Motor

La seguridad ante todo: 7 claves para conducir sobre nieve o hielo

17 enero, 2017 10:40

El frío se ha apoderado de la península ibérica en forma de bajísimas temperaturas y precipitaciones en forma de nieve, un elemento meteorológico al que hay que prestar especial atención a la hora de coger el coche, evitando de esta manera un susto innecesario. 

A la hora de circular por terrenos con nieve o hielo es conveniente tomar una serie de medidas que nos servirán para minimizar riesgos tanto propios como ajenos, máxime si, además, las zonas en las que vamos a circular tienen una gran afluencia de tráfico como pueden ser puertos de montaña cercanos a estaciones de esquí. 

A día de hoy las máquinas quitanieves se han convertido en parte del paisaje invernal, siempre preparadas para actuar en caso de emergencia. No obstante, conviene recordar que el máximo responsable de la seguridad a la hora de circular es, siempre, el conductor del vehículo. 

Cuando atravesemos zonas con nieve o hielo, conviene siempre aumentar la distancia de seguridad con el vehículo que nos precede del orden del doble o incluso el triple respecto a la distancia que guardaríamos con el firme seco. Las maniobras bruscas se convierten en nuestro peor enemigo, ya que suelen derivar en una pérdida de control del vehículo, por lo que es imperante evitar realizarlas en todo momento. 

A la hora de iniciar la marcha, es recomendable, si es posible, hacerlo en segunda velocidad utilizando el embrague, minimizando así la cantidad de par que las ruedas motrices tienen que transmitir al asfalto. Una vez en movimiento, conviene engranar marchas largas a la mayor brevedad por el motivo antes mencionado. 

Cuando se trate de frenar, es importante hacerlo con suavidad para evitar un bloqueo de las ruedas. A día de hoy el sistema antibloqueo de frenos ABS está presente en la inmensa mayoría de los vehículos que circulan por nuestras carreteras, pero con nieve o hielo, este sistema sólo servirá para mantener el control sobre la dirección del vehículo, ya que por norma general alargará en cierta medida la distancia de frenado. 

El control de tracción -ASR, TCS...- puede resultarnos útil para evitar deslizamientos a la hora de acelerar, pero si nuestro vehículo está "enterrado" en la nieve, puede que sea conveniente desactivarlo sólo para desenclavarlo del sitio y poder iniciar la marcha, ya que el ASR frena las ruedas motrices para evitar su deslizamiento, lo que puede provocar que el coche no transmita la fuerza suficiente al suelo para salir del apuro. 

Una vez en movimiento, el ASR ha de volver a conectarse, mientras que el control electrónico de estabilidad ESP debe mantenerse conectado en todo momento a no ser que nuestra intención sea la de hacer deslizar a propósito el vehículo. A día de hoy cada vez son más los vehículos que cuentan con diferentes modos de conducción. En caso de circular por zonas muy deslizantes, es conveniente seleccionar el modo correspondiente, que dependiendo del modelo de vehículo puede hacer referencia a la nieve (Snow), al hielo (Ice) o a superficies deslizantes.