Imagen de un salón con ejemplo del empleo de la tendencia de las curvas y las materias primas naturales.

Imagen de un salón con ejemplo del empleo de la tendencia de las curvas y las materias primas naturales. Foto de Deconovo en Unsplash

Estilo de vida

Las tendencias clave de decoración para este otoño: los colores, materiales y el estilo ideales para el hogar

La estación llega cargada de nuevas propuestas que hablan de lo que está de moda, pero también de aquellos que habitan el hogar.

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Las tendencias adoptan el prefijo micro debido al ritmo de vida impuesto por la sociedad. Esto aplica a todos los ámbitos: desde moda a belleza, pasando por decoración. Sin embargo, la influencia de todo lo nuevo compite con la fuerza que va adquiriendo lo vintage y el arte. Una muestra más de la polarización del mundo, al que a veces le cuesta encontrar el equilibrio.

En este choque de caos y rutina, el hogar se convierte en el mejor refugio, una suerte de santuario que logra aplacar todo lo externo. Sin embargo, este espacio se ve condicionado por la llegada de esas referencias de moda que tienen la capacidad de cambiar la estética y la visión de los diferentes rincones de casa.

Este otoño, hay tres elementos fundamentales que toman posición en esta tarea y que si se emplean con sabiduría, serán una inversión y no un gasto.

Los colores

En cuanto a la gama cromática imperante durante esta temporada, los tonos tierra siguen estando muy presentes, en especial en su versión más cálida. Una de las grandes influencias de este año ha sido, sin duda, el color que Pantone seleccionó como su favorito: el Mocha Mousse.

No obstante, aquellos con bases anaranjadas, amarillas y rojizas también toman fuerza gracias a elementos decorativos hechos a partir de materiales como la arcilla. De hecho, hace unos días la misma empresa estadounidense, creadora de este sistema de color internacional, compartió en su cuenta de Instagram un evento que se había organizado en Italia ensalzando estas mezclas tonales.

Igualmente, no solo se hablará de opciones en clave neutra, sino que otra alternativa que gana peso de cara a los próximos meses es la del verde.

Como ya confirmaron los expertos de WSGN y Coloro que en 2026 el Transformative Teal sería el color del año, una inspiración que ya lleva unos meses haciéndose hueco entre las tendencias de decoración y que probablemente haya llegado para sustituir al clásico gris millennial.

Igualmente, otras propuestas del espectro del verde también tendrán su lugar, como el oliva, el salvia o el musgo.

Este cambio de tornas viene también de la mano de estéticas como la cluttercore o la cottagecore.

Nuevas líneas

En concreto, una mirada hacia las curvas. Cualquier amante de la decoración que esté presente en redes debería estar al tanto de una de las tendencias del momento. Ahora el minimalismo camina en otra dirección. Los ángulos rectos desaparecen dando lugar a unas redondeces que se encuentran en arcos de paso.

Como el arquitecto y cofundador de Polight, Nacho Castillejo, confirmó a esta revista, este efecto es más difícil de conseguir en cuanto a construcción, por lo tanto, implica una mayor inversión económica.

No obstante, estas referencias, que pueden remitir a décadas pasadas, se integran en casa de forma orgánica y nada exagerada.

Al igual que sucede con esto, las molduras también buscan su hueco en las diferentes habitaciones del hogar. En concreto, lo hacen de forma monocroma y en líneas sencillas. Además, se alejan del techo y descienden a las paredes creando una especie de marcos que retrotraen al siglo XIX.

Otro aspecto que también se encuentra de vuelta son los muebles de construcción. Estanterías, vitrinas y armarios empotrados con la intención de aprovechar cada localización al máximo y como antítesis a la corriente fast furniture, que funciona bajo la misma premisa que la moda rápida.

Volviendo al concepto de la polarización, en cuanto a decoración hay dos líneas: una que apuesta por darle valor a lo hecho a mano y al mobiliario y a los objetos de calidad; y otra que se puede permitir llegar a la versión low cost de estas referencias. Un reflejo más de cómo funciona el mercado y la economía.

No todo el mundo puede desembolsar lo que cuesta la lámpara Atollo de Oluce, la empresa especializada en diseño de iluminación más antigua de Italia en activo, pero sí su dupe de tiendas con precios más accesibles.

Lámpara Atollo de Oluce (50cm x 50cm x 70cm) por 1.604 euros disponible en Naharro.

Lámpara Atollo de Oluce (50cm x 50cm x 70cm) por 1.604 euros disponible en Naharro. Naharro

Artesanía

Como ya se ha mencionado, todo lo que conlleve un valor o un guiño a lo artesano se ha convertido en algo imprescindible también en el hogar. Esto se traduce en el empleo de materiales como el yute, la madera, el lino o ciertas fibras vegetales.

Hace apenas un mes, el diario Los Angeles Times recogía entre sus páginas el siguiente titular: Handcrafted Details Are Redefining Comfort in Home Decor, es decir, Los detalles hechos a mano son la clave para redefinir el confort de la decoración de casa.

De acuerdo a las palabras que se vierten en la pieza, el trasfondo de este giro de guion estético se encuentra una búsqueda de aquello que haga al usuario sentirse vivo y conectado con la realidad.

"Todo lo que sea y se sienta como humano, táctil y original" se convierte en algo deseable bajo la pretensión de escapar de una presencia tecnológica abrumadora que atrapa desde que suena el despertador hasta que se vuelve a activar de cara a afrontar la siguiente jornada. En este sentido, el juego de texturas de materiales y objetos se vuelve indispensable.

Detrás de estas compras debería haber una conexión emocional, algo que está además relacionado con otra de las tendencias del momento que a su vez suelen suponer una serie de implicaciones en este sentido: las adquisiciones de segunda mano.

De acuerdo al estudio Camina una milla en los zapatos sudados de segunda mano de cualquiera: Diferencias entre las motivaciones y barreras en las compras de estos productos, entre las razones por las que optar por esto se encuentran los siguientes factores:

  • La búsqueda del tesoro. Este concepto contiene la excitación que provoca el proceso de buscar algo y encontrarlo.
  • Originalidad y unicidad. Una forma de diferenciarse en el plano estético de aquellos que deciden ir a por piezas mainstream.
  • Interacción social. En alusión al tipo de contactos que se generan al entrar en el círculo de los mercados y mercadillos de segunda mano.
  • Expectativas de mejor. Ante estas compras, se espera una mayor calidad de las mismas en relación con la adquisición de artículos hechos a mano y fabricados con métodos de producción más artesanales.
  • Nostalgia. Pero con un cariz positivo mediante la evocación pretérita que causan este tipo de alternativas. Puede tratarse de una referencia al "mito del pasado rosa", es decir, aquella creencia de que cualquier tiempo pretérito fue mejor.
  • Alejarse del consumismo por la adrenalina que confiere no participar en los canales habituales de obtención.
  • Pensamiento eco. Con la idea de que este tipo de compras son más respetuosas con el medio ambiente.
  • Economía. Optar por esto supone una inversión menor que hacerse con algo nuevo. Por supuesto, depende de cada caso concreto.

Estas propuestas no están hechas solo para que alguien las fotografíe y las suba a redes sociales, sino que se han pensado para ser vividas y experimentadas. Ahora no se sueña con el minimalismo propio de un piso piloto, sino con hogares que den fe de aquellos que lo habitan y que inviten precisamente a eso.