La vida actual de Mar Saura: de ser una modelo de éxito a estar casada con un hombre 18 años mayor

Durante los años 90 y principios de los 2000, Mar Saura era una de las figuras más visibles de la televisión y las pasarelas españolas. Su carrera como modelo la llevó a desfilar en pasarelas internacionales y a trabajar para grandes firmas, antes de dar el salto definitivo a la televisión como presentadora y actriz. En ese momento, su rostro era habitual en los medios y se la consideraba uno de los grandes iconos de belleza y elegancia de su generación.

Sin embargo, con el paso del tiempo, Mar fue alejándose del foco mediático español, centrando su vida en proyectos personales y profesionales más discretos, muchos de ellos al otro lado del Atlántico. Esta transformación no solo afectó a su carrera, sino también a su vida familiar, que siempre ha tratado de mantener en un segundo plano.

Lo que muchos no saben es que desde hace más de 20 años comparte su vida con Javier Revuelta, presidente de la Real Federación Hípica Española, con quien tiene dos hijos. Una de las características más comentadas (aunque no por ella) de esta relación es la diferencia de edad: él le lleva 18 años. Una diferencia generacional que nunca ha sido un obstáculo en su historia de amor, pero que sí llama la atención en un mundo como el del espectáculo.

Mar Saura comenzó su carrera tras ganar Miss Barcelona en 1992 y quedar como primera dama de honor en Miss España 1993. Ese trampolín la llevó a las pasarelas de Gaudí, Cibeles, Milán o Tokio, donde trabajó como modelo para grandes diseñadores. Su imagen era sinónimo de sofisticación, y pronto las cámaras de televisión se fijaron en ella.

Fue entonces cuando inició una nueva etapa como presentadora en programas como Mírame o La noche de los castillos, y más tarde como actriz en series y películas. En España participó en producciones como Ángel o demonio, Escenas de matrimonio y El Ministerio del Tiempo. Su versatilidad la consolidó también como un rostro habitual de campañas publicitarias.

A mediados de los 2000, su carrera dio un giro: se trasladó a México, donde continuó actuando en series como Capadocia o Mujeres asesinas, y amplió su trayectoria como productora y directora. En paralelo, construyó una vida personal sólida, lejos de los focos.

Desde hace más de dos décadas, Mar mantiene una relación con Javier Revuelta del Peral, abogado, jinete olímpico y actual presidente de la Real Federación Española de Hípica. Aunque entre ambos existe una diferencia de edad de 18 años, su relación ha sido duradera y estable, y tienen dos hijos en común: Claudia y Javier, ya adolescentes.

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Mar Saura ha sido muy reservada respecto a su vida privada y nunca ha hecho declaraciones públicas sobre la diferencia de edad con su marido. En cambio, ha hablado con naturalidad del papel de la familia en su vida y del equilibrio que ha intentado mantener entre su carrera y la maternidad. En entrevistas recientes, ha destacado que el compromiso mutuo y el respeto han sido claves para mantener viva la relación.

Junto a su familia, divide su tiempo entre Madrid y Ciudad de México, donde ha desarrollado también su faceta empresarial con una línea de cosmética basada en ingredientes naturales, "Ocean by Mar Saura", reflejo de su interés por el cuidado personal y el bienestar.

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Lejos del foco constante de la televisión, Mar Saura ha construido una vida serena, próspera y polifacética. Su perfil en redes sociales muestra una mujer elegante, familiar y comprometida con sus proyectos personales. Ha dejado atrás la exposición constante para convertirse en una figura más discreta pero igual de influyente.

Su historia demuestra que el éxito no siempre está ligado a la visibilidad mediática. Ha sabido retirarse a tiempo del primer plano, conservar su privacidad y desarrollarse como madre, esposa y profesional, sin dejar de ser un referente de estilo y saber estar.

La vida actual de Mar Saura está marcada por la estabilidad y la libertad de elegir su propio camino. De icono mediático a madre y empresaria, de España a México, y de desfilar ante cientos a disfrutar de la intimidad de su familia, su transformación es tan sorprendente como inspiradora.

Y aunque muchos reparen en la diferencia de edad con su pareja, para ella lo importante ha sido siempre la compatibilidad, el respeto y la complicidad. Valores que, al fin y al cabo, poco tienen que ver con la edad y mucho con la madurez emocional.