Grupo Trocadero, una de las referencias de la hostelería de la Costa del Sol, activa la cuenta atrás para abrir antes de finales del presente año el que está llamado a ser uno de los grandes atractivos gastronómicos de Málaga capital: Trocadero Casa de Botes. 

La hoja de ruta trazada por la compañía, tras recibir recientemente la licencia de obras por parte del Ayuntamiento de la capital, ha tenido ya su punto de inicio con los trabajos previos de planificación y ordenación del entorno, con la previsión de comenzar con la instalación de andamiaje desde este lunes. Todo ello con la mirada puesta en acometer una importante obra de rehabilitación y recuperación de la edificación portuaria, que data de 1953. 

El proyecto, que fue ganador del concurso impulsado por la Autoridad Portuaria para recuperar esta construcción, con un periodo de concesión de 25 años, incluye una inversión estimada de unos 6 millones de euros. 

Con todo, tal y como explica Fernando Hernández, que está al frente del equipo de arquitectura, la idea es que toda la operación física, así como la adecuación interior, esté completada en octubre o noviembre. Y desde ese momento, previas autorizaciones necesarias, a esperar la puesta en funcionamiento del establecimiento.

"Lo que hemos estado haciendo estos días con los responsables del Puerto es la planificación de la obra, la colocación de los andamios, del vallado", explica a EL ESPAÑOL de Málaga. La tarea es compleja, en particular por el estado de conservación que presenta el inmueble. "Lo que hacemos en el edificio son unos trabajos de recuperación y refuerzo estructural, porque está expuesto al mar y hay bastante óxido y corrosión", señala.

A esta tarea esencial para dar viabilidad al inmueble, hay que sumar la apuesta por transformar el interior. Al menos en lo que a la decoración se refiere. "El proyecto de interiorismo va a ser espectacular", comenta Fernando, quien apunta que si bien se quiere mantener la filosofía de Trocadero en todos sus establecimientos, "nos parece interesante adaptarnos al contexto en el nos encontramos y al hecho de que se trata de un edificio singular".

Sí llama la atención sobre la decisión de respetar la actual amplitud interior, sin proponer segmentaciones en el mismo. La antigua Casa de Botes tiene una superficie construida de 1.078 metros cuadrados, distribuidos en planta baja (unos 735 metros) y primera planta (343 metros). A esto hay que agregar el espacio de terraza que, según los planes de la empresa, será explotada como zona de copas.

Fernando pone en valor, además de la intervención sobre el edificio, la labor de urbanización que se va a realizar en el exterior, configurando una especie de plaza-mirador que pondrá fin a un paseo peatonal que tendrá su inicio en la entrada principal del puerto. "Estamos en una zona que actualmente está cerrada; ahora lo que vamos a hacer es dar continuidad a todo el paseo de Muelle Uno", apunta. 

Pero ¿qué ofrecerá Trocadero Casa de Botes a sus futuros clientes? Jorge Hernández habla de que se mantendrá la estructura de carta que ya es conocida en todos los negocios del grupo, con una apuesta clara por las carnes, el pescado y las ensaladas. Pero a estos elementos comunes se quiere añadir una zona con carta ecológica y vegana.

El negocio previsto

A la espera de comprobar la aceptación que el nuevo restaurante tiene, sirvan como referencia los datos recogidos en la memoria económica que incluía la oferta de Trocadero en el concurso del Puerto. 

En la misma se señalaba que a lo largo de los 25 años de concesión los ingresos totales podrían superar los 165 millones, mientras que los gastos, incluyendo el canon a abonar al Puerto, así como la tasa de actividad, podrían alcanzar los 143,2 millones. Con todo, según sus estimaciones, una vez finalizado el periodo de explotación, el resultado estaría próximo a los 16,5 millones, siendo positivo desde la primera anualidad.

Para alcanzar este valor, la empresa llega a considerar que el ticket medio de los clientes será de unos 52 euros por el día, aumentando a los 58 euros por las noches. En el caso de los eventos, el cubierto medio sube a unos 60 euros. Y en cuanto a la ocupación, parte de unas estimaciones que cree "conservadoras", siendo del 28% en el periodo de octubre a mayo; del 52% en junio y septiembre, y del 100% en julio y agosto.

Las instalaciones tendrán capacidad para 290 comensales, a los agregar otro centenar en la zona de terraza. Y en cuanto a la repercusión laboral que tendrá el nuevo establecimiento, la empresa maneja una contratación media de entre 65 y 75 personas en los primeros ejercicios de la explotación. Los picos, con 120-140 personas, se producirán en julio y agosto, reduciéndose la plantilla a 85-95 en junio y septiembre y a 45-50 el resto del año.