Sebastián Sánchez F. J. Cristòfol

La batalla por albergar la sede del Museo Hermitage, en la que Málaga tiene un papel protagonista, está servida. Una contienda en toda regla en la que parecen estar implicadas no menos de cinco o seis ciudades, todas ellas con aspiraciones ciertas a ser la elegida por los promotores de un proyecto que, en origen, sigue teniendo a Barcelona como la urbe preferente. 

Algo razonable si se tiene en cuenta que fue la Ciudad Condal la primera en la que los responsables de la iniciativa plantearon la operación. De hecho, todos los detalles de la intervención, incluido el edificio diseñado por el arquitecto Toyo Ito, tiene a la ciudad catalana como epicentro.

Sin embargo, es evidente el deseo de la sociedad Museo Hermitage de Barcelona, integrada en un 80% por el fondo de inversión suizo-luxemburgués Varia, con otro 20% en manos de Cultural Development Barcelona, de buscar alternativas ante el rechazo que en los últimos años viene protagonizando el Ayuntamiento barcelonés.

Imagen de archivo de la parcela de San Andrés en el puerto de Málaga.

Una reticencia que, por lo que cuentan a EL ESPAÑOL de Málaga desde la Alcaldía barcelonesa, se mantiene intacta. "El posicionamiento del Ayuntamiento no ha variado nada", han explicado las fuentes consultadas, que, casi a modo de resumen, vienen a justificar la decisión en los informes encargados en su momento para analizar la idoneidad o no del proyecto museístico en la parcela elegida para ello.

"Se trata de un solar público, de la Autoridad Portuaria, y el Ayuntamiento querría que tuviese otro uso", han indicado, recordando la existencia de un convenio con el Puerto según el cual el uso final de ese terreno tendrá que ser objeto de acuerdo con el Consistorio. "Hay informes de movilidad, de sostenibilidad, sobre si es o no el proyecto cultural que la ciudad necesitaba", han añadido.

Y esto eleva las esperanzas de otras plazas fuertes nacionales, entre las que se encuentra Málaga, por acoger una sede de tan significativa institución cultural internacional. Por lo sabido en estos meses, el listado de interesados en la iniciativa es más amplio. 

Madrid, Sevilla, Alicante y Valencia son otras de las urbes que han realizado ya ciertos movimientos en el intento de tomar la delantera. Formalmente, los promotores del museo guardan silencio, confirmando exclusivamente la existencia de varias posibilidades. 

En la pugna por alcanzar el objetivo, las estrategias varían. Málaga, por ejemplo, ha mantenido la prudencia hasta que EL ESPAÑOL de Málaga desveló la existencia de conversaciones entre el alcalde, Francisco de la Torre, y los promotores. 

En este caso, según concretó posteriormente el propio mandatario local, fueron los responsables del Museo Hermitage de Barcelona los que tocaron a la puerta de Málaga, buscando conocer la disposición de la ciudad a acoger este centro. La respuesta municipal ha sido clara y contundente, asumiendo la importancia de recibir un proyecto de esta índole.

Fachada del Ayuntamiento de Sevilla. EP

En la conversación, De la Torre ofreció al Hermitage dos posibles emplazamientos. El museo se decantó por una parcela del puerto, situada en la zona de San Andrés. Y en la misma medida en que el alcalde ve con buenos ojos esta opción, el presidente de la Autoridad Portuaria, Carlos Rubio, pese a la incidencia que tendría sobre la logística del recinto, también avala un posible acuerdo.

Málaga está ahora a la espera de que el Hermitage realice nuevos movimientos y decida, si es el caso, entablar nuevas conversaciones que puedan concluir con el acuerdo final. 

Pero en la misma línea que Málaga hay otras ciudades igualmente potentes. Madrid, según han confirmado desde el Ayuntamiento de la capital de España, se mantiene abierta la vía de diálogo con los promotores, aunque sin que haya decisión al respecto. 

Por tamaño, Sevilla es otra competidora de renombre. En este caso, según se dice desde el Ayuntamiento hispalense, los primeros movimientos tuvieron lugar a principios de 2020, quedando todo congelado con motivo de la pandemia. Aunque en ese caso mediante una carta remitida al embajador ruso. 

Es, no obstante, en las últimas semanas cuando vuelve a tomar fuerza esta propuesta, que ha llevado incluso al alcalde sevillano, Juan Espadas, a pedir la mediación del ministro de Cultura, Miquel Iceta, para que hable en favor de Sevilla. 

Al conocer la noticia, De la Torre fue contundente en su respuesta, recordando a Espadas que, a diferencia de lo sucedido con Sevilla, con Málaga han sido los promotores del proyecto los que se han puesto en contacto.

Otro actor surgido en este periodo de tiempo es Alicante, cuyo alcalde, Luis Barcala, ya ha puesto en marcha su particular campaña para obtener, al menos, el apoyo de la Generalitat valenciana. "Les solicito que apuesten de verdad y ahora por esta ciudad, y que nos apoyen en la oportunidad de traer a Alicante el Museo Hermitage rechazado por Barcelona", reclamaba en una carta remitida al consejero de Cultura.

No parece, en cualquier caso, que la posición del Gobierno valenciano sea favorable. "No teníamos ninguna constancia y nos hemos enterado de paso por la respuesta sin que se nos haya invitado a estas alturas a conocer el supuesto proyecto", expusieron desde la Generalitat en una respuesta a EL ESPAÑOL de Alicante.

"La Generalitat, como no podía ser de otro modo, estudia siempre todas las propuestas que, de una manera oficial, racional y concreta proponen otras administraciones", añade. Desde la Administración autonómica se elude realizar valoración alguna respecto al Hermitage al no disponer de información suficiente y se admite: "La percepción es que se han echado balones fuera respecto al tema central: el Teatro Principal de Alicante (TPA)". "Nuestra prioridad en estos momentos es solucionar y desbloquear el TPA, ya que es fundamental para acompañar de verdad al sector cultural alicantino", han insistido.

Este es el tablero en el que se juega la partida por el Hermitage. Los contendientes presentan sus mejores armas en el intento de alcanzar el objetivo deseado; se adornan con sus mejores galas, y ponen sobre la mesa edificios y parcelas con los que convencer a quienes están detrás del proyecto. La puja está abierta y todos están a la espera de la decisión última.

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