Estamos hartos de oírlo, Málaga está de moda. Lo demuestran la continua llegada de empresas y multiacionales tecnológicas, las grandes operaciones inmobiliarias en proceso y programadas, los titulares acaparados en la prensa nacional e internacional... Pero también la frenética subida del precio de la vivienda, lejos del crecimiento de los sueldos.

La cuestión es común: ¿se nota ese boom de Málaga a pie de calle, en sus barrios? ¿Vive ahora mejor que hace unos años el malagueño de La Palma-Palmilla, Carretera de Cádiz o Churriana? ¿Quién está notando el desarrollo económico de la ciudad? ¿Crece toda la ciudad por igual?

El diagnóstico más común es que el boom de Málaga no está sumando a todos por igual... ¿o sí?

[La brecha entre el barrio más rico y el más pobre de Málaga supera los 22.000 euros]

Los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), consultados por EL ESPAÑOL de Málaga, ofrecen un relato complejo y poco amigo de los simplismos. Por poner un ejemplo llamativo, en la sección con mayor renta neta por persona de la ciudad, en El Limonar, esta ha crecido un 28,8%; mientras que en la zona más pobre de la urbe, en La Palma-Palmilla, lo ha hecho un 27,7%.

La diferencia es pequeña y señala un crecimiento paralelo entre la zona más y menos pudiente de la capital de la Costa del Sol. ¿Significa eso entonces que el crecimiento es parejo en toda la ciudad? No tan rápido.

La estadística del INE no muestran diferencias inabarcables entre el crecimiento de unas zonas y otras entre 2015 y 2020, los últimos datos de referencia: el Distrito Centro, el más rico de la ciudad, es en el que menos crece la renta (un 14%); mientras que tres zonas menos pudientes —Churriana, Puerto de la Torre y Teatinos-Universidad— son las más veloces en el aumento de sus capacidades económicas (+21%).

Málaga Este, el segundo distrito en renta neta media por persona, les pisa los talones con un aumento del 20%; mientras que Cruz de Humilladero y Carretera de Cádiz, los dos distritos más rezagados en capacidad económica, se anotan crecimientos del 18 y el 19%, respectivamente.

No obstante, esos registros más o menos parejos no se corresponden con los datos absolutos, en los que el distrito más pudiente (el Centro) casi duplica la renta neta anual del menos (Carretera de Cádiz). Además, los expertos señalan que, en muchos casos, los efectos económico-sociales de la pandemia de la Covid-19 han sido de aumento de las desigualdades. La actualización de datos posteriores a 2020 por parte del INE irá dibujando un lienzo más completo y actualizado.

También se debe tener en cuenta que crecer al mismo ritmo porcentual no significa necesariamente recortar la brecha de desigualdad en términos absolutos. En el ejemplo de la comparación entre la sección más humilde de Palma-Palmilla y la más rica de El Limonar, el crecimiento porcentual a la par supone unos 6.000 euros más para la zona oriental y menos de 1.000 euros más para la norteña. Esto se debe a que el punto de partida de los datos de una y otra zona no es el mismo.

Para recortar esa brecha de desigualdad entre un barrio y otro, las zonas con menor renta deberían crecer incluso más rápido que aquellas con más.