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Quien haya vivido o pasado una temporada de vacaciones en Torremolinos es raro que alguna vez en su vida no se haya tomado una pinta o un refresco en los pubs que se encuentran en la calle Salvador Allende, ya en Montemar, y rozando la frontera con Benalmádena.

En esa calle hay decenas de pubs británicos donde apenas hay carteles en castellano. Se anuncian ofertas de pintas de cervezas y sus conocidos bingos que entretienen a guiris jubilados cada noche.

Los pubs son el centro de ocio de la comunidad british y llevan ahí toda la vida. Una pérdida tan grande como ha sido el incendio de siete pubs el 24 de agosto es un golpe tanto a los hosteleros como a los clientes. Tras conocerse la noticia del incendio, los grupos de Facebook de británicos en la Costa del Sol se llenaron de mensajes lamentando los hechos. Como no podía ser de otra manera.

Con el paso del tiempo se fue conociendo algún detalle sobre este hecho que hace pensar que son muchas casualidades. Dos días antes del siniestro intentaron matar al dueño de uno de los pubs afectados.

Fue un ataque directo a cuchilladas, como se pudo ver en el vídeo que Walter Finch del Olive Press publicó. En concreto el intento de homicidio fue al dueño del Baileys International, que es un señor de Cork (Irlanda).

Y en esta ciudad irlandesa hay que detenerse para comprender el contexto de porqué han podido prenderle fuego a un establecimiento hostelero que luego ha afectado a tantos locales en Torremolinos.

Cork es una ciudad de 228.000 habitantes situada al sur de Irlanda y, como en cualquier localidad del mundo, entre su población hay miembros del crimen organizado. Desde hace un año y medio hay una tendencia general en los hechos que se pueden vincular de alguna forma con el crimen organizado. Son las decenas de ataques con cócteles molotov contra viviendas o establecimientos comerciales.

Sólo un ejemplo. El 25 de abril dos pandilleros, al parecer en prácticas y con problemas de visibilidad nocturna, lanzaron cócteles molotov contra una vivienda en Ballincrokig al norte de Cork. Ocurrió sobre las 21:00. Es importante destacar la hora porque debía estar bastante oscura la calle.

Así que esos tipos de unos 30 años, y de Dublín, se dispusieron a prenderle fuego a una casa en la que vivían dos ancianos de más de 80 años. La GARDA (la policía irlandesa) directamente filtró a los medios irlandeses que estos dos prendas se habían equivocado de casa.

Casa afectada por un ataque con cócteles molotov el 25 de abril en las afueras de Cork.

Una mala tarde-noche la tiene cualquiera, no vieron en condiciones óptimas el número de la casa. En otro hecho sin relación directa. Tres tipos asaltaron una vivienda en Cork la noche del 11 de agosto, pero no fue con pretensión de robar a nadie. Aquello fue un aviso a un padre de familia al que dieron una paliza delante de sus hijos pequeños y de su mujer. Cosas que ocurren.

Ya en agosto, en la tarde del miércoles 20, una patrulla de la GARDA detuvo a los ocupantes de un vehículo a la altura de una gasolinera a las afueras de Cork. Tuvieron buen ojo esos agentes porque al realizar el registro descubrieron una escopeta, una pistola impresa en 3D y un Kalashnikov. Es sólo una muestra de a lo que juegan los narcotraficantes en Irlanda. No hay bromas.

Así que quien tiene problemas relacionados de alguna manera con el crimen organizado irlandés debería estar bastante preocupado porque actúan de forma bastante cruel y con un perfil bajo.

Ahora sólo queda esperar que los pubs de Torremolinos renazcan de sus cenizas.