La mesa de la democracia liberal tiene cuatro patas, los tres poderes, estrictamente separados y la libertad de prensa. El derecho a la información, la libertad de prensa, el ciudadano solo es libre si está informado. Para ello ha de tener acceso a la información, veraz y disponible.

Timothy Snyder, profesor de historia en Yale, es un autor sesgado en su visión del mundo desde su etnocentrismo de EE.UU y su legado cultural judío, capaz de llamar a Putin genocida por sus acciones en Ucrania, sin decir ni pío de las acciones de los propios Ucranianos del Oeste con su batallón Azov contra los del Este en la guerra civil que arrancó tras el Maidan y ni pío de las acciones de Israel en Palestina o de su propio país en California, Filipinas, Vietnam, Iraq, Afganistán o Siria. Hace sin embargo reflexiones valiosas en su libro, El camino hacia la no libertad y en el más reciente, Sobre la Libertad (Galaxia Gutemberg 2024). Sin formación ni información no hay libertad.

Todos los que hemos sido algo idealistas de jóvenes leímos a Hemingway. Aún resuenan en mí algunos pasajes de El viejo y el mar, o de Por quién doblan las campanas. En Idealistas bajo las balas (Debate), Paul Preston nos cuenta las experiencias y vivencias de aquellos corresponsales que informaron sobre la Guerra Civil Española.

Antes que a Preston, había leído a un periodista aún más genuino en su compromiso social, Kapuscinsky. Me impactó Cristo con un fusil al hombro (1975). Yo era un joven idealista que se revelaba ante la injusticia, la pobreza, me bebí lo que llegaba de Teología de la Liberación, Leonardo Boff con Jesucristo libertador (Petrópolis, Vozes, 1971).

Eran años en los que la acusación moral y social contra el capitalismo como sistema injusto, me parecía acertada. Aquello de que si no eres de izquierda de joven no tienes corazón... El capitalismo solo se había doblado ante la amenaza de otras propuestas sociales, como el fascismo y el comunismo. El New Deal que construyó un Estado de Bienestar en los EE. UU. y el bloque occidental no mostraba la misma cara en lo que aún no se llamaba el Sur Global. El otro mundo, el no alineado o simplemente llamado Tercer Mundo se moría de hambre, de miseria, de enfermedades.

Hoy hay un nuevo modelo en emergencia liderado por los chinos. Es capitalismo de estado, pero con la prioridad en la comunidad frente al individuo. “Lo que no es bueno para la colmena no puede serlo para la abeja” . Crecimos viendo las crisis de Etiopía, las madres con los niños moribundos, las mamas secas, los ojos llenos de moscas. Aquella visión de esos jesuitas rebeldes, que estaban, otra vez, en las selvas, con las comunidades más ignoradas, del planeta, con los desposeídos de la tierra, me llamaba poderosamente la atención. Mezclar marxismo y cristianismo, no me parecía nada extraño. Hace poco escuché a María Jesús Montero, la mujer con más poder político del momento, que creció en la parroquia y en los movimientos católicos, que sigue teniendo fe y que su percepción de justicia social emana de sus valores religiosos, no reñidos con los de la socialdemocracia. (Lo de Évole, la Sexta, 17 de Marzo de 2025).

Me impactó por su brutalidad, por su injusticia, porque yo era un niño que no entendía que se pudiera matar a un obispo o a un cura, por la poca trascendencia que tuvo, el asesinato de Monseñor Romero, hoy santificado como San Romero de América, en aquella época perseguido, amenazado y con una parte de su propia iglesia y comunidad mirando para otro lado.

Cada semana iba a buscar la prensa, no había internet, había Informe Semanal, y En Portada, un programa admirable con periodistas valientes y comprometidos que nos contaron otro crimen sin culpables, el de Ignacio Ellacuría, en 1989, en RTVE Barcelona produjeron “Matanza en El Salvador” . Yo tenía 15 años. No lo olvidaré nunca. Los de la Liberación defendían sin ambages la opción preferente a favor de los pobres y la solidaridad con su lucha de emancipación social. Había en mi casa, qué casualidad, un pequeño libro de Gustavo Gutiérrez, Beber en su propio pozo, (Ed. Sígueme 1984 ) obsequio a mis padres de un cura amigo. Lo leí como si fuera un libro prohibido. Como un día, leía Trópico de Cáncer, a hurtadillas.

Un periodista polaco, que contó guerras en África, que nos hizo viajar con Ébano, que informaba la verdad que veía desde el otro lado del muro, nos hizo soñar que la información de lo que pasa ahí fuera, los otros, también somos nosotros y que nuestra arcadia feliz tenía una cara oculta, el sufrimiento de muchos.

