Isabel Junot en el photocall de Solan de Cabras.

Isabel Junot en el photocall de Solan de Cabras. Gtres

Estilo de vida

Isabelle Junot (34): "Llevo 20 años siguiendo dietas de moda, viviendo en un bucle de atracón, culpa y ansiedad"

Invitada del pódcast de esta casa, la coach nutricional habla de un tema tabú que, la mayoría de las veces, trunca nuestros objetivos.

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Una de las últimas invitadas del pódcast de Magas, Arréglate que nos vamos, conducido por Cruz Sánchez de Lara y Charo Izquierdo, ha sido Isabelle Junot, coach nutricional y marquesa de Cubas.

Recién estrenado su libro, Eat Girl: De la obsesión a la ilusión, en el que precisamente habla de su experiencia vital con la comida, desde que era niña, la empresaria francesa-danesa, habla sin tapujos de la importancia de tener una relación sana con la comida.

En la sociedad actual, ya es tan larga la lista de "prohibidos" que también la comida se ha convertido en uno de sus puntos protagonistas.

Una cultura de dieta permanente que está rompiendo la relación que miles de mujeres tienen con la comida, según Junot.

"Antes me prohibía todo lo insano o lo que engordaba", reconoce. Hoy, su discurso nada tiene que ver con ello: comer con calma, sin culpa y poniendo fin a la obsesión.

La cultura actual de la dieta

Durante años, Isabelle se movió entre el "miedo" a engordar, el control estricto y la eterna sensación de fracaso.

Fue entonces cuando descubrió la alimentación intuitiva y decidió transformarse, primero a sí misma y después a otras mujeres:

"Cuanto más me prohibía una comida, más la deseaba. Vivía en un bucle de atracón, culpa y ansiedad."

Creció en un entorno donde se hablaba de salud, bienestar y nutrición. Lo tenía todo para "comer bien", pero esa búsqueda de perfección acabó convirtiéndose en obsesión. “Me pasaba el día pensando en lo que no debía comer: azúcar, gluten, pan… Todo estaba demonizado”, recuerda.

No era disciplina

"Prohibirte comida no te hace más fuerte. Solo alimenta la ansiedad", resume. Hoy insiste en que hay que comer para sentirte bien, no para castigarte. El objetivo, afirma, no es tener un cuerpo perfecto, sino vivir en paz con lo que comes.

Su reflexión conecta con lo que viven miles de mujeres. Esa conversación interna que todas conocemos: "El lunes empiezo"; "Hoy me porto bien"; "No puedo comer eso".

Para Isabelle, el resultado siempre es el mismo: atracones, culpa y frustración. "Nos obsesionamos con las reglas. Si como carbohidratos, mañana ayuno. Nada de pan después de las 6. Si fallo, empiezo de cero. Vivimos en una cárcel mental", explica.

Y lo peor no es la báscula, sino es la ansiedad emocional que se esconde detrás. La coach lo resume así: "Hay un punto en el que ya no comes por hambre. Comes por ansiedad, por aburrimiento, por llenar un hueco". Ese es, según ella, el verdadero enemigo: el hambre emocional.

Qué cambió su vida

La clave llegó cuando descubrió la alimentación intuitiva. Al principio, no se lo creyó. "Pensaba que sin reglas me perdería. Necesitaba control". Pero ocurrió lo contrario, que cuando dejó de prohibirse ciertos alimentos, desapareció el impulso de comerlos compulsivamente.

"No puedes vivir en guerra con el hambre. Si lo silencias, vuelve como un huracán", cuenta. Hoy defiende un método basado en presencia y calma, comiendo con atención, viendo cómo sienta cada alimento y tomando decisiones desde el cuerpo, no desde la culpa.

Su frase más repetida es también su filosofía: "Elegir y no prohibir. Esa es la libertad". Y es que, tal y como ella dice, "el cuerpo no quiere perfección. Quiere paz”.

Isabelle insiste en que la cultura de la dieta nos ha desconectado de nosotras mismas. “Hay tanto ruido ahí fuera… Ayuno, sin gluten, sin carbohidratos, vegano, paleo… Nos pasamos la vida copiando a otras mujeres sin preguntarnos qué nos funciona a nosotras".

Isabelle Junot en un evento en octubre.

Isabelle Junot en un evento en octubre. Gtres

Para ella, la transformación empieza en el cerebro, no en el plato:

  • "No hay una sola forma de comer bien."
  • "El progreso no es lineal: habrá altibajos."
  • "No eres débil por comer chocolate. Eres humana."

El objetivo no es prohibir, sino estar presentes. Comer sin pantallas, sin prisas y sin automático. "Si llegas a la comida con ansiedad, comerás con ansiedad", insiste.

Por eso recomienda evitar el auto castigo y el hambre extrema: "No llegues a la comida con hambre feroz. Planifica, escucha el cuerpo y sostén el hambre, no la ignores".

Adelgazar es posible, pero no a costa de la salud mental. El método de la aristócrata no es una lista de mandamientos, sino una invitación a conocerse. "Cada mujer tiene su historia, su cuerpo y su ritmo. Lo importante no es copiar, es escucharse".