El Premio Nobel de Economía 2025 ha reconocido a tres economistas cuya obra ha transformado nuestro conocimiento sobre la innovación y su impacto en el crecimiento económico: Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt.
La Academia Sueca les ha distinguido por explicar cómo las sociedades progresan cuando la innovación se produce de manera continuada y acumulativa, y no significa simplemente una sucesión de resultados originales aislados. Su trabajo ayuda a responder una pregunta decisiva para cualquier país: ¿cómo se produce el crecimiento económico sostenido?
Joel Mokyr es un historiador economista que lleva décadas estudiando por qué algunas economías comenzaron a innovar de forma sistemática mientras otras se quedaron atrás. Para Mokyr, una economía solo progresa cuando existe una cultura que valora la curiosidad, la ciencia y la experimentación.
Sus investigaciones muestran que el crecimiento económico no depende únicamente de los avances tecnológicos, sino de las condiciones sociales y culturales que permiten que la innovación esté legitimada, sea apreciada y se adopten muy rápido sus usos.
Por su parte, Philippe Aghion y Peter Howitt han modelizado el progreso económico explicando cómo sucede la sustitución de tecnologías antiguas por otras nuevas. Su aportación más destacada está recogida en el artículo publicado en el año 1992 en la revista Econometrica y que se titula “A model of growth through creative destruction”.
Los autores desarrollaron un modelo que explica cómo las empresas innovadoras desplazan a las que operan en cada momento, generando un ciclo continuo de renovación de las soluciones disponibles en el mercado. Este ciclo continuo de cambio continuado explica el significado del término “destrucción creativa”.
No obstante, el concepto “destrucción creativa” no es un concepto original de los investigadores recientemente premiados por su investigación. El economista Joseph Schumpeter definió el proceso de destrucción creativa en su obra “Capitalismo, socialismo y democracia” publicada en el año 1942.
En esta obra explica cómo la innovación es un proceso de creación de oportunidades y, a la vez, generador de la obsolescencia de tecnologías y modelos de negocio. Es fácil comprender el efecto transformador de la industria que han provocado empresas como Netflix o Spotify en el caso de la distribución de contenidos audiovisuales y/o musicales.
Aghion y Howitt aportaron algo adicional y crítico sobre el concepto de destrucción creativa. Ellos convierten la idea schumpeteriana en una teoría formal capaz de medir incentivos, evaluar políticas públicas e integrar el proceso innovador en los modelos de crecimiento económico. Si Schumpeter describió el fenómeno, ellos lo transformaron en una herramienta analítica.
Las obras de los tres economistas premiados se complementan perfectamente. Mokyr explica por qué históricamente la innovación logró convertirse en un motor de crecimiento sostenido; Aghion y Howitt demuestran cómo ese motor funciona en la práctica y qué necesita para seguir funcionando. Schumpeter, aparece como el precursor intelectual cuya intuición inspiró gran parte de esta línea de investigación.
La decisión de la Academia coincide con un momento de máxima incertidumbre sobre el efecto que tendrá la revolución tecnológica desencadenada por la irrupción de la IA generativa. Debemos intuir un proceso de destrucción creativa que implique la aparición explosiva de nuevas soluciones basadas en la nueva tecnología y, al mismo tiempo, la obsolescencia y desaparición de soluciones actuales y de modelos de negocio vigentes. Qué oportunidades va a crear la IA y qué consecuencias tendrá su desarrollo, son las dos preguntas clave que se están resolviendo actualmente.
Podemos conocer el aspecto destructivo de la IA a corto plazo a través de las decisiones que las empresas de mayor tamaño han comunicado en los últimos meses. Amazon ha publicado la intención de prescindir de 14.000 empleados. En el caso de HP, la cifra anunciada alcanza los 6.000 empleos. La española Telefónica ha anunciado el despido de 6.088 personas. La lista de ejemplos podría ser muy extensa y muestra que las compañías están preparándose para una transformación que les permita aprovechar al máximo las ventajas de la nueva tecnología en términos de productividad y competitividad.
Es mucho más difícil conocer cuál será el impacto de la nueva tecnología en la forma de generar conocimiento y el posible sesgo que puedan tener las fuentes utilizadas para validar el conocimiento. La experiencia de las redes sociales ha sido una experiencia negativa y frustrante. Se concibieron como la oportunidad para empoderar al individuo, maximizar la transparencia, apalancar la democracia y universalizar el conocimiento. Sin embargo, las capas de IA que determinan qué vemos, cuándo lo vemos, cuándo interactuamos o qué contenidos se vuelven virales, han originado un resultado que se encuentra muy lejos de las expectativas que compartimos en la primera década del siglo XX.
En el documental “El dilema de las redes sociales”, Jaron Lanier afirma que el producto de las redes sociales era (es) “el cambio gradual e imperceptible del comportamiento y la percepción de la gente”. Demasiado atractivo como para no ser vendido muy fácil y muy caro. ¿Cuál es el producto de la IA generativa? ¿Qué cambios imperceptibles puede ocasionar? ¿Puede modificar aspectos tan personales como nuestra forma de pensar o razonar, de generar conocimiento?
Por supuesto, existe la parte creativa de la IA y nos plantea aún más preguntas. Es importante resolver cómo se producirá el proceso de creación de nuevo valor económico y social asociado a la IA, más allá de la mejora de la productividad.
Y es muy importante, conocer qué nuevos empleos se crearán, o qué nuevos perfiles competenciales se demandarán. ¿Cómo nos vamos a preparar para aprovechar las oportunidades que se intuyen y facilitar la transición de escenario que está provocando la IA? Aterrizamos en el terreno de la formación y nos apoyamos en ejemplos concretos. ¿Qué perfiles precisará el IMEC en Málaga? ¿Dónde están? ¿Cómo se forman? Es momento de visionar y diseñar soluciones ágiles en el sistema formativo.