A pesar de la, por todos conocida, importancia que las labores de limpieza suponen para cualquier empresa, ya que es esencial para el mantenimiento de la higiene y salubridad de las instalaciones, empleados y visitantes, es frecuente toparse con servicios de limpieza que no ofrecen buenos resultados.

En Málaga, el número de compañías que ofrecen limpieza para empresas no deja de crecer. Sin embargo, la exigencia en la selección de personal, los productos utilizados, o la flexibilidad y organización de cada una de ellas dan lugar a formas de trabajar y grados de eficacia, calidad y satisfacción del cliente completamente distintos. Ante esta situación, encontrarse con una empresa cuya limpieza es deficiente supone una serie de riesgos que muchas veces no se conocen hasta que se sufren.

El más relevante de ellos es, como no podía ser de otra manera, los problemas de salud que se pueden derivar de una mala desinfección. En este caso hay dos áreas empresariales en las que este peligro cobra especial relevancia por la gravedad de sus consecuencias: el sanitario y el alimentario. Las empresas que están relacionadas con la salud, como pueden ser clínicas médicas, farmacias o clínicas dentales poseen, debido a su actividad, un riesgo superior al resto de sectores en cuanto a lo que la transmisión de infecciones se refiere. Riesgo que se potencia como consecuencia de una limpieza deficiente.

Por su parte, los espacios de hostelería como bares y restaurantes también exigen unos protocolos de limpieza específicos, diseñados a partir de la exigente normativa higiénica a la que todo espacio que manipula alimentos está sometido, y que permite evitar peligros como intoxicaciones alimentarias.

Por no hablar de los efectos colaterales de una mala higiene en estos centros, como son las plagas de insectos, tantos rastreros (cucarachas, hormigas, etc) como voladores (moscas, mosquitos, abejas, etc).

Limsama, aparte de la limpieza e higienización, dispone de un departamento de Salud Ambiental – DDD, con el que podrá aconsejar, mantener y atajar este tipo de plagas.

Pero la salubridad no es la única consecuencia de una limpieza incorrecta en empresas y espacios de trabajo. Además de este riesgo, la empresa se ve afectada en áreas tan fundamentales como su propia imagen, lo que, además, posee consecuencias tanto internas como externas.

Por supuesto, una limpieza deficiente supone una pobre carta de presentación para cualquier cliente, socio o futuro candidato a formar parte de una compañía. Caminar por una oficina donde se observa una limpieza superficial o unos aseos que dejan que desear, es fuente de desconfianza, falta de interés y rechazo hacia dicha organización, lo que repercute directamente en los beneficios y posibilidades de crecimiento de una compañía.

Pero, además, esta imagen deplorable que se deriva de una limpieza poco exigente también tiene importantes consecuencias entre los propios empleados de la empresa. Estos se ven afectados, tanto consciente como inconscientemente, por la poca salubridad y profesionalidad que emana de unas instalaciones que no cuentan con un servicio de limpieza a la altura de cualquier compañía. Por supuesto, esta situación desemboca en una disminución de la productividad, un aumento de la rotación de personal y de las bajas laborales.

Por otra parte, si hay un objetivo claro ante la externalización de cualquier servicio en una empresa, como la contratación de un equipo de limpieza profesional, es obtener buenos resultados y ahorrar tiempo gracias a esa gestión externa. Sin embargo, cuando estos resultados no son los esperados, este objetivo se vuelve en contra de cualquier empresario o responsable. Una mala limpieza desemboca en emplear recursos y tiempo para denunciar estos problemas y demandar soluciones a la empresa de limpieza correspondiente, una pérdida de tiempo que muchas compañías no se pueden permitir, y que viene acompañada de una falta de satisfacción y hostilidad muy poco beneficiosa para el lugar de trabajo.

A estas alturas ya hemos hablado de salud, de imagen, de pérdida de recursos, pero ¿qué nos indica una mala limpieza por parte de la propia empresa que suministra estos servicios? Analicemos el peligro de estas situaciones dentro de la propia organización de la que provienen.

En primer lugar, las empresas de limpieza que no cuentan con una buena organización del trabajo de sus empleados, ofrecen en gran medida personal menos cualificado y experimentado, quienes buscarán empresas con mejor calidad para su trabajo. Esto redunda en una alta rotación y desorganización en lo que al personal de limpieza se refiere. En segundo lugar, una limpieza incorrecta proviene de servicios poco personalizados, en los que contar con los productos más adecuados es prescindible.

Ante lo expuesto, queda sólo una pregunta por hacer: ¿Cómo saber que estoy contratando un buen servicio de limpieza para mis oficinas o instalaciones? La respuesta más fiable siempre es la misma: observemos los datos. Teniendo en cuenta los números, nos encontramos con empresas en Málaga que destacan por sí solas. Una de ellas, líder en garantía de calidad en limpieza para empresas, es, sin duda, Limsama: Más de 20 años de experiencia, 1.630 clientes que han confiado en este equipo y más de 200.000 servicios realizados anualmente. Al fin y al cabo, sólo empresas competentes, que apuestan por un servicio de calidad 360 y cuentan con una organización ejemplar pueden seguir creciendo desde hace más de 2 décadas y mantener un excelente servicio con tal volumen de demanda.

Si un pequeño análisis de resultados y satisfacción nos permite identificar una empresa de limpieza competente para las compañías malagueñas, ¿qué necesidad hay de arriesgarse a topar con los peligros, del todo inasumibles, de una limpieza deficiente en nuestras organizaciones? Contacte con Limsama, que seguro le podremos ayudar.