Casi en pleno centro de Andalucía, entre Bobadilla y Antequera, se levantan cientos de olivos centenarios cuidados con todo el mimo por Víctor Pérez, el gerente de Finca La Torre, uno de los aceites de oliva virgen extra (AOVE) más premiados de España. El terreno, con una historia que se remonta a la civilización romana, es hoy propiedad de Daniel Simon Aegerter, dueño de Armada Investment Group, un grupo inversor suizo. Junto a ellos tres, Borja Adrián, director comercial. 

Ahora Finca La Torre cumple 10 años. Ha pasado una década y Aegerter presume de aceite en Suiza: "Como estoy muy orgulloso del aceite de Finca La Torre, me gusta dárselo como regalo a mis amigos, compañeros de trabajo y conocidos. Soy el mayor embajador de la marca allí". Por supuesto, el suizo tiene unas preocupaciones diferentes al cuidado de los olivos y la extracción del AOVE: "Hay un equipo muy capaz alrededor de Víctor que dirige diligentemente el negocio diario. Con menor frecuencia, brindo apoyo y orientación sobre cuestiones estratégicas y planificación a largo plazo".

En declaraciones a EL ESPAÑOL de Málaga, Aegerter afirma que la presencia de Víctor Pérez como responsable del día a día fue una decisión rápida y en la que penas hubo dudas: "Me di cuenta de que es un tipo muy talentoso y apasionado por el negocio del aceite de oliva. También reconoció el potencial de la tierra y el olivar. Entonces, llegamos a un acuerdo muy rápidamente".

Aceitunas de Finca La Torre.

Poner en Málaga una almazara y centrarse en un producto premium relacionado con un alimento básico pudo considerarse un atrevimiento: "Veo muchas similitudes entre el aceite de oliva y el vino. Ambos productos tienen miles de años, siempre han jugado un papel importante en las cocinas de todo el mundo y ambos pueden tener efectos positivos en la salud. Los hay excelentes e inferiores. Una gran diferencia está en el precio de una botella. En el vino, una botella increíble puede costar mil veces el precio de una barata", añade Aegerter.

Así, el propietario de Finca La Torre indica que "en el aceite de oliva, esta relación de precios es mucho menor. Mi visión y mi sueño es que el reconocimiento y por tanto también el precio de los mejores aceites de oliva del mundo aumente con el tiempo, como es el caso del vino". De hecho, afirma que existe una tendencia "hacia alimentos más saludables y más personas que cocinen y coman según los estándares veganos deberían respaldar el crecimiento de las ventas generales de los mejores aceites de oliva".

¿Está Finca La Torre en las mejores condiciones para su explotación?: "Hubo muchos cambios antes, pero desde que me hice cargo de la empresa y desde que Víctor Pérez comenzó como director general, el equipo es muy estable. Creo que la calidad del aceite y los premios ganados en los últimos años confirma que hemos hecho muchas cosas bien", concluye Aegerter.

Agricultura biodinámica

Por su parte, Víctor Pérez explica a EL ESPAÑOL de Málaga por qué el suyo es un aceite diferente: "Es un aceite procedente de agricultura biodinámica. Dicho en otras palabras, es un aceite procedente de olivares cultivados de aquella forma que lo harían nuestros antepasados, sin grandes insumos a parte de estiércol y agua", aclara.

"En Finca la Torre se controla todo el proceso, desde el manejo de la finca y sus olivos, hasta que la botella llega al cliente. La forma de elaboración es muy meticulosa y el control de todo el proceso es exhaustivo", añade Pérez.

Parece casi una obsesión la necesidad de que la producción sea biodinámica: "Estamos convencidos de que incrementa la calidad del producto. No concebimos una forma de elaborar aceite si no es a través de una agricultura ecológica extrema. Parte de la calidad del aceite va a depender que tengamos cubiertas vegetales en los olivares, de que no busquemos aumentar la producción por medio del uso abusivo de insumos, del respeto por las pautas biológicas del olivar, etc.".

Así, en lugares de la finca hay incluso cuernos enterrados, algo que tiene un especial significado: "Utilizar cuernos de vaca rellenos de estiércol es una forma de elaborar un concentrado de microorganismos de una forma tradicional. Dicho concentrado aplicado al suelo estimula la actividad microbiológica del suelo. Aunque parezca raro, detrás de la agricultura biodinámica, también hay una parte científica que la avala".

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