La economista Montse Cespedosa.

La economista Montse Cespedosa. laSexta Xplica

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Montse Cespedosa, economista, no se corta y alerta a España: "En 2026 nadie podrá permitirse una vivienda"

Los precios de la vivienda en España siguen al alza y las hipotecas ofrecen una ventana única: retrasar la compra puede salir muy caro.

Más información: Montse Cespedosa, experta en banca: “El salario está estancado y la vivienda está subiendo. Cuidado porque esto va a petar”

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El mercado de la vivienda en España vive un momento decisivo. Tras varios años marcados por la incertidumbre económica, la subida de los tipos de interés y la tensión en los precios del alquiler, la compra de una casa vuelve a estar en el centro del debate público.

La economista y exbanquera Montse Cespedosa se ha pronunciado con claridad en uno de sus últimos análisis, advirtiendo que retrasar la decisión de adquirir un inmueble puede salir muy caro. Según ella, quienes esperen a 2026 para dar el paso se encontrarán con un panorama mucho menos favorable tanto en precios como en condiciones.

Sus declaraciones llegan en un contexto en el que el Euríbor ha bajado, lo que abarata las hipotecas, mientras que el precio de la vivienda mantiene su escalada. La combinación de ambas tendencias, advierte, genera una ventana de oportunidad que no durará demasiado tiempo y que muchos compradores podrían dejar escapar.

El precio de la vivienda no deja de subir

Cespedosa sostiene que, aunque hoy se puedan negociar hipotecas más atractivas, los precios de las casas seguirán aumentando. "Es una tendencia clara: la demanda supera a la oferta y eso presiona al alza. El que espere a 2026 pagará más por la misma vivienda", sentencia.

La experta recuerda que el mercado español no presenta, de momento, síntomas de una burbuja como la de 2008. Sin embargo, sí reconoce patrones parecidos en la percepción social, como el miedo a quedarse fuera o la presión de entrar en la propiedad antes de que los precios sigan escalando.

A pesar de que las condiciones hipotecarias resultan hoy más ventajosas por la estabilización del Euríbor, el verdadero problema es el valor de los inmuebles. Las estadísticas ya muestran subidas interanuales de dos dígitos en algunas capitales de provincia y en barrios concretos de grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia.

En este sentido, Cespedosa lanza un aviso claro: lo que ahora parece caro, en apenas un año o dos puede resultar barato. Los compradores que se arriesguen a esperar tendrán que asumir incrementos que pueden superar fácilmente el 10% en determinadas zonas tensionadas.

Una oportunidad hipotecaria con letra pequeña

Si algo distingue al mercado actual es la agresiva competencia entre bancos por ofrecer hipotecas fijas y mixtas a intereses más bajos que en los últimos años. La caída del Euríbor ha permitido rebajar cuotas y ha devuelto atractivo a las operaciones a largo plazo.

Cespedosa subraya que se trata de una circunstancia excepcional que los compradores deberían aprovechar, pero advierte de la "letra pequeña" que esconden algunas ofertas. "Se están ofreciendo condiciones muy agresivas, pero vinculadas a seguros, planes de pensiones o productos que atan al cliente durante décadas", explica.

Por eso, aunque anima a quienes estén preparados a dar el paso, recomienda no dejarse llevar por los titulares y analizar con calma cada contrato. Lo ideal, afirma, es comparar varias entidades, revisar el TIN y la TAE, y calcular con precisión la cuota mensual en función de los ingresos netos.

Según sus cálculos, un comprador medio que hoy se hipoteque a tipo fijo puede conseguir cuotas estables de entre 600 y 800 euros al mes por una vivienda de unos 200.000 euros, siempre que aporte la entrada adecuada. En cambio, si decide esperar a 2026, no solo se enfrentará a precios más altos, sino a condiciones más restrictivas de financiación.

El coste de esperar: pagar más por lo mismo

El mensaje de la economista se resume en un cálculo sencillo: si una familia está valorando la compra de una vivienda de 200.000 euros en 2025, en 2026 ese mismo inmueble podría costar 220.000 o 230.000 euros, según las previsiones de mercado.

Esa diferencia de 20.000 o 30.000 euros no se traduce solo en un mayor precio de compra, sino en una cuota mensual más elevada y en un esfuerzo financiero que puede condicionar durante décadas. "Cada año de espera no solo incrementa el precio, sino que encarece el crédito y reduce el poder de negociación", resume.

Además, subraya que las entidades financieras se vuelven más exigentes con el tiempo. En la actualidad, los bancos suelen financiar hasta el 80% del valor de la vivienda, lo que obliga a tener ahorrado al menos un 20% del precio más un 10% adicional para gastos e impuestos. Con precios al alza, ese colchón inicial también se hace mayor.

Por eso, insiste en que la verdadera trampa de esperar no está tanto en la hipoteca como en el precio final del inmueble. La ventana actual permite acceder a viviendas con condiciones razonables, mientras que el futuro inmediato puede complicar mucho más el acceso.