Imagen de archivo de Eugenia de Montijo.

Imagen de archivo de Eugenia de Montijo.

Magas-Mujeres en la Historia

¿Quién fue Eugenia de Montijo? La emperatriz cuya corona apareció rota tras el robo del Louvre

Nacida en Granada e hija de aristócratas, se mudó al país galo, donde contrajo matrimonio con Napoleón III y se convirtió en un referente femenino por su liderazgo y elegancia.

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D.Sánchez / Agencias
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Los ladrones que han perpetrado este domingo el robo en el parisino Museo del Louvre han logrado sustraer nueve piezas de la colección de joyas de Napoleón y la Emperatriz Eugenia, cuya corona ha sido encontrada en las inmediaciones del recinto con daños todavía por evaluar.

Eugenia de Montijo (1826-1920) fue una condesa granadina y la emperatriz consorte de Francia como esposa del emperador Napoleón III.

Hija de aristócratas españoles cuyo linaje estaba vinculado a la Casa de Alba, se mudó al país galo a los nueve años, donde creció rodeada de artistas y fue cortejada por el sobrino de Napoleón Bonaparte, con el que se casó en 1853.

Eugenia de Montijo se implicó en la política francesa, participó activamente en la construcción del canal de Suez y fue también muy activa en la defensa de los derechos de las mujeres.

Consiguió, por ejemplo, la concesión de la Legión de Honor a la pintora Rosa Bonheur, primera mujer en ostentar dicha distinción.

La emperatriz también se considera un icono de estilo, logrando influir en la estética de las altas esferas europeas de su época.

Su colección personal incluía tiaras, coronas, broches y collares de oro engastados con perlas, diamantes y esmeraldas, muchas piezas diseñadas personalmente para ella.

El momento cumbre de su reinado fue la inauguración del Canal de Suez el 17 de noviembre de 1869, que ella presidió personalmente.

Para el evento, encargó a su modisto personal, Charles Frederick Worth, considerado el fundador de la Alta Costura, cerca de 150 vestidos.

Tras la caída del Segundo Imperio en 1870 y la Guerra franco-prusiana, Eugenia se exilió a Inglaterra, donde tuvo que subastar parte de su colección para sobrevivir.

Su vida acabó marcada por las tragedias: su esposo murió en 1873 y su único hijo corrió la misma suerte en 1879 luchando contra los zulúes.

Eugenia falleció en Madrid en 1920 a los 94 años y, a día de hoy, su nombre da nombre a una de las paradas de la línea 5 del metro de la capital española.

El Louvre fue recuperando varias de sus joyas a lo largo de las décadas, incluyendo su corona (adquirida en 1988), la diadema de perlas (1992) y diversos broches. Estas piezas se exhibían precisamente en la Galería de Apolo, escenario del robo de este domingo.

La corona

La corona imperial de Eugenia de Montijo robada este domingo fue creada en 1855 por el joyero Alexandre-Gabriel Lemonnier.

La pieza está compuesta por 2.490 diamantes y 56 esmeraldas engastados en oro, diseñada específicamente para ella en su condición de emperatriz.

Tras la caída del Segundo Imperio en 1870, Eugenia se exilió a Inglaterra dejando la mayoría de sus joyas en Francia.

En 1887, el gobierno francés organizó una controvertida subasta donde vendió gran parte del patrimonio real, destruyendo muchas piezas para vender las gemas por separado.

Sin embargo, la corona sobrevivió intacta y en 1988 el Museo del Louvre la adquirió para exhibirla en la prestigiosa Galería de Apolo.

Tras el asalto de este domingo, la corona ha aparecido rota en las inmediaciones del museo, por lo que se especula que se cayó durante la huida de los ladrones.