Malas noticias (de nuevo) para la industria del automóvil. Si la pandemia del coronavirus dejó un mercado con una caída del 32% en 2020 y este año 2021 está marcado por la crisis de los 'chips' que está impidiendo a los fabricantes producir coches a un ritmo normal, ahora vuelve un nuevo nubarrón al sector.

Se trata del impuesto de matriculación que volverá a aumentar en cuestión de tres meses, incrementando así el precio de los coches.

En concreto será el próximo 1 de enero de 2022 cuando cambie este tipo impositivo, lo que se traducirá en una subida del precio de los coches que según nuestras estimaciones será de entre 600 y 1.000 dependiendo del modelo.

Así lo ha confirmado hoy la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que ha aprobado las cuentas públicas del próximo año, según recoge la agencia Europa Press.

En este sentido, la titular de la cartera de Hacienda ha confirmado que este impuesto de matriculación incrementará de nuevo ya que desde el próximo 1 de enero decae el aplazamiento que se introdujo en una enmienda en los Presupuestos de este año.

Un anuncio que si bien era esperado dentro del sector, todavía quedaba esperanza de que no se produjera, ya que la industria del automóvil está viviendo un período muy complicado que nos recuerda en parte a las cifras de los años más duros de la crisis.

Por qué cambia el impuesto de matriculación

Recordamos en este sentido que el pasado 30 de junio el Congreso de los Diputados aprobaba con 194 votos a favor, 93 abstenciones y 52 noes, la modificación del impuesto de matriculación.

Se trataba de una congelación del impuesto de matriculación afectado con la llegada de la normativa WLTP, más rigurosa en cuestión de emisiones contaminantes.

De esta manera, lo que se congeló fue el tramo impositivo de los 120 gramos y se permitió que todos los coches que estuvieran por debajo de los 144 gramos no pagaran impuestos. Esto hizo que una gran mayoría de los coches a la venta en España, no pagaran impuesto de matriculación.

Sin embargo, con el nuevo impuesto de matriculación que se prevé que entre en vigor el próximo 1 de enero volvemos otra vez a la casilla de salida. Es decir, que ahora los tramos impositivos quedarán de la siguiente manera, siempre, además, ligados a la norma WLTP:

• 0%: Emisiones < 120 gramos CO2
• 4,75%: 121 - 160 gramos CO2
• 9,75%: 161 - 200 gramos CO2
• 14,75%: > de 200 gramos

La cuestión es que muchos coches que antes eran medidos con el ciclo NEDC estaban por debajo de los 120 gramos. Y al estar por debajo de los 120 gramos no pagaban impuesto de matriculación.

Ahora, sin embargo, con vuelve a tomarse como referencia el ciclo WLTP muchos coches saltan de tramo (pasarán de 120 gramos de emisiones de CO2) y pasan a tener un impuesto de matriculación del 4,75%. De ahí que su precio también se encarezca en un porcentaje similar.

En cuanto a la cantidad que subirán los coches dependerá mucho del valor del coche. Pero teniendo en cuenta un coche que de media cuesta unos 20.000 euros, que son unos 17.500 euros sin IVA; estaríamos hablando de una subida de unos 800 euros a partir del 1 de enero de 2022.

Si el coche sube hasta los 30.000 euros de precio, unos 25.000 sin IVA; la subida rondará los 1.200 euros. Y así sucesivamente…

Además, esto afectará a una gran mayoría de los vehículos a la venta en España. En concreto, según organizaciones como Ganvam, la asociación de vendedores, hablaban el pasado año del 48%. Otras organizaciones apuntan al 70%. Lo cierto es que afectará a un gran porcentaje de coches y, por tanto, de usuarios.

Esta medida supone un jarro de agua fría puesto que en 2021 las ventas de coches están muy tocadas. Hasta el pasado 6 de octubre en España se han vendido 655.000 coches lo que supone solo un incremento del 8,6% respecto al mismo período del año anterior (un año marcado con el cierre de concesionarios durante dos meses).

De hecho, en el pasado mes de septiembre las ventas ya cayeron casi un 16%, una cifra preocupante que principalmente se debe a la escasez de semiconductores que hace que los fabricantes no puedan entregar todos los coches que se demandan.