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Juandiegoteo, peluquero: "Para que tu color de pelo dure después del tinte tienes que lavarlo con agua fría"

Lavarse el pelo con agua caliente puede hacer que el tinte dure menos debido a que el calor abre las cutículas del cabello.

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Los tintes de pelo son el cosmético capilar más popular de todos los tiempos. En España, se estima que 9 de cada 10 mujeres hace uso de ellos. A pesar de que muchas personas se tiñen para conseguir un cambio de look, la realidad es que este tipo de productos se emplean, principalmente, para tapar las canas.

Debido a esta búsqueda, cada vez más temprana, por devolverle a nuestro pelo su color original —o uno nuevo— es habitual querer que el tratamiento dure lo máximo posible; sin embargo, no siempre es así.

Aunque muchos de ellos ya avisen acerca del tiempo que duran, en muchas ocasiones somos nosotros los que cometemos errores clave que hacen que el color se desvanezca más rápido. Según el peluquero Juan Diego Teo, uno de ellos es lavarnos con agua caliente.

El agua fría para el tinte

Aparentemente, son dos factores los que influyen en la duración del tinte de pelo: el tipo y la frecuencia con la que lavamos el cabello.

De forma general, los tintes permanentes pueden durar hasta que el cabello vuelve a crecer, mientras que los semipermanentes duran entre 8 y 10 lavadas, o hasta 28 lavadas.

Sin embargo, los expertos han confesado que hay otra variable que influye en la duración y es la temperatura del agua con la que nos lavamos el pelo.

De acuerdo con el peluquero Juan Diego Teo, lavarse el pelo con agua caliente puede hacer que el tinte dure menos debido a que el calor abre las cutículas del cabello, lo que permite que las moléculas del tinte se desprendan con mayor facilidad.

Para entender por qué el agua fría ayuda a conservar el color del cabello teñido, primero hay que comprender cómo funciona la fibra capilar.

El cabello está compuesto por tres capas: la cutícula (la capa externa), la corteza (la capa intermedia que contiene los pigmentos) y la médula (la parte central, que muchas veces está ausente en cabellos finos).

Cuando nos teñimos, el proceso consiste en abrir la cutícula para que el color penetre en la corteza. Después, la cutícula vuelve a cerrarse para proteger el pigmento. El motivo por el que el agua caliente "evita" la prolongación del tinte es debido a que tiende a reabrir esas cutículas del cabello de nuevo.

Esta apertura excesiva, especialmente si se repite con frecuencia, contribuye a la decoloración progresiva del tinte.

Además, el agua caliente puede eliminar los aceites naturales del cabello, dejándolo más seco y poroso. Un cabello poroso tiende a retener menos el color, lo que acelera el proceso de desvanecimiento del tratamiento.

En cambio, el agua fría ayuda a mantener la cutícula intacta. Según los expertos, esta temperatura nos permite mantener el tinte sellado en las hebras y fijar los agentes nutritivos e hidratantes para que tu pelo esté más suave y sano.

El sellado de la cutícula hace que la superficie del cabello sea más lisa, lo que a su vez mejora el brillo y la apariencia general del pelo teñido. Un cabello brillante refleja mejor la luz, lo que también puede dar la impresión de que el color está más fresco y vibrante.

Además, el uso regular de agua fría como parte de la rutina de lavado no provoca daños, mientras que el caliente puede resecar el cuero cabelludo y causar irritación.

Con relación a la temperatura, otro aspecto clave para prolongar el color del tinte consiste en no abusar o evitar —en la medida de lo posible— las herramientas de calor, como planchas o rizadores.

El calor de los aparatos que utilizamos acaba con la humedad del cabello y se lleva consigo el tinte y los pigmentos. Sin embargo, en caso de que no podamos vernos sin el pelo liso, los expertos recomiendan aplicar un spray protector o usar las herramientas a baja temperatura.