La chef valenciana Begoña Rodrigo.

La chef valenciana Begoña Rodrigo.

Estilo de vida

Begoña Rodrigo, chef con estrella Michelin: "Un cocinero es brillante. Una cocinera sigue siendo una trepa"

La cocinera valenciana, propietaria del restaurante La Salita se muestra contundente ante la profunda brecha de género que sigue existiendo en su profesión. 

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En España, más del 70% de las escuelas de cocina están llenas de mujeres, sin embargo, solo el 7% de los restaurantes con estrella Michelin están liderados por ellas. Un dato que muchos desconocen pero para figuras tan reconocidas en el mundo de la cocina como Begoña Rodrigo, sigue resultando indignante. 

La chef del restaurante La Salita, en Valencia, y referente indiscutible en la alta gastronomía española, se muestra rotunda ante un sistema que no está pensado para que las mujeres lleguen a lo más alto. Y cuando lo hacen, se les exige pagar un precio desmesurado.

En un evento previo a la esperada gala de las estrellas Michelin 2025, la cocinera valenciana volvía a poner el dedo en la llaga. "Llevo 30 años trabajando en hostelería y las cosas han cambiado poco, por no decir nada", sentenció durante el debate Mujer & Excelencia Culinaria organizado por la Guía Roja en Cartagena.

Rodrigo no oculta su privilegio: ha podido ser madre sin detener su carrera, ha tejido una red personal y profesional que le ha permitido delegar, incluso en la crianza. "No me dio pudor dejar que mi pareja se hiciera cargo mientras yo viajaba o estaba en el restaurante", confiesa.

Pero sabe que su caso es la excepción. "He peleado por tener un equipo más femenino… y han ido cayendo", lamenta. La razón es la misma de siempre: la carga de los cuidados. Mientras los hombres abren restaurantes con la tranquilidad de tener "la casa hecha", ellas necesitan planificar con precisión quirúrgica cada etapa de su vida.

El doble filo de la ambición

"Un hombre es brillante, visionario, empresario. Una mujer, ambiciosa. Una trepa", afirmaba Rodrigo con el ceño fruncido. Una frase demoledora que expone sin tapujos la desigual vara de medir que aún impera en la alta cocina.

Mientras ellos reciben halagos por su pasión y entrega, a ellas se les pregunta si ha valido la pena tanto sacrificio. Como si no fuera obvio que la excelencia también les pertenece.

Y es que la exposición mediática, profesional y social no afecta igual. La presión es otra. La crítica es otra. El juicio, permanente. "La pena y la culpa siguen muy presentes en la mujer", reconoce la chef valenciana. Porque incluso cuando alcanzan el éxito, muchas sienten que han fallado en lo más íntimo: la maternidad, la familia, el ideal de mujer entregada que la sociedad aún espera.

"Formar a tu equipo y contagiarles tu pasión ya es difícil. Pero con las mujeres es aún más complicado, porque siempre está esa idea de que acabarán gestionando la casa, los hijos, la economía doméstica…", reflexiona Rodrigo. 

La revolución aún no ha empezado

"El liderazgo femenino en la cocina es una asignatura pendiente. Su revolución está por hacer", sentenció la periodista gastronómica Paz Álvarez durante el mismo encuentro. Y no le falta razón.

Aunque cada vez hay más referentes femeninos con estrella, el verdadero cambio no llegará hasta que no se reparta también el peso de los cuidados, las oportunidades y el relato.

Rodrigo lo sabe; por eso habla alto y eso, incomoda. Porque ha visto cómo grandes talentos se marchan tras una baja por maternidad. Como profesionales brillantes abandonan justo antes de la jubilación para cuidar a un familiar. Porque, como ella misma dice, "si a tu alrededor nadie renuncia, siempre eres tú la que acaba haciéndolo".