La mansión de Ana Botín (64) en Santander.

La mansión de Ana Botín (64) en Santander.

Interiorismo

La mansión de Ana Botín (64) en Cantabria, una propiedad con vistas únicas y precio millonario: “Mi refugio familiar”

Se trata de una espectacular finca con privacidad máxima, vistas a la bahía de Santander y una gran tradición familiar.

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En Cantabria, a la orilla opuesta a la ciudad de Santander, Ana Botín disfruta de una finca en Ribamontán al Mar (pueblo de Carriazo) donde pasa buena parte de sus veranos. Es allí donde practica yoga y desconecta de la agenda del Santander, manteniendo la costumbre familiar de veranear "en casa".

La propiedad no es un secreto para los vecinos: hace más de dos décadas que la presidenta del banco y su marido, Guillermo Morenés, poseen una finca en Carriazo. En 2016 compraron una parcela adicional de unos 74.000 metros cuadrados contigua a la original, para reforzar la privacidad y preservar las vistas.

Aunque el precio de la compra no es público, el mercado de lujo en la zona muestra operaciones que superan con holgura el millón de euros, lo que respalda el calificativo de "precio millonario" para una finca de estas dimensiones y ubicación.

Carriazo se asienta en un paisaje verde y tranquilo, a minutos de playas como Somo o Laredo y con panorámicas a la bahía de Santander. Allí, la familia celebró en 2016 la boda del hijo mayor de Ana Botín, reforzando el vínculo entre la finca y los hitos personales del clan.

Muy cerca, en la propia capital, se levanta El Promontorio, la histórica casa-palacio que fue residencia de los Botín durante casi un siglo (1915-2006) y que hoy es sede de la Fundación Botín. Su emplazamiento domina la bahía y es obra del arquitecto Javier González de Riancho. El inmueble fue donado por la familia para uso cultural, subrayando el legado y la vocación filantrópica del apellido.

Fuentes locales sitúan a Ana Botín practicando golf en el Real Club de Pedreña y yoga en su casa de Ribamontán al Mar. La adquisición de la parcela colindante (unos 74.000 metros cuadrados) consolidó un perímetro sin vecinos incómodos y un entorno de gran extensión verde, típico de las fincas cántabras.

La ejecutiva ha dicho en múltiples ocasiones que "su casa es Cantabria", y lo cierto es que su mapa residencial es amplio (con propiedades en Londres y Suiza), pero es en la bahía santanderina donde encuentra un refugio familiar con naturaleza, silencio y tradición.

Más allá del retiro de Carriazo y de la huella de El Promontorio en Santander, el apellido está vinculado a proyectos emblemáticos de la ciudad, como el Eurostars Hotel Real, promovido en su día por el patriarca Emilio Botín por encargo de Alfonso XIII, y al tejido cultural de la Fundación Botín.

Todo contribuye a explicar por qué la residencia cántabra de Ana Botín se percibe como un símbolo familiar tanto como una vivienda de alta gama.

La finca de Ana Botín no solo es un lugar de descanso, sino también un ejemplo de respeto por el entorno natural cántabro. Según vecinos y medios locales, la propiedad mantiene zonas verdes sin edificar y vegetación autóctona, algo que encaja con la imagen de la presidenta como defensora de prácticas responsables y sostenibles en sus negocios y vida personal.

La zona de Ribamontán al Mar y su proximidad a Pedreña se encuentran entre los destinos residenciales más exclusivos del norte del país, donde personalidades de la empresa, el deporte y la cultura mantienen segundas residencias. En este contexto, la finca de Botín destaca no solo por sus dimensiones, sino por su valor sentimental y el peso histórico de su apellido en la región.