La reacción doctrinal aclaró en Libertatis Nuntius (1984) y en Libertatis Conscientia (1986) que había desviaciones serias en los aspectos teológicos. La fe era reducida a "fidelidad a la historia"; la esperanza a "confianza en el futuro"; la caridad a la "opción por los pobres". Lo entendí muchos años más tarde cuando estudié teología, pero los aspectos de doctrina y razón nada tienen que ver con los de la emoción. El autor de aquellas aclaraciones doctrinales era el Cardenal Ratzinger y su lectura era aburrida y espesa. Luego fue papa. Dejó muy claro que la Iglesia no aceptaba el concepto marxista de lucha de clases. Los jóvenes no estábamos en eso, sentíamos que los cristianos tenían que estar con y por los pobres, contra la injusticia, ayudando a sacar a todos de la miseria, formándolos y ayudándoles a ser libres. Había aspectos de la Doctrina Social de la Iglesia de primeros del siglo XX que se habían quedado desfasados.

Juan Pablo Segundo se encargó de excomulgar y reprimir en público a los Teólogos de la Liberación que habían propuesto una total separación de Iglesia y Estado (como fue antes de los Borbones en España y antes del cisma de occidente en toda Europa). La bronca en 1983 a un Ernesto Cardenal de rodillas en Nicaragua queda en mi memoria. Se le prohibió administrar sacramentos en 1984.

Fueron los años del Live Aid de Bob Geldof, en 1985 los de mover conciencias por la solidaridad en el mundo y en especial en África. “ There are people dying now! Please, give us the money”

Tuvieron que pasar muchos años, dos papas, el martillo pilón de Hans Kung, para que el sustituto de Ratzinger como prefecto para la doctrina de la fe, el arzobispo Gerhard Ludwig Müller junto con el ya muy anciano Gustavo Gutiérrez , presentaran en 2013 la edición italiana de un libro a cuatro manos de 2004 Iglesia pobre y para los pobres. (Müller, Gutiérrez, Sayer y Papa Francisco, Editorial San Pablo, 2014) En ese libro, el prefecto considera que «el movimiento eclesial teológico de Iberoamérica, conocido como teología de la liberación, que después del Vaticano II encontró eco en todo el mundo, debe ser considerado, según mi parecer, entre las corrientes más significativas de la teología católica del siglo XX».

Ernesto Cardenal tardó 30 años en ser rehabilitado por el Papa Francisco solo un mes antes de su muerte a los 95 años. Sus memorias son interesantísimas por su compromiso social, su enorme cultura y su producción intelectual y poética.

Veíamos a los reporteros de guerra en Centroamérica contándonos lo que pasaba, Pérez Reverte fue nuestro Kapucinski, en el Sáhara, en Eritrea, en Centroamérica, en Rumanía o en los Balcanes.

Creímos que el periodismo era clave para que las democracias fueran sólidas, los abusos, las injusticias, los conflictos, denunciados. Creímos que era una profesión imprescindible, noble, grande porque nos hacía libres.

Hoy tengo en mis manos la edición impresa nº 9 de la revista 5W Crónicas de larga distancia. El tema es clave para mí: “Jóvenes”. El futuro del mundo es de ellos, de sus convicciones de sus capacidades, de su claridad para encontrar caminos de prosperidad compartida en convivencia.

Leo a esos 30 periodistas que nos arrojan luz sobre Uganda, Sudán, Rusia, Hannover Pennsylvania, Cisjordania…. Sobre Tailandia , Luis Garrido-Julve nos cuenta que “ la población tailandesa siempre estuvo anestesiada (…) hasta que la juventud desmontó la mentira…” ( Esos insolentes niños tailandeses. 5W nº9). Malala en Pakistán… Yousseff y Hamza “menas” en España, Bojan Krkic, que asegura que los futbolistas no son buenos referentes para los jóvenes. Carmen Huidobro y Belén Hinojar de Climabar, y los jóvenes en Europa, Viviane Orgau sobre la política europea y los jóvenes: “Si nos tomáramos un momento con las personas que pasean en Bruselas por la plaza de Luxemburgo, podríamos detectar una mezcla similar de sueños e ilusiones. Con una máscara joven, las personas que con más ilusión transitan llevan consigo la pasión de cambiar el mundo y la creencia de que su papel será transformador.(…) A menudo se invita a las personas jóvenes a participar, pero se las escucha poco y raramente tiene un papel en la toma de decisiones políticas. Ante la frustración, también influida por las redes de corrupción, la violencia y la falta de comunicación institucional y de base, hemos optado por ejercer la política a través de vías alternativas (…) que no siempre contribuyen al refuerzo de la democracia representativa, lo que puede generar un círculo vicioso de decadencia de la participación formal”

Xavier Aldekoa, nos recuerda que “África es el continente con la población más joven del planeta, en 25 años, uno de cada cuatro habitantes del mundo será africano, desde Bulawayo, la segunda mayor ciudad de Zimbawe. (…) En las calles de Lagos, el futuro es hoy (…) con 24 millones de jóvenes que marca el camino que ha emprendido el continente”

Miremos a los jóvenes, los nuestros y los del mundo, el futuro es de ellos. Hagámoslos libres.