Hace poco más de un año, los estudios relacionados con el Plan de Transporte Metropolitano de Málaga, en ese momento en ciernes, concluían que el proyecto a futuro más rentable desde el punto de vista social para la capital de la Costa del Sol era el BRT a El Palo. O lo que viene a ser una especie de tranvía sobre ruedas mediante el que unir el entorno del Centro histórico con la zona Este.

Los datos eran llamativos. Con una inversión de apenas 25 millones de euros, necesarios para financiar una infraestructura de unos 5,9 kilómetros, se lograba un Valor Actual Neto positivo de 153,6 millones de euros, con un TIR (Tasa Interna de Retorno) del 41%.

Parámetros que lo convertían y convierten en la alternativa más racional a una posible ampliación del Metro, cuyo coste de ejecución (presumiblemente soterrado) sería muy superior, con una demanda de viajeros semejante.

Y si los números eran tan aplastantes, ¿cómo es posible que este proyecto de movilidad siga sin ser una realidad? La realidad es que no lo es y que, por lo que parece, no lo será en el corto plazo. Y no porque el asunto no haya merecido el tiempo y el análisis del Ayuntamiento de la capital.

El Bus Rapid Transit forma parte del discurso del área de Movilidad desde hace más de una década. A primeros de 2011, el Ayuntamiento dio luz verde a un ambicioso plan de movilidad sostenible. Un documento que incorporaba como medidas más relevantes, el diseño de una amplia red de BRT que desde la zona Este alcanzaba al Oeste y los polígonos, entre otros puntos.

Ese punto de partida tuvo continuidad con el impulso de unos primeros estudios que avalaban la propuesta. A finales de ese año, desde el Consistorio confirmaban la existencia de unos primeros trabajos que abrían la puerta a pensar que antes de 2015 este nuevo medio de transporte podría ser una realidad.

Los primeros esbozos apuntaban a un ramal de unos 5 kilómetros por sentido, que podría prolongarse desde el entorno de La Malagueta hasta Playa Virginia. El coste orientativo rondaba los 4 millones de euros por kilómetro. ¿Y por dónde discurría el trazado? Aunque el estudio analizaba tanto el eje de Paseo de Reding como el paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso, se apostaba por el segundo itinerario.

Sea como fuere, lo cierto es que nada se hizo que permitiese sembrar la semilla del tranvía sobre ruedas. Y muchos años después, aprovechando el programa de fondos europeos Edusi, el mismo que financia, por ejemplo, la mayor parte de las obras de regeneración de la calle Carretería o de Álamos, el Ayuntamiento abrió de nuevo la puerta a esta infraestructura.

A finales de 2016, el Ayuntamiento comunicó que disponía del visto bueno de Europa para disponer de 15 millones para una serie de operaciones. Y aunque de menor cuantía, se recogía el trazado del BRT a la zona Este.

Conclusiones de un anteproyecto

En 2018 se conocieron las conclusiones de un anteproyecto elaborado por la empresa Inaser. La propuesta fijaba un trazado que, en buena parte de su recorrido, quedaría reservado al paso del transporte público y taxis e incorporaría un sistema de semáforos inteligentes que daría prioridad al paso de estos vehículos. 

Ese documento dibujaba el recorrido desde El Candado, donde se plantearía un aparcamiento disuasorio para los vehículos de entrada desde la costa oriental, y alcanzaría hasta la Plaza Torrijos. El coste estimado era de 3,9 millones de euros. Los Edusi aportaban para el período 2017-2019 un total de 671.276 euros para una primera etapa pensada entre Torrijos y los Baños del Carmen. Nada de eso se ha hecho tampoco.

Él último hito temporal se produjo en noviembre de 2020, cuando se supo que la Empresa Malagueña de Transportes (EMT) daba marcha atrás y renunciaba a más de 800.000 euros de fondos comunitarios destinados al BRT. El motivo esgrimido era: "Debido a las circunstancias que han venido surgiendo a lo largo del desarrollo del proyecto". 

Una justificación completada en su momento por el aún concejal de Movilidad, José del Río: "No es que no nos lo tomemos en serio, pero es que tenemos tantos proyectos ahora mismo que tenemos la duda de que sean compatibles con el BRT; hasta que no tengamos definidas esas grandes infraestructuras de ciudad el BRT está en un momento de standby". Y así sigue, sin que se espere que despierte del letargo en el que está inmerso.