Imagen de archivo de un avión de la compañía Ryanair en el aeropuerto de Málaga.
Halcones, hurones, láser... Así se protege el Aeropuerto de Málaga contra sus pequeños 'enemigos'
AENA pone en marcha la contratación del servicio de control de fauna en el aeródromo de la capital de la Costa del Sol. Se prima el uso de métodos no lesivos.
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Pese a su reducido tamaño, en ocasiones se convierten en 'pequeños enemigos' para el normal y seguro funcionamiento de una gigantesca infraestructura como el Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol.
La presencia de aves, conejos, zorros e incluso gatos y otros animales domésticos puede llegar a generar un verdadero dolor de cabeza para los gestores del aeródromo, uno de los que maneja más tráfico de todo el país, con cientos de aterrizajes y despegues a diario.
Ante la obligación de extremar la vigilancia sobre estos ejemplares, el ente Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) acaba de activar la contratación del tradicional servicio de control de fauna.
El valor inicial de la licitación asciende a 595.320 euros (IVA incluido), con un plazo de dos años. No obstante, se abre la puerta a una posterior prórroga por el mismo periodo y el mismo precio. Las empresas interesadas podrán presentar sus ofertas hasta el 5 de noviembre.
El contrato busca garantizar la seguridad de las operaciones aéreas mediante la aplicación del Programa de Gestión de Fauna del aeropuerto, un plan que combina técnicas avanzadas y métodos tradicionales para reducir al mínimo la presencia de animales en las pistas y zonas de maniobra.
De acuerdo con el pliego de condiciones que rige este concurso, el adjudicatario deberá llevar a cabo labores continuas de localización, identificación, control, disuasión, expulsión y captura de fauna silvestre (aves, conejos, jabalíes, zorros, etc.) y doméstica o asilvestrada (perros, gatos, entre otros). Además, se encargará de la recogida de restos animales y su eliminación conforme a la normativa vigente.
El sistema de control apuesta por métodos no lesivos, priorizando el uso de pirotecnia, ahuyentadores sonoros, láser o vuelos de cetrería.
Y se remarca que "solo en caso extremo", y cuando las condiciones climatológicas lo impidan, podrá recurrirse a munición de caza.
Entre los recursos más llamativos están los halcones adiestrados, que sobrevuelan las pistas para mantener alejadas a especies como la gaviota patiamarilla, la perdiz moruna o la garcilla bueyera.
También se emplean perros rastreadores para detectar fauna terrestre y hurones para controlar la población de conejos en el recinto aeroportuario.
El pliego establece, además, revisiones diarias del campo de vuelos y del vallado perimetral, con el objetivo de detectar posibles focos de atracción, como restos de alimentos, semillas o pequeños encharcamientos. Toda la información será registrada y analizada de forma continua, tal como exige la normativa europea de AESA y EASA.