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Esos vehículos de más de 60.000 euros con matrícula neerlandesa, polaca, alemana, marroquí o belga, conducidos por chavales que rara vez superan la treintena y que se han pavoneado por el paseo marítimo de Fuengirola este verano es la punta del iceberg de un problema que poco a poco va ganando terreno en una sociedad en la que crecen las desigualdades económicas.

El crimen organizado cada vez está más presente en nuestra sociedad, y con esas actitudes los miembros del hampa se presentan ante ella. No les importan que sean identificados por vídeos de Tik-Toks que obtienen cientos de miles de visitas.

Fuengirola ha sido testigo de las luchas de clanes emergentes de la Mocro Maffia; esa organización criminal que actúa tal y como corresponde a sus miembros de la generación Millenial y Zeta. No son mafiosos de vieja escuela; son horteras, poco discretos, utilizan más violencia sin temor a las consecuencias y se muestran en redes sociales con cero temores a la justicia.

Y ahora a esa amalgama de aptitudes negativas se le une que controlan importantísimas rutas de cocaína hacia Europa, y que con ello hace millonarios a mucha gente sin escrúpulos y con poco aprecio por la vida.

Todo esto viene a colación del asesinato el pasado 7 de diciembre de 2024 en Fuengirola de Jasin Ajar, un neerlandés de Zwolle y criado en Dalfsen. Ajar trabajaba en el Legends CSC, un club privado de fumadores de marihuana que ya está cerrado tras aquel suceso. En su web también anunciaban que aparte de marihuana vendían hachís de todo tipo.

Jasin Ajar curraba en ese lugar y según Paul Vugst del Het Parool fue asesinado por Shah C., que en ese momento era un chico de 17 años. Shah C. fue contratado por Nail G para cometer un homicidio que no está del todo claro que Ajar fuese el verdadero objetivo.

La madrugada del 7 de diciembre sobre las 2 de la mañana, Shah C supuestamente tiroteó la puerta del local de fumadores tras abrirla Jasin Ajar. Eso ocurrió en Calle General Rodrigo de Fuengirola, donde en ese momento se encontraban 2 personas más dentro del establecimiento junto a la víctima y que también intentaron salir por la puerta atrás del club.

Así que esas tres personas terminaron en la calle Asturias, y Jasin Ajar acabó acribillado de varios disparos. La familia de Jasin Ajar insiste en que estaba de año sabático en España, y que no tiene relación con el crimen organizado.

Todo apunta a que es una víctima inocente más de las mafias internacionales en la Costa del Sol. Ajar no era conocido en el hampa neerlandesa y su familia realizó un crowfunding para pagarse la repatriación del cuerpo porque no disponían de suficiente capital para afrontar los gastos.

Nail el “G”, el supuesto instigador de este asesinato de Fuengirola se encuentra en una cárcel de Países Bajos por orquestar otros dos homicidios dolosos más, todos vinculados con clanes de la Mocro Maffia de un nivel bastante considerable.

Después de la ejecución de Fuengirola, cree la policía neerlandesa que el 29 diciembre de 2024 ordenó a los hermanos Mahdi y Ajij que eliminaran de la faz de la tierra a Younes Arsalane. Cosa que realizaron a tiros en un trastero de un complejo de edificios situado en Ámsterdam-Osdorp.

El historial criminal de Arsalane era bastante extenso a sus 33 años; desde robos a joyerías a ser uno más del clan de Gwenette Martha. Uno de los pioneros de la Mocro Maffia y que terminó acribillado por más de 80 balazos el 22 de mayo de 2014 por tres encapuchados en un suburbio de Ámsterdam.

Martha era un actor importante del narcotráfico en Bélgica y Países Bajos, y su asesinato estuvo relacionado con el de Samir Bouyakhrichan. Un sicario acabó con la vida de Samir en agosto de 2014 en la terraza de un bar de Benahavís en el que se encontraba toda la plana mayor de la Mocro Maffia.

Su hermano Karim sigue ahora ofreciendo titulares de prensa porque continúa prófugo de la justicia española y neerlandesa tras el escándalo del año pasado en el que fue liberado y no se volvió a presentar a los juzgados en los que estaba requerido para firmar. La historia de la Mocro Maffia, como ven, siempre finaliza en el mismo lugar; Ámsterdam, Utrecht, Amberes, Rotterdam, Dubái o la Costa del Sol.

Aquellas ejecuciones de hace 11 años de Martha y Samir marcaron una tendencia que no ha disminuido, la Mocro Maffia ataca ahora con más crudeza. Cada semana hay niños, sí, niños, colocando explosivos caseros en algún lugar de Países Bajos para intimidar a clanes rivales.

La nueva realidad del crimen organizado europeo son tres chavalitas aparentemente inofensivas encargándose de llevar un fusil de asalto militar desde París hacia Fuengirola para que un chiquillo de 17 años cobre unos 60.000 euros por un asesinato utilizando un arma de uso militar. Mientras tanto, sus jefes están Emiratos Árabes Unidos. Esa es la peli que se está rodando ahora en la Costa del Sol.