Un perro mayor.

Un perro mayor.

Mascotario

Elisenda Saperas, veterinaria, sobre adoptar perros mayores: "Dan mucho amor y se adaptan a las rutinas familiares"

Además de ofrecerles un final digno, los peludos de edad avanzada requieren menos actividad diaria, ya que tienen una energía más moderada.

Más información: No, no es "solo una mascota": frases que duele escuchar cuando vives con un animal al que amas como a un hijo

Publicada

Cada año, muchos perros de edad avanzada pasan largos periodos en refugios esperando una familia que les ofrezca un hogar tranquilo donde disfrutar de su vejez en paz y con cuidados.

Estos animales suelen ser menos escogidos quelos cachorros, pero pueden encajar muy bien en hogares que valoren la calma, las rutinas estables y una convivencia serena.

"Además de ofrecerles un final digno, quienes adoptan descubren enseguida que estos animales tienen mucho amor por dar y una enorme facilidad para adaptarse al nuevo entorno y rutinas familiares", afirma Elisenda Saperas, veterinaria y responsable de Purina.

Una vida más calmada

Adoptar a un perro sénior implica compromiso, pero también es una experiencia especialmente gratificante desde el primer momento. Frente al reto de educar y gestionar la energía de un cachorro, los mayores disfrutan de una vida más calmada.

Adoran las siestas largas, no necesitan una actividad intensa, ya que tienen una energía más moderada. Además, su carácter es más definido y se adaptan con más facilidad a las costumbres diarias de la casa.

Esto puede facilitar la convivencia y ofrecer una adopción más consciente. Su perfil de conducta es bastante estable y es habitual que en el refugio se disponga de su historial veterinario, para entender mejor qué cuidados necesita el animal.

Movimiento y estimulación

Aunque se adaptan perfectamente a un nivel de actividad moderado, continúan necesitando movimiento y estimulación: caminar, jugar con suavidad o realizar pequeñas sesiones de juego adaptado contribuye a mantener sus articulaciones, su peso y su bienestar emocional.

En muchos casos, los perros mayores ya conocen normas básicas de convivencia, como hacer sus necesidades fuera de casa, respetar los horarios o responder a órdenes sencillas.

Esto reduce el tiempo y el esfuerzo que habría que invertir en educación con un cachorro, y permite centrarse en reforzar el vínculo afectivo y en adaptar el entorno a sus necesidades.

Una decisión inteligente

En un contexto donde el abandono de animales sigue siendo un problema relevante, adoptar a un perro sénior se ha convertido en una decisión inteligente, con ventajas emocionales, prácticas y sociales.

De hecho, su compañía puede ser especialmente valiosa para personas mayores o para las familias con rutinas tranquilas o con menor nivel de actividad. Es un compañero compatible para todas las edades.

Dar una oportunidad a un perro sénior significa ofrecerle una etapa final de vida rodeado de afecto, tranquilidad y atención personalizada que difícilmente puede obtener en un refugio.

Al mismo tiempo, la familia gana un compañero leal, cariñoso y agradecido, demostrando que la edad solo es un número frente a la calidad del vínculo que se construye día a día.