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Interiorismo

Zaida, arquitecta, sobre las ciudades: “Se pensaron para hombres de 1,80 metros, con buen sueldo y coche"

La arquitecta apuesta por un urbanismo con perspectiva de género y alerta: muchas ciudades aún están diseñadas para un modelo masculino.

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Muxí, (acompañada de la arquitecta Núria Moliner), en una entrevista para el programa Via Lliure de RAC1, advirtió que muchas urbes se diseñaron pensando en un “usuario” tipo: hombre, de mediana edad, 1,80 m de estatura, con coche y buen salario, tal y como se indica desde Arquitectura y Diseño.

Esta perspectiva muestra la manera en que el urbanismo tradicional reproduce roles y privilegios que ocultan otras vivencias diarias, como las de las mujeres, los ancianos o las personas con movilidad limitada.

La especialista sostiene que es necesario repensar la movilidad, los espacios públicos, la vivienda y las infraestructuras desde un nuevo enfoque para construir ciudades verdaderamente inclusivas.

Muxí sostiene que la escala urbana, el mobiliario, los tiempos de espera, los recorridos (todo) se diseñó para un modelo masculino que lleva coche, camina poco y accede con fluidez.

Ella apunta que ese modelo de ciudad no contempla suficientemente tareas cotidianas como los desplazamientos de quienes cuidan, recogen niños, hacen compras o combinan espacios de trabajo y de hogar.

Zaida Muxí.

Zaida Muxí. Red Mujer y Hábitat de América Latina y el Caribe

"Las ciudades tienen género y sí, es masculino" resumen Muxí en una entrevista, al señalar que el diseño urbano ha sido históricamente dominado por una visión patriarcal.

La presencia del coche como eje del urbanismo moderno favoreció grandes viales, parkings y movimientos lineales, pero penalizó rutas a pie, ciclistas o transporte público accesible. Muxí lo denuncia como parte del sesgo de género en la ciudad.

Para ella, ese diseño "vehicular" responde a un hombre con trabajo, recursos y vehículo propio; los demás (mujeres, jóvenes, mayores, personas sin coche) quedan en desventaja funcional y simbólica.

Así, la accesibilidad, el tiempo disponible, la combinación de actividades y la seguridad nocturna quedan invisibilizadas en muchas zonas urbanas, según su análisis.

La vivienda también entra en ese análisis: Muxí estudia cómo las casas se pensaron para una familia tipo, bajo el modelo tradicional masculino como sustentador, con coche y espacio de garaje, tal como se diseñaba en el siglo XX.

Esta visión excluye realidades diversas de familias, monoparentales, personas mayores o en situación de dependencia, que viven otras dinámicas espaciales, de movilidad y cuidado en la ciudad.

Según Muxí, para que el urbanismo sea inclusivo debe contemplar zonas de juego, centros de atención, accesos fáciles, transporte que combine con trayectos de menores, personas mayores o sin coche.

La experta aboga por un urbanismo feminista que revise las normas, las escalas, los tiempos, la distribución de roles y los usos del espacio. De esta forma, la ciudad deja de diseñarse para ese "hombre de 1,80 metros, buen sueldo y coche".

Entre sus propuestas figura reducir el protagonismo del vehículo privado, favorecer el transporte público, impulsar rutas peatonales seguras y contar con mobiliario urbano que atienda a necesidades de todas las personas.

Además, Muxí subraya que la participación ciudadana diversificada y la recolección de datos (por edad, género y movilidad) son clave para un diseño urbano equitativo.

El planteamiento de Zaida Muxí invita a preguntarnos: ¿para quién se construyen nuestras ciudades? Si la respuesta sigue siendo "para hombres altos, con coche y buen salario", entonces queda mucho por transformar.

La mirada de género en la arquitectura y el urbanismo no es simplemente estética: es funcionalidad, justicia social y calidad de vida para toda la población.