Alba Carrillo.

Alba Carrillo.

Mujer

Qué hace Alba Carrillo (38) en 2025: así es su vida actual tras dejar la televisión y sus rupturas mediáticas

La modelo y presentadora se revela más intelectual y provocadora que nunca. Alba demuestra que ha pasado del televisor al debate social con convicción.

Más información: La vida actual de Sanseverina Lazar: de ser Aidita en 'Aída' a su cambio físico radical y lo que está estudiando

Publicada
Actualizada

Alba Carrillo (38 años), conocida por su paso por Supermodelo y reality shows como Supervivientes, ha sorprendido con declaraciones contundentes en su última entrevista para El País. Su frase viral (“Hasta el más facha se vuelve rojo por un polvo”) ha reavivado el debate en redes.

Además, Alba estudia Filología Hispánica en la Complutense, donde cursa literatura medieval. Se defiende como progresista, crítica la apropiación del Cid por la derecha y asegura que para amar busca conexiones intelectuales, no solo físicas.

La televisiva rompe estereotipos al afirmar que “los fachas se aburren” y revelar su desencuentro político con exmi pareja Feliciano López. Alberga rabia contra lo que llama “heterobásicos”, y asegura que en citas ya habla de política desde el minuto uno.

Alba asegura haber roto el molde de la “rubia tonta”. Licenciada en Publicidad y Criminología y ahora en Filología, dice que aún la infravaloran. Su paso por la universidad le ha devuelto la pasión por leer a autores medievales, como el Libro de buen amor.

La famosa sentencia sobre lo “facha” ha arrasado en redes. El periodista José Luis Sastre la analizó en La Ser: “Hasta el más facha se vuelve rojo por un polvo” abre un debate sobre si la ideología pesa en sexo o solo en relaciones profundas.

En la misma entrevista, Alba expone que su relación con Feliciano López terminó por sus diferencias ideológicas: “Sí, era muy facha… De ahí vienen parte de nuestros problemas”. También cuestiona la hipocresía política en medios del corazón.

Para Alba, hablar de política en la primera cita es clave para filtrar personalidades. Usa esa estrategia para evitar decepciones: busca “un hombre que lea”, no uno que “se aburra” por cosas serias. La frase: “Lo que te pone no es solo un cuerpo, es una mente” refuerza el mensaje.

La televisiva se recupera de la imagen de platós con su nuevo programa en Netflix. Con Jugando con fuego, vuelve como presentadora tras reality como Love Island y Supervivientes. Apunta a un público más maduro que valora la inteligencia y la provocación.

Lejos de la frivolidad, Alba se muestra coherente y crítica. “No me callo nada”, afirma. Aborda política, literatura, sexo y poder sin pelos en la lengua. Defiende la libertad de expresión “incluso cuando molesta” y prefiere vivir sin ponerse filtros.

Lejos de posicionarse como víctima, Alba utiliza la ironía como arma. Afirma que muchos hombres que critican el feminismo en público luego se deshacen en halagos en privado. “Muchos machitos me escriben por mensaje directo, pero luego en Twitter son unos valientes”, comenta sin pelos en la lengua.

Con este tipo de declaraciones, no solo genera titulares, sino que apunta al doble rasero social que muchas mujeres conocidas enfrentan. Su forma de hablar puede incomodar, pero también invita a reflexionar sobre los discursos dominantes y lo que se espera —o se tolera— de una mujer con voz propia.

Alba Carrillo ha logrado reinventarse: de icono del corazón a una voz intelectual y provocadora. Su frase viral no es humo, sino un reflejo de quién es: una mujer que apuesta por el pensamiento, el debate y la subversión bien argumentada. Y no teme que le duela.