El autor de las chuletas virales en bolis BIC es malagueño: Las hacía en diez o doce minutos para llegar al 8

El autor de las chuletas virales en bolis BIC es malagueño: "Las hacía en diez o doce minutos para llegar al 8"

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El autor de las chuletas virales en bolis BIC es malagueño: "Las hacía en 10 minutos para llegar al 8"

Una profesora de Derecho Procesal la UMA localizó en su despacho estas "reliquias" y decidió compartirlas en su cuenta de Twitter logrando miles de likes.

8 octubre, 2022 05:00

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Si son ustedes adictos a las historias que se viralizan en la red social Twitter, probablemente, habrán visto cómo una profesora de la Universidad de Málaga publicó en su perfil unos bolígrafos BIC que se encontró en la cajonera de su despacho con parte de la asignatura de Derecho Procesal penal grabada en ellos a mano. La docente aseguraba que se trataba de "una reliquia universitaria" que requisaron en un examen y que "había perdido la pista a su autor". El tuit ya roza los 300.000 likes y los 24.000 retweets.

EL ESPAÑOL de Málaga ha localizado al artífice de semejante obra 'chuletera', que no da crédito a la locura que se ha generado en las redes con el tuit de Yolanda de Lucchi, la profesora de Derecho Procesal de la UMA con la que ha intentado contactar  por Facebook, pero de momento, de manera fallida. "Yo me saqué la carrera en siete años porque me dedicaba profesionalmente al baloncesto. Estuve de tarde y de mañana y ya ni me acuerdo de la mitad de los profesores. Las chuletas tienen por lo menos diez años y no recuerdo cuándo me las confiscaron", asegura Rafael (nombre ficticio).

Rafael estaba consultando sus redes sociales después de comer hace unos días, como cualquiera de los mortales, cuando se topó con el tuit de Yolanda, a quien no seguía. "Dije: 'Hala, otro que se hacía las chuletas igual que yo'", recuerda. Un momento después, Rafael amplió la imagen y comenzó a ser consciente de que aquellos bolígrafos que salían en la foto de la profesora eran idénticos a los que acumula en casa de sus padres en el interior de una caja de zapatos. "Percibí que eran los míos porque yo pintaba de Rotring de color negro el final del boli BIC para poder aprovechar todo el tubito para escribir y que hiciera contraste para leerlo bien. También vi que era mi letra y que estaban todas mis abreviaciones: Derecho como 'Dº', que como 'q'... Y flipé", cuenta. 

Se define como un alumno que estudiaba para aprobar, para "el 5 o el 6". "Las chuletas me servían para captar los dos puntos de la pregunta más difícil, o cuando ya estaba saturado de estudiar y no me daba para prepararme la última parte del temario. Yo lo hacía para llegar al ocho, al notable", confiesa riendo.

Utiliza la misma técnica desde Bachillerato. "Cuando llamé a mi madre para que buscara mi caja de bolis y les hiciera una foto pensaría que estaba loco, a su edad. Tengo muchísimos de recuerdo. Me iba al Carrefour siempre y me compraba paquetes de 25 bolis BIC. Le cogí la técnica y tardaba entre diez y doce minutos en hacerlos", recuerda. Rafael le envió las imágenes a su amigo Gonzo para que respondiera al tuit. 

Respecto al modus operandi, este era muy sencillo. En cada tapón marcaba con números el orden de los bolígrafos que durante el examen se escondía por dentro y por fuera de sus calcetines. Su herramienta, un portaminas al que cambió la mina de grafito por una afilada aguja que actuaba como un punzón. "Así lo hacía rapidísimo sin ningún problema. Muchos compañeros me pedían los bolis. Yo se los daba, pero si luego entendían, o no, todo ese era su problema", dice. En cada bolígrafo resumía una carilla del temario aproximadamente.

Con ese portaminas escribía los resúmenes.

Con ese portaminas escribía los resúmenes.

Sin duda se trata de una anécdota de lo más divertida puesto que este tipo de trampas en examen ya comenzarán a perderse. Como la profesora indica en su tuit, "las chuletas no son como antes" desde la llegada de los teléfonos móviles a nuestras vidas. Desde Palma de Mallorca, donde trabaja actualmente, Rafael agradece la inesperada acogida de las redes a sus obras y reconoce haberse partido de risa con el ingenio de los internautas. "Esto no tiene mérito, al final todos lo hemos hecho alguna vez de una forma u otra", zanja entre risas.