Modelo posando.

Modelo posando. Foto de Aiony Haust en Unsplash

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Marta García, experta en estética, alerta a España: "Si no sabes qué tipo de papada tienes, no podrás eliminarla"

Un cuello poco definido envejece y resta armonía al rostro. La clave está en el diagnóstico y tratarla como se debe, ya que hay hasta cinco tipos diferentes.

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La papada, ese pequeño (o no tan pequeño) bultito bajo el mentón, se ha convertido en una de las preocupaciones estéticas más comunes tanto en hombres como en mujeres.

También conocida como doble mentón, es una acumulación de volumen en la zona submentoniana (justo debajo del mentón y la línea de la mandíbula).

Lo que antes se asociaba únicamente al sobrepeso, hoy sabemos que también puede aparecer por genética, edad, mala postura o incluso por el uso excesivo del móvil.

Puede estar formada por grasa, piel flácida, retención de líquidos, descolgamiento muscular o incluso por la forma de tu estructura ósea.

La buena noticia, aunque parezca imposible de creer, es que no hace falta pasar por quirófano para decirle adiós. Lo importante es saber qué tipo de papada tienes y cuál es el tratamiento más efectivo para eliminarla según su origen.

¿Por qué aparece la papada?

Marta García, especialista en estética y fundadora de las clínicas Marta García, tiene claro que: "tratar la papada de forma efectiva empieza por un buen diagnóstico estructural: es imprescindible valorar si el origen del problema es graso, muscular, dérmico o postural."

Los motivos de por qué aparece la papada pueden ser múltiples e incluso, a menudo, se combinan entre sí. "Es clave tener en cuenta que el tratamiento debe ir más allá de corregir volúmenes: buscamos redefinir el rostro desde su estructura", asegura la experta.

  • Genética: algunas personas acumulan grasa en esta zona independientemente de su peso.
  • Edad: con los años perdemos firmeza, colágeno y definición en el cuello.
  • Postura: pasar horas con el cuello inclinado favorece la flacidez y los pliegues.
  • Estilo de vida: una dieta poco saludable, el alcohol, el tabaco o el estrés empeoran la calidad de la piel.

¿Qué tipo de papada tienes?

Antes de lanzarte a cualquier tratamiento, es vital identificar qué tipo de papada tienes, porque no todas se tratan igual. Aquí te contamos los cinco tipos principales:

Papada grasa

Es la más común. Se trata de una acumulación localizada de grasa bajo el mentón. Puede deberse al sobrepeso, pero también a factores genéticos. Si puedes pellizcar un buen volumen, probablemente sea este tu caso.

Para eliminarla puedes recurrir a los siguientes tratamientos:

  • Criolipólisis: congela y destruye la grasa localizada. Se hacen unas 4 sesiones (una al mes).
  • Belkyra: inyecciones de ácido desoxicólico que disuelven la grasa submentoniana.
  • HIFU 7D (Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad): después de eliminar grasa, tensa y reafirma la piel.

Papada flácida o mixta (grasa y flacidez)

Suele aparecer a partir de los 40-50 años por pérdida de colágeno y elastina. La piel se ve suelta, colgante, y el contorno mandibular se desdibuja, aunque no haya grasa acumulada.

Para eliminar este tipo de papada puedes recurrir a tratamientos más específicos, aunque igual de eficaces:

  • Radiofrecuencia fraccionada: estimula la producción de colágeno y compacta la dermis.
  • HIFU: complementa el tensado de los tejidos.
  • Láser, hilos tensores o rellenos: según el grado de flacidez.

Papada muscular

Está provocada por el debilitamiento del músculo platisma, que al perder fuerza genera unas bandas verticales que cuelgan bajo el mentón. A menudo se confunde con flacidez o grasa, pero su origen es muscular.

Este tipo de papada se puede eliminar con los siguientes tratamientos: 

  • HIFU: produce contracción muscular y genera colágeno.
  • Toxina botulínica (Botox): relaja el músculo y disimula las bandas.
  • Ejercicios de tonificación facial y cervical: imprescindibles en este tipo de papada.

Papada por postura ('tech neck')

Cada vez más frecuente en gente joven. Surge por mantener la cabeza agachada durante muchas horas frente a pantallas.

Tiene un aspecto suave, como un pliegue prematuro, y puede acompañarse de flacidez leve o retención de líquidos.

Para eliminar este tipo de papada, más muscular, puedes optar por lo siguiente:

  • Radiofrecuencia o masajes reafirmantes: ayudan a estimular la piel.
  • Ejercicios posturales y tonificantes: clave para revertir la causa.
  • Cambiar hábitos: elevar el móvil a la altura de los ojos y corregir la postura al trabajar.

Papada ósea o anatómica

Se da cuando el hueso mandibular es más corto o retraído, lo que hace que los tejidos cuelguen sin un soporte adecuado. A menudo se confunde con otros tipos, pero su origen es la estructura facial.

Los mejores tratamientos para eliminarla son estos:

  • Rellenos mandibulares con ácido hialurónico: redefinen el ángulo cervicofacial.
  • Hilos tensores o tratamientos reafirmantes complementarios.
  • En algunos casos, mentoplastia quirúrgica si se busca una solución estructural permanente.

Como puedes leer, hay diferentes tratamientos que pueden solucionar este antiestético problema que sufre una gran parte de la población.

Pero también es posible eliminar la papada sin cirugía, opciones no invasivas y altamente efectivas. Pero, lo más importante es realizar un diagnóstico personalizado para aplicar el tratamiento adecuado a tu caso.

Acudir a un centro de medicina estética con especialistas es el primer paso para recuperar el ángulo mandibular y verte con un perfil más joven y definido.

Olvídate de soluciones milagro con cremas genéricas o tutoriales caseros. La papada no es igual para todos y no se elimina con un solo truco. Pero con el tratamiento correcto, y sin necesidad de cirugía, puedes reducirla o incluso eliminarla por completo.