El 'match' perfecto de tus activos de 'skincare'

El 'match' perfecto de tus activos de 'skincare' iStock

Belleza

La guía definitiva para tu skincare: lo que sí y lo que jamás debes mezclar en tu rutina, según dermatólogas

Sumar luminosidad, reducir la textura o igualar el tono... todo es posible si conoces el compañero perfecto de los principios activos más populares.

Más información: Xabi Rodrigues, maquillador profesional: "Este es el único producto que debes utilizar si quieres un rostro más joven

Publicada

El interés por el cuidado facial ha crecido exponencialmente, su popularidad impuesta por las deseables pieles coreanas ha hecho de este hábito un ritual diario que requiere conocimiento y compromiso. Lucir un cutis saludable y sin imperfecciones es para las apasionadas del skincare un trabajo a tiempo completo y, para desempeñarlo correctamente, combinan los activos de moda como auténticas alquimistas.

Vitamina C, ¿con retinol o con ácido salicílico?; ¿niacinamida y ácido glicólico?… Son tantas las posibles mezclas entre los activos cosméticos que a la hora de estructurar la rutina de cuidado facial es importante llevar precaución. Si bien entre ellos pueden crear sinergias maravillosas, equivocarnos podría dañar o alterar nuestra barrera, desencadenando el efecto contrario al esperado.

Una buena rutina de cuidado facial se divide en tres pasos: limpieza, hidratación y protección. La combinación adecuada de productos puede marcar la diferencia en tu piel y mejorar su salud de manera visible y duradera. Elena Jiménez, cirujana plástica y estética y directora médica de Eleca Clinic, explica que unos activos no deben bloquear la acción de otros y por ello no todos están recomendados para ser incluidos en la misma rutina.

Un ejemplo de la doctora: la combinación del retinol y protección solar. "Si aplicamos primero el fotoprotector, evitaremos que el retinol penetre y, por lo tanto, no se conseguirá el efecto deseado". Lo mismo ocurre con otros tantos casos.

Para evitar un brote de acné cosmético o sensibilizar nuestra piel provocándole rojeces, desde Magas hemos hablado con expertas en el cuidado facial para saber cómo combinar correctamente cinco activos cosméticos de moda; cuándo emplearlos y con qué no deben mezclarse.

Retinol

El retinol es un derivado de la vitamina A capaz de actuar sobre el fotoenvejecimiento de la piel. Entre sus beneficios se encuentra la mejoría y prevención de las arrugas finas, las manchas, así como de la textura de la piel.

Es uno de los principios activos con mayor evidencia en cuanto a sus resultados y los expertos recomiendan comenzar a utilizarlo a partir de los 35 años. Introducirlo en una rutina de cuidado facial requiere compromiso, constancia y precaución. Hay que hacerlo poco a poco, hasta superar la fase de retinización, preferiblemente de noche y siendo conscientes de las necesidades de nuestra piel, así como de los cosméticos con los que se combina en la rutina.

Entre sus grandes aliados en la rutina de cuidado se encuentra la niacinamida, así como la protección solar. En el primer caso, dadas sus propiedades calmantes, ayudarán a regular la función barrera de la piel, que puede sensibilizarse ante el uso de retinol durante la retinización.

En el caso de la protección solar, debido a que es fotosensible (pierde eficacia con la luz) y que puede provocar que la piel esté más sensible por su proceso de renovación, nos ayudará a cuidarnos de la radiación y de la oxidación celular, potenciando así el efecto antiedad de este activo.

Regina Pallás, farmacéutica y directora de I+D+i en HD Cosmetic Efficiency, recomienda que antes de incorporar cualquier principio activo a la rutina de cuidado, se realice una prueba de tolerancia. En especial con aquellos más potentes: "Aplica el producto en la parte interna del antebrazo o tras la oreja, asegurándote de no generar reacciones adversas".

Niacinamida

Conocida como vitamina B3 o nicotinamida, "la niacinamida es una vitamina soluble en agua que trabaja con las sustancias naturales de la piel", explican desde Paula's Choice. Se considera un ingrediente de naturaleza bioactiva y destaca por la capacidad para regular la producción de sebo a la par que fortalece la barrera cutánea.

La farmacéutica Pallás subraya la versatilidad de este ingrediente, y la prescribe particularmente a personas de piel sensible o propensas al enrojecimiento.

