Desfile de la colección Primavera-Verano 2026 de Chanel en París.

Desfile de la colección Primavera-Verano 2026 de Chanel en París. GTRES

Moda

Del lujo racional de Prada a la emoción escénica de Chanel: las claves que hemos visto en las semanas de la moda

Las dos capitales que marcan el ritmo del lujo ofrecieron visiones contrapuestas sobre la moda que vendrá en la próxima Primavera/Verano.

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Alba Díaz
Publicada

Nuevos desfiles de gestos, texturas y narrativas. Milán y París, las dos capitales que marcan el ritmo del lujo, ofrecieron visiones contrapuestas sobre la moda que vendrá en la próxima Primavera/Verano 2026.

Si la primera, en septiembre, se concentró en el materialismo exquisito y la sastrería como inversión, la segunda, a principios de mes, apostó por la narrativa visceral y la emoción escénica.

El mapa estético ha cambiado: el lujo ahora se divide entre la necesidad de materiales que perduren (a la italiana) y entre la urgencia del storytelling cultural (a la francesa). Las grandes casas han abierto sus puertas.

La Semana de la Moda de Milán fue, ante todo, una reafirmación de la calidad. En un mercado saturado por las tendencias efímeras, los diseñadores se enfocaron en justificar lo lujoso a través del tejido, el corte y la perdurabilidad.

El uniforme y la intelectualidad de Prada

Prada, bajo la dirección de Miuccia Prada y Raf Simons, siguió explorando el concepto del uniforme. Lejos de la ornamentación, la colección se centró en la claridad de la silueta, pero enriquecida con contrastes conceptuales: el satén más delicado se enfrentaba al nailon más rudo, la sastrería clásica se cortaba con proporciones futuristas.

Desfile de la colección Primavera-Verano 2026 de Prada en Milán, Italia.

Desfile de la colección Primavera-Verano 2026 de Prada en Milán, Italia. Página oficial de Prada

Es un lujo intelectual que reside en la perfección de la ejecución y en la inteligencia de quien lo lleva, más que en el logo en sí. En 2026, la mujer Prada es austera, pero su austeridad es, en realidad, una declaración de poder.

Limpieza y contención en Gucci

La casa Gucci, inmersa en una nueva era comandada por Demna, continuó su camino hacia un lenguaje visual más mesurado. El maximalismo estridente dio paso a una sastrería pulcra y bien definida.

Hubo un enfoque notable en las texturas, encajes y pieles, y los colores primarios aplicados con contención; más sobrio, más elegante pero con espacio para los toques de color. Milán, en general, demostró un deseo de volver a los cimientos: la inversión en calidad, el nuevo estatus.

Versace y Bottega Veneta

En Versace se jugó con la seducción típica de la casa, pero aplicando una contención que la hacía más deseable. Vimos siluetas muy definidas y hombros marcados, oversized, reafirmando la sastrería en Italia como pilar de confianza.

Por su parte, Bottega Veneta siguió construyendo su imperio a través de la artesanía, con pieles y cueros que parecían mantequilla, demostrando que el lujo también puede convertirse en una experiencia sensorial.

Desfile de la colección Primavera-Verano 2026 en Milán, Italia.

Desfile de la colección Primavera-Verano 2026 en Milán, Italia. Reuters

La Ciudad de la Luz fue el contrapunto emocional y narrativo, utilizando la escenografía y la historia como verdaderas protagonistas.

Ovación para Jonathan Anderson

El debut y la emoción del propio Anderson en Dior fue el gran momento de la temporada. El riesgo era enorme, y su respuesta fue un gesto de inteligencia emocional.

Proyectó un cortometraje de Adam Curtis que mezclaba el archivo de la maison (Galliano, Chiuri…) con imágenes de terror, una suerte de exorcismo simbólico de los fantasmas del pasado. Una vez hecho el homenaje, la pasarela presentó su visión.

