vivido en un contexto nefasto en campos de refugiados por un conflicto político sin precedentes.

Y para que este relato le llegue a María lo tiene que contar una Salma o una Jeniffer, quiero decir, es importante no ocupar sitios que no son nuestros. Osea yo siempre digo que mi discurso es mío, si estoy a favor o no del velo o denuncio determinadas cosas soy yo contando las cosas desde dentro.

Conmigo lo que noto mucho es una apropiación completa de mi discurso. Hay personas que lo usan y desusan a su antojo y es muy triste, incluso sé que mujeres a las que yo considero feministas han usado mi discurso no para ayudar a que ese discurso trascienda y que otras personas puedan pensar sobre ello, sino para terceros fines y esto hace daño a mujeres de mi contexto.

"Hace falta escucha y que cada una ocupe el lugar que tiene que ocupar"

Y otra cosa es que María , que no conoce mi contexto, ni mi religión, ni nada de lo que tiene que ver con mi mundo, se sienta en la potestad de usar mi discurso a su favor para justificar algo relacionado con mujeres de mi contexto y al final hace daño indirectamente.

Entonces yo creo que hace falta escucha y que cada una ocupe el lugar que tiene que ocupar. Yo no hablo por María, por Marta, por Cristina y no creo que sea necesario que ellas hablen por mí, porque ya existimos, ya estamos aquí. Podemos hablar, preguntarnos, pero no construyamos relatos entre nosotras que no son reales y que encima hacen daño a terceras mujeres con las que podemos estar o no de acuerdo.