La versatilidad de la niacinamida la convierten en un activo deseable y eficaz en el cuidado facial.

La versatilidad de la niacinamida la convierten en un activo deseable y eficaz en el cuidado facial. Pexels

Como hemos visto, es una gran aliada del retinol. Pero este no es el único activo con el que genera un buen match, pues gracias a sus propiedades calmantes permite ir de la mano en la rutina con casi todo tipo de ingredientes.

Si quieres mejorar el tono y la textura, combínala con vitamina C; en el caso de que tu objetivo sea una piel ultra hidratada, con ácido hialurónico; y si quieres una apariencia definida y suave, tus aliados serán los AHA (Alfa Hidroxiácidos) y BHA (Beta Hidroxiácidos).

Vitamina C

El ácido ascórbico, más comúnmente conocida como vitamina C, se reconoce por su poderosa acción antioxidante, antiinflamatoria y también por su efecto antiedad. Marta García, facialista y directora de los centros estéticos Oviedo, explica el match que hace este principio con la vitamina E: "Potencia la acción antioxidante y optimiza la estabilización de esta. Además, refuerza la protección frente a los radicales libres y mejora la luminosidad".

Para evitar la sensibilidad o reacciones adversas, la experta aconseja "evitar combinaciones agresivas en una misma aplicación" y acompañar la vitamina C de activos hidratantes, así como de fotoprotección a diario.

Ácido glicólico

Siguiendo con la cadena de ácidos, otro de los más populares es el glicólico. Es lo que se conoce como un alfahidroxiácido o AHA; "es soluble en agua y deriva de plantas y otros recursos naturales como frutas, caña de azúcar y leche", explican los expertos de Nivea.

Uso de serums en la rutina facial.

Uso de serums en la rutina facial. Pexels

Este tipo de activo (AHA) se utilizan como limpiadores, exfoliantes o tónicos. Las moléculas de ácido glicólico son las más pequeñas de la categoría y permiten una mayor absorción por parte de la piel. Su fórmula pura es inodora e incolora, como el agua, pero sus efectos no se comparan.

Como explica la dermatóloga Cristina Eguren, dermatóloga de grupo L'Oréal, "el ácido glicólico actúa produciendo una descamación de las capas más superficiales de la piel, ayudando así a acelerar su renovación". Es por ello que debemos combinarlo con ingredientes hidratantes y reparadores.

Por ejemplo, ácido hialurónico en sus diferentes presentaciones; niacinamida, de la cual nos beneficiaremos de sus propiedades antiinflamatorias, mejorando la tolerancia; y las ceramidas, reparadoras de la barrera dérmica.

Ácido salicílico

Al otro lado de los ácidos, encontramos el salicílico. En su caso es un betahidroxiácido (BHA) y su acción es mucho más profunda. "Actúa directamente sobre los poros" explica la facialista García, gracias a ello exfolia, reduce las manchas e incluso disminuye la apariencia de los poros

La niacinamida es una gran compañera de rutina, ya que ambos activos potencian la regulación del sebo y tiene un efecto calmante. "Por su acción antiinflamatoria, también recomiendo combinarlo con zinc", señala Marta García. Así como con cualquier otro activo que contribuya al equilibrio microbiológico.

Cuidado día y noche

Como facialista y experta en la piel, Marta García repara en el especial cuidado que debemos llevar a la hora de elegir los diferentes activos y diferenciar en qué momento usarlo. Las rutinas de día y de noche han de ser diferentes y cumplir con aquello que nuestra piel está pidiendo.

Antes de dormir debemos favorecer la reparación celular, proceso que alcanza su pico más alto a las tres de la mañana, según declaran los expertos de Erborian. Para ello, nos centraremos en una limpieza profunda que desobstruya los poros para seguir con una hidratación que refuerce la función barrera. "Los ácidos exfoliantes como el glicólico o el salicílico deben restringirse a la noche", incide García. Así como los retinoides.

Por el contrario, de día necesitamos activos que actúen como escudo protector de los agentes externos como la contaminación, el polvo y la oxidación. La vitamina C, en estos casos, será una gran aliada. Por su parte, la niacinamida nos acompañará de una forma eficaz y beneficiosa en todo momento.