Vista aérea de El Perchel sur, donde se localizan los edificios adquiridos por una promotora de Madrid.

Vista aérea de El Perchel sur, donde se localizan los edificios adquiridos por una promotora de Madrid.

Málaga ciudad

¿Qué piden los vecinos de El Perchel, en Málaga, para abandonar 'pacíficamente' sus viviendas?

Los inquilinos de los bloques recién comprados por una empresa de Madrid exigen como condición sine qua nom una "solución habitacional" que les permita seguir viviendo en el barrio.

28 enero, 2022 05:20
Málaga

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La batalla emprendida ya hace algunos meses por medio centenar de vecinos del tradicional barrio malagueño de El Perchel tiene visos de alargarse en el tiempo. Lo que al principio era simplemente la sospecha a que los edificios en los que habitan desde, en algunos casos 40 y 45 años, iban a ser comprados por una empresa para construir viviendas de lujo, ahora es una realidad.

Dazia Capital cerró a finales del pasado año la adquisición de la entidad Vitrubio, asumiendo de manera directa la propiedad de sus bienes inmuebles. Y ello incluye varios bloques de pisos en este estratégico emplazamiento de la capital de la Costa del Sol. La previsión de la entidad pasa por demoler lo existente para edificar del orden de 180 o 200 viviendas en venta o alquiler. 

Pero antes de poder proceder, tiene que encontrar una solución para el medio centenar de inquilinos que habitan los edificios en régimen de alquiler. De ellos, unos 15 con contratos de renta antigua. La disposición de la mercantil pasa por llegar a acuerdos con una parte de los afectados.

Pese a ello, ya ha dado los primeros movimientos al remitir burofaxes a tres o cuatro de los inquilinos informándoles de su negativa a renovar el contrato de arrendamiento que vence el 1 de marzo próximo. Un modus operandi que, por lo que cuenta la directora general de Dazia, Leticia Pérez, tienen intención de mantener con el resto de arrendatarios.

En este escenario, no parece que el tema vaya a quedar resuelto de manera fácil. De hecho, Francisco Gutiérrez, quien fuera Defensor del Ciudadano de la Diputación de Málaga, que está asesorando a los vecinos, es claro al anunciar acciones en caso de que la compañía no se avenga a las condiciones que ponen los residentes.

"No nos oponemos a que haya una rehabilitación de los edificios o a que se construyan otros, ya sea una empresa de Madrid o de Bruselas, pero eso tiene que ser compatible con los derechos de los vecinos, eso no puede implicar su expulsión de las viviendas", subraya. 

Un punto el que surge la pregunta básica: ¿cuál es la condición que ponen los vecinos? A tenor de la respuesta de Gutiérrez, todo pasa porque desde la empresa o desde el propio Ayuntamiento se busquen mecanismos para dar alternativas habitacionales en el barrio a todos los afectados. 

"La empresa puede querer tirar para levantar otros edificios, pero hay unos aprovechamientos que le corresponden al Ayuntamiento que se pueden emplear para hacer un bloque de viviendas sociales para los vecinos; hay salidas", insiste.

El ex Defensor del Ciudadano, ahora jubilado, incide en que disponer de una solución habitacional en la zona es una condición sine qua nom de los vecinos. Y advierte: "Está claro que el 1 de marzo no hay un solo vecino que vaya a abandonar su vivienda; iremos a la vía judicial si es necesario", reclamando un papel activo al Consistorio, que ha aprobado en los últimos años varias iniciativas defendiendo el mantenimiento de los vecinos en El Perchel.

La operación que ahora está en boca de muchos vecinos de Málaga capital es una más a sumar a todas las que se vienen realizando y ejecutando en los últimos años en este emplazamiento, situado en la antesala del Centro de la ciudad y a apenas cientos de metros de las estaciones de trenes, de autobuses y de Metro. Poco queda ahora de la estructura urbana que caracterizó al barrio y el color blanco característica de otra época ahora queda reducido a pocos inmuebles.

Para despejar cualquier duda, Gutiérrez subraya que se trata de inquilinos que tienen al día sus obligaciones de pago con la empresa propietaria. "No se trata de que haya ni muertos ni heridos, sino de que haya justicia social para unos vecinos que llevan ahí toda su vida, que son los últimos percheleros", defiende.