María Telo, junto a un cartel feminista y años después.

María Telo, junto a un cartel feminista y años después.

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María Telo, la abogada que ensalza Carmen Calvo: 40 años de una ley que puso fin al 'permiso' del marido

Esta jurista fue una de las impulsoras de la ley de igualdad en el matrimonio que concedía a la mujer los mismos derechos en la patria potestad de los hijos y en la administración de los bienes gananciales, entre otras normas.

13 mayo, 2021 10:13

María Telo (1915-2014) es de esos nombres de mujeres que deberíamos de aprender todos desde la escuela. Historia del siglo XX. Y no sólo por sus logros, sino también por su lucha viniendo de una familia y de una situación 'privilegiada' para la época.

La abogada, a la que ha querido homenajear Carmen Calvo, fue una de las más activas en la reforma del Código Civil y sobre todo en la ley del 13 de mayo de 1981, de la que hoy se cumplen 40 años, y que permitía la igualdad de la mujer dentro del matrimonio respecto a la patria potestad y a la administración conjunta de los bienes gananciales.

Es decir, hasta hace 40 años, la mujer que se separaba del marido perdía la patria potestad de sus hijos si el hombre así lo quería y no podía administrar ningún bien que hubiera sido logrado dentro del matrimonio aunque hubiese sido ella la que lo hubiera ganado.

María Telo nació en Cáceres dentro de una familia acomodada. Como ella mismo contó su padre, notario y militar, quería que sus hijos estudiaran para abogados pero con María tenía un problema: era mujer. 

Sin embargo, la vocación acabó imponiéndose con la ayuda del Gobierno de la República que permitió la entrada de mujeres a esa disciplina, así que con sólo 16 años se matriculó en la Facultad de Salamanca, en la que no se licenció pero de la que llegó a ser Doctor Honoris Causa. La Guerra Civil y la dictadura franquista le impidieron desarrollar su vida, tal y como ella explicó en su discurso de Honoris Causa en Salamanca:

"Mi padre, que había sido militar, y siendo teniente coronel se hizo notario, pretendía que todos sus hijos estudiasen derecho, pero conmigo existía un problema, que era mujer, por lo que empecé el bachiller de Ciencias, para ser farmacéutica, pero tuve la fortuna de que la República permitiese la entrada de la mujer a ese Cuerpo, el mismo año 1931, en que se proclamó. Mi bachiller de Ciencias quedó arrumbado y comencé el de Letras para estudiar Derecho. Pero ocurrió que cuando me faltaban dos asignaturas para terminar la carrera, estalló la guerra civil. Los horizontes se cerraron, los exámenes quedaron suspendidos y no se reanudaron hasta el año 1940, fecha en que terminé mi licenciatura. El dictador borró de un plumazo toda la legislación de la República, y volví a encontrarme con que no podía opositar a notarías".

Pero María Telo, reconocida como una de las 100 mujeres del siglo XX, ya sabía que tenía que luchar y romper lo que ahora llamamos techos de cristal y que entonces eran simplemente cárceles y en 1944 se convirtió en la primera mujer en opositar al Cuerpo Técnico de Administración Civil del Ministerio de Agricultura, donde volvió a chocarse con el machismo de la época.

"No me daban trabajo. El jefe de departamento me daba informes con la idea de que los pasara a máquina. Y yo le decía: 'Si necesita una secretaria pídala, yo no soy una mecanógrafa'", recordaba ella misma en entrevistas posteriores que recoge RTVE.

Casada con Juan Manuel Fernández Albor, cuando enviudó en 1952 se dio de alta en el Colegio de Abogados y montó un despacho de abogados especializado en derecho de familia y sucesiones. Eran poquísimos los despachos en los que mandaba una mujer: "No tuve muchos problemas con mis colegas varones, como era una profesión liberal no se metían con nosotras. Éramos tan pocas que hasta les hacía gracia".

Su prestigio y su labor fueron creciendo hasta el punto de que se convirtió en una de las expertas más importantes que peleó porque las leyes en la transición cambiaran teniendo en cuenta la opresión y el recorte de libertades que habían sufrido las mujeres en esos 40 años.

Y es que cuando se casaban, las esposas pasaban a ser tratadas jurídicamente como menores y necesitaban el permiso del marido para casi todo: para trabajar, para sacarse el pasaporte, para cobrar, para abrir una cuenta en un banco... "Incluso si se casaban con un extranjero perdían la nacionalidad, no podía ser funcionaria, sus estudios quedaban sin efecto y se la consideraba extranjera sin haber salido nunca de España", recordaba María Telo en una entrevista a RTVE.

En 1971 fundó la Asociación Española de Mujeres Juristas con la que peleó hasta conseguir que cuatro mujeres, una de ellas Melo, entraran en la Comisión General de Codificación del Ministerio de Justicia donde se estaba tratando la reforma del Código Civil que debía, 10 años después, reconocer la igualdad de la mujer en el matrimonio, entre otros aspectos clave.

También destacó en la lucha de la Ley del Divorcio, de 1981, donde participó en los estudios previos, y en todos los cambios encaminados a la igualdad de derechos de las mujeres.

Ejerció hasta los 80 años y escribió el libro Mi lucha por la igualdad Jurídica de la Mujer (Aranzadi 2009). Al final de su larga y fructífera vida recibió un gran reconocimiento y no dejó de advertir que la desigualdad se mantenía en las estructuras sociales y laborales que obligaban a la mujer a dobles jornadas (un concepto que sigue más de actualidad que nunca).

Era tan avanzada a su tiempo que ya en 2005 insistía en que "el conseguir que el permiso de paternidad sea obligatorio, me parece una medida muy sabia para romper esa complicidad masculina entre empresario y trabajador. (...)  Es una medida muy mentalizadora, pues al ser obligatoria creará costumbre, y al cabo de cierto tiempo se considerará normal y abrirá camino a otras igualdades".