Desfile de la colección Primavera-Verano 2026 de Dior en París, Francia.

Desfile de la colección Primavera-Verano 2026 de Dior en París, Francia. Reuters

Y entró la Bar Jacket redimensionada, zapatos con forma de pétalo de rosa y un surrealismo que rompió la rigidez histórica; como un pintor impresionista exponiendo por primera vez en el Salón de París. La ovación que recibió JWA no fue solo por la colección, sino por la entrada triunfal a su nueva casa.

Un bautismo… apocalíptico

Nadie maneja el drama escénico como Rick Owens. Su desfile en el Palais de Tokyo se transformó en una piscina completa. Los modelos caminaron y chapotearon en el agua, creando un ritmo acuático y un efecto visual de túnicas y flecos empapados.

Colección Primavera-Verano 2026 de Rick Owens presentada en el Palais de Tokyo de París, Francia.

Colección Primavera-Verano 2026 de Rick Owens presentada en el Palais de Tokyo de París, Francia. Página oficial de Rick Owens

Fue un acto de arte performativo más que un desfile, un ‘bautismo’ que llevó el concepto de ropa ‘dura para tiempos duros’ a un plano visceral y místico, como el propio Owens.

Chanel y el Cosmos

Matthieu Blazy en Chanel rindió homenaje a la famosa escenografía del cohete de Lagerfeld con un sistema solar completo.

Esa fue su ‘respuesta’: más amplia, más extensa, sin límites. Un primer contacto con su imaginario, repleto de intenciones. Esferas gigantes que emulaban planetas colgaban sobre los invitados, anclando el tweed (descontracturado) en un contexto artístico y futurista; faldas más cortas y siluetas menos rígidas.

Desfile de la colección Primavera-Verano 2026 de Chanel en París, Francia.

Desfile de la colección Primavera-Verano 2026 de Chanel en París, Francia. GTRES

Una escena que obligaba a la inmersión, a sentir esa transición de la casa a una etapa más experimental sin renunciar a lo mítico de Chanel.

La seducción

Alessandro Michele sustituyó la música por la voz de Pamela Anderson, quien leyó en off una reflexión sobre las luciérnagas de Pasolini, elevando el desfile a un manifiesto filosófico sobre la esperanza.

También, Anthony Vaccarello para Saint Laurent cerró con una flota de ballgowns con volantes monumentales. La clave: estaban hechos de nylon. Un gesto que equilibra el glamour con la funcionalidad y libera a la alta costura de la fragilidad.

Detalles, gestos y titulares

Un asalto americano: El debut aclamado de Loewe bajo McCollough y Hernández, con su prep lúdico en colores primarios, marcó la tendencia de diseñadores estadounidenses inyectando energía audaz en casas europeas.

La técnica de Alaïa: Pieter Mulier jugó con la forma, presentando flecos que cubrían las piernas y que, en un efecto de ilusión, se confundían con pantalones ajustados. Una técnica que obliga siempre a una segunda mirada y celebra la escultura del cuerpo y el lenguaje visual.

El poder de Naomi, siempre Naomi: La presencia de Naomi Campbell abriendo el show de Sacai y desfilando en otras pasarelas, junto a iconos como la cantante Caroline Polachek desfilando en Chloé, demostró que el casting es una declaración cultural.

El legado y lo cool son los nuevos accesorios ineludibles. El modelaje ya no tiene edad.

La nueva temporada de cara al próximo año nos deja una moda que, tras Milán y París, sabe que debe ser fuerte y tangible en el producto, pero también rica y emocional en la historia que cuenta. Llama a invertir en lo eterno, pero emocionándose con lo efímero. Diseñadores como Jonathan Anderson, ya veteranos en esto, lo saben bien.

Vuelve siendo más narrativa, performativa y emocional que nunca. Las ‘viejas’ casas son conscientes de ello, demostrando, una temporada más, que cada pasarela es un acto de comunicación que habla de identidad, memoria y audacia.