El CEO de Uptodown, Luis Hernández

El CEO de Uptodown, Luis Hernández

Tecnología

La tienda de apps que refuta a Google y Apple desde Málaga: "Les dan todo el poder y nadie objeta nada"

Uptodown es, desde Málaga, una de las alternativas líderes a Google Play Store y App Store. Su CEO, Luis Hernández, habla firme contra su monopolio: "Son unos suavones, se hacen los buenos de la película".

15 noviembre, 2021 05:00

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Las batallas globales del siglo XXI tienen trincheras inesperadas. En la calle Puerta del Mar del centro de Málaga se esconde una de ellas. La tienda de aplicaciones móviles Uptodown, fundada desde la UMA en 2002 por los entonces estudiantes José Domínguez y Luis Hernández, es una de las hormas en el zapato de las grandes tecnológicas estadounidenses. Con apenas una treintena de empleados, han conseguido convertirse en una de las app store alternativas a Google y Apple más utilizadas en todo el mundo: cuenta con 130 millones de usuarios únicos al mes y 450 millones de descargas mensuales.

Luis Hernández es su CEO y, en una entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga, no tiene problema en defender con claridad los peligros que considera que los monopolios tecnológicos suponen para el futuro de Internet y la esperanza, pese a todo, de que justamente desde Europa comience a volver a abrirse la red.

Contra el monopolio de Google y Apple

Para Hernández, el quid de la cuestión está en las restricciones de acceso a su mercado que las tiendas de aplicaciones móviles de Google y Apple pueden imponer: "Hace un mes, Apple decidió no meter una app porque decía que había muchas ya de ese tipo. Son políticas totalmente arbitrarias. Como tú le estás dando todo el poder y nadie pone ninguna objeción, todo el mundo se calla, pues ellos deciden si algo entra o no", defiende.

El control de la compañía fundada por Steve Jobs sobre App Store es "un caso extremo", pero Android (el sistema desarrollado por Google) "es muy buen aprendiz". Ambas usan para esas limitaciones "dos excusas", según la descripción del CEO de Uptodown: "ventajas tramposas" como el rendimiento o "asustaviejas" de la seguridad.

"Sus intereses son siempre amurallar un jardín y decir: 'Yo aquí tengo el control, nadie puede hacer nada fuera de eso'", plantea Luis Hernández; que también recuerda que, en el medio siglo que lleva existiendo la informática, "siempre has podido instalar el software que tú quieras en tu equipo".

El objetivo de Uptodown no es necesariamente luchar por la destrucción del modelo más restringido de Google o Apple, sino acabar con el monopolio de facto que hace que parezca el único sistema posible: "Con nuestro 2% de cuota de mercado, nunca pretendemos derrotar a Google Play para nada. Se trata de que ellos permitan que haya más opciones. Nosotros los vemos como compañeros de viaje más que como competidores. Pero es normal que ellos nos vean como una amenaza, supongo, y estén siempre a la expectativa de cómo joderte y evitar que tú crezcas", afirma.

Luis Hernández, en la oficina de Uptodown

Luis Hernández, en la oficina de Uptodown

La batalla por Internet

Ese poder de las grandes tecnológicas no se queda solo en las tiendas de aplicaciones. De acuerdo con el análisis de Hernández, la situación "ha llegado a un nivel de degradación que va a afectar a nuestro futuro". Si Internet deja de ser la hoja en blanco y virgen que fue en los años 2000 para convertirse en algo cerrado donde quién entra y quién se queda fuera queda bajo el dominio de pocas compañías, la red se convierte en "una caja de arena con pocas herramientas".

"Nuestros trabajos van a parecerse mucho a lo que Apple, Google y Facebook decidan que van a ser nuestros trabajos, y no tanto al potencial que le vemos lo que hemos vivido el boom de Internet, que era un espacio creativo brutal donde todo el mundo colaboraba y estaba todo descentralizado", plantea el CEO de Uptodown, en línea con lo que define como "el espíritu y los pilares de Internet", que ve "tan alejado hoy en día".

Su preocupación es que las nuevas generaciones crecen directamente sin conocer esa filosogía original, sino que ya interioriza que la red es "como una televisión, en la que dos grandes empresas deciden lo que vas a ver, todo está cerrado y tú tienes poco que hacer": "A mí eso me parece mucho más desmotivante", dice Hernández, que relaciona esa situación con la falta de vocaciones tecnológicas.

"Es una anomalía que la misma empresa que te vende el dispositivo móvil te ofrece la búsqueda, la publicidad, el sistema operativo y, ahora, también el contenido. No es sano que exista ese nivel de control, ese nivel de concentración no ha ocurrido nunca", argumenta. ¿Su predicción? "Es cuestión de tiempo que eso tiene que abrirse y probablemente comience en Europa, que tiene más conciencia".

Cómo ganar personas a la causa

En ese arriesgado enfrentamiento con algunas de las empresas más poderosas de la historia, Luis Hernández pudiera encontrarse con complicaciones para encontrar acólitos para su bando -"[estas compañías] son lo más parecido a ser un suavón, muy buenas haciéndose los buenos de la película"-. Pero meterse en ese berenjenal de ganarse espacio en su monopolio también es "un estímulo de la hostia".

"Es un factor muy importante para atraer a la gente es lo interesante del proyecto: esta batalla que se va a decidir en los próximo 5-6 años de cómo se va a quedar la industria móvil y el metaverso en el futuro. Es un problema universal, cómo el usuario decide qué software utiliza. Es un aliciente muy importante para la gente que trabaja aquí", reflexiona.

Y plantea que no solo se trata de convencer a sus trabajadores, sino a la sociedad completa. Desde su perspectiva, incluso los proyectos legislativos de los gobiernos están a favor de estas grandes tecnológicas: "Es muy difícil que nosotros tengamos la responsabilidad de luchar contra todo esto, pero yo al menos hablo con un medio y se lo suelto".

Otro de sus planteamientos es que en los colegios se enseñen asignaturas de "responsabilidad tecnológica" y que, antes de empezar a poner a todos a programar, se genere una conciencia de los peligros y las posibilidades de la red: "La programación es un medio, no un fin. Un arquitecto no se hace arquitecto porque le gusten las matemáticas. Tenemos que enseñar que la tecnología es una disciplina totalmente creativa, apasionante", lo que choca contra ese sector cibernético poco variado que considerae que se da por los monopolios.

Y todo esto, ¿cómo se lo explicamos a nuestros padres y abuelos? "Esa generación está perdida. No hay un camino rápido para la gente entienda la implicación de la tecnología en su vida. Me conformo con que las nuevas generaciones se les explique que, al igual que el cambio climático es un problema grave, el futuro de la tecnología les va a afectar en sus vidas", sentencia Hernández.