El distrito más poblado de la zona oeste de la capital tenía ganas de disfrazarse. Sobre las siete y media de la tarde La Luz y La Paz quedaron tomadas por vampiresas, brujas, zombis y algún integrante de 'La Casa de Papel'.

Es curioso, pero no se vieron tantas máscaras de 'El Juego del calamar' tras la polémica que ha provocado la serie y la repercusión que ha tenido en los colegios de la provincia, donde muchos prohibieron que los pequeños llevaran a clase el disfraz.

Conforme uno se acercaba al Parque del Oeste, cada vez encontraba más gente. El barullo era notable a metros. "Teníamos muchas ganas de poder celebrar y los más pequeños están locos", decía una de las vecinas de la zona.

En su interior, el distrito Carretera de Cádiz había organizado dos pasajes del terror en la zona del túnel del parque. Uno estaba recomendado para los más pequeños y el otro para mayores de edad. Las colas superaban la hora y media de espera.

La cola para entrar al de adultos. Alba Rosado

En el infantil, los más pequeños compartían juegos con una bruja, que les invitaba a hacer una pócima junto a ella, y una duendecita que iba haciendo piruetas allá por donde iba. "Los niños están flipando. La organización merece todo el mérito del mundo, no puede estar mejor", decía la madre de uno de los pequeños que correteaban por la zona.

Una bruja realizando una pócima en el Parque del Oeste. Alba Rosado

Respecto al de mayores, el sonido de una motosierra ya avisaba de que en ese túnel pasaban cosas poco agradables. En su interior, tres escenas: un señor que tenía muchas ganas de afilar el cuchillo con alguna de las gargantas de los viandantes, otra de una chica que se encontraba poseída totalmente tirada en el suelo y, la última, una granjera con una motosierra con poquitas ganas de visitas.

Tras los personajes, estudiantes de la Escuela de Arte Dramático de Málaga, que han sido contratados para la ocasión como primera oportunidad laboral, y la productora Merlín producciones, que además organizaba un espectáculo en el interior del estanque.

La poseída. Alba Rosado

Con láser, dibujaban las olas que provocaban en el agua la barca de Caronte, que interactuaba con el público contándole una historia de terror. "Estamos alucinando con la aceptación que está teniendo. Todo el mundo sale encantado cuando lo ven", explicaban desde Merlín.

"Este año se lo han currado, pero bien. Los niños se lo merecían, después de todo lo que han vivido con la pandemia", remarca otra madre. En total, más de 12.000 personas han pasado por el interior de ambos pasajes durante este fin de semana. El sábado también estuvo activo.

Unos niños en el pasaje infantil. Alba Rosado

Por el pasaje también pasaron muchos bebés. Sus familias aseguraban que no podían resistirse a faltar a la cita ya que, por la pandemia, muchos no habían conocido estas fiestas. "Son sus primeras veces en estas cosas y es algo inolvidable, pese a todo lo que hemos pasado", dice una madre.

Una mamá con su calabacita. Alba Rosado

Con respecto al ambiente en las calles, este era familiar y muy festivo. Se pudo observar algún huevo estrellado por las aceras, pero nunca a los culpables. "Nosotros hemos salido a dar una vuelta y ahora a casa a ver una peli de miedo: la factura de la luz", bromeaba otra mujer.

Por Avenida Molière un grupo de mayores cruzan la carretera disfrazados. "Nos hemos animado a disfrazarnos todo el grupo para ir a comer, aunque en realidad lo que queremos es fiesta de la buena", se lamenta una señora mientras que pone música en su dispositivo móvil.

Los mayores con ganas de fiesta. Alba Rosado

En Parque Litoral, la otra actividad organizada por el distrito, una yincana promovida por el Área de la Juventud que durante este fin de semana ha estado presente en varios barrios y que este domingo disfrutaba Carretera de Cádiz. Los chavales que participaban tenían que recorrer la zona en un radio de tres kilómetros siguiendo las pistas que le acabarían llevando a su ansiado premio, una tabla de paddle surf.

Allí se encontraba sobre las diez de la noche el concejal de Juventud y del distrito, Luis Verde, que aseguraba "no poder estar más contento" con la acogida y el éxito que han cogido las actividades que se habían promovido.

Un hombre aterrando a muchos niños. Alba Rosado

"Creo que no organizar nada por Halloween era ir a contracorriente. La gente lo pide y se ve en las calles. Aunque nos duela, sale mucha más gente disfrazada un día como hoy que en carnaval", zanja Verde.