Rafael Tudela, con su tiburón.
El 'tiburón' vuelve a rugir y una veintena de "joyas" irán de Sevilla a Málaga este sábado: "No hay coche que lo iguale"
El club ID/DS Tiburón España ha organizado una Vuelta a España que llegará a su quinta etapa este 4 de octubre, cuando los amantes de este clásico disfrutarán de una jornada de "hermandad" en la Costa del Sol.
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Si este sábado, 4 de octubre, recorre la carretera que une Sevilla y Málaga te encontrarás un escenario insólito. No se cruzará precisamente con coches modernos y de última generación, sino con un increíble desfile de varias joyas de Citroën DS, conocidos comúnmente como tiburón, que recorrerán ese día la quinta etapa de una increíble vuelta a España a bordo de este automóvil mítico.
El encargado de coordinar la cita es Rafael Tudela, un hombre cuya vida, desde niño, ha estado marcada por la silueta elegante de este clásico francés. “La pasión me viene de mi padre”, dice este amante del automovilismo, que cuida a su tiburón como un miembro más de su familia. “Fue con un tiburón con el que aprendí a conducir, allá por 1964. Yo tenía diez años. Primero tuvo uno, luego otro, y me fue enseñando las calidades que tenía aquel coche frente a los demás”, recuerda.
El Citroën DS, presentado en 1955, parecía llegado del futuro. Su suspensión hidroneumática, mezcla de hidráulica y gas, ofrecía una suavidad que aún hoy, seis décadas después, pocos coches han logrado superar, a su parecer. “Nadie lo ha igualado”, insiste Tudela.
Lo que empezó siendo un juego de infancia se convirtió con el paso de los años en un hobbie: al jubilarse, Rafael decidió entregarse a la restauración de estos vehículos, envenenado —como él mismo dice— por la sofisticación mecánica del modelo.
“Ni siquiera Rolls-Royce, que llegó a comprar el sistema para tres de sus modelos. Y no solo era la suspensión: tenía dirección asistida, frenos de disco, testigos de desgaste de pastillas... innovaciones que los demás tardaron años en adoptar. Fue un coche adelantado a su época”, asevera.
Rafael cuida con esmero su propio DS23 de 1974, color gris paladio y techo negro, con inyección electrónica y cambio semiautomático. No habla de él con la frialdad de un coleccionista, sino con el afecto hacia un compañero que ha estado con él en miles de aventuras con amigos y familia.
Y es que, más allá de la mecánica, Rafael cuenta con una amplia comunidad de colegas con los que comparte la pasión por los tiburones. En España existen, al menos, 195 propietarios agrupados en un club de amantes del tiburón, una hermandad nacida de una necesidad, pues no son muchos los mecánicos capaces de reparar uno, y los que lo hacían en su juventud hoy rondan los ochenta años. Los foros y las concentraciones son la excusa perfecta para mantener viva una tradición que está en vías de extinción.
La historia tras la vuelta a España
Todo comenzó cuando Ángel Esteban, un amante del tiburón creó un foro con ánimo de convertirlo en un club de titulares y entusiastas de los ID y DS de Citröen para que todos compartieran sus experiencias personales y pudieran solicitar ayuda para buscar repuestos para mantener sus joyas.
En poco tiempo, de ser un proyecto en desarrollo, pasó a ser una realidad con más de 140 miembros de todas las comunidades españolas. Para coordinarse, relata Tudela, se nombró a un administrador, Eusebio Bautista, que con Esteban implantó una serie de normas de convivencia dentro del grupo para que no se desvirtuara el fin para el que se había creado.
Así surgió la idea de promover una serie de encuentros cercanos para conocerse entre los miembros. "También para darle confianza a los autorestauradores de que existían lugares donde podían llevar sus vehículos, ya que por edad no todos somos capaces de tirarnos al suelo para examinar los bajos o simplemente no teníamos medios o herramientas especiales", explica. El grupo siguió creciendo por subgrupos que albergaban a tapiceros, pintores... "con aportación de documentación y bibliografía fiel por partes de los 'maestros' del gran grupo".
Poco a poco, fue surgiendo la idea de crear una vuelta a España en tiburón, un ambicioso proyecto que tenía que tener una coordinación "importante" entre los organizadores y los miembros de las diferentes provincias.
Tras conversaciones, encuentros y buena voluntad, se realizó la primera etapa entre Madrid y Aranjuez el 23 de junio de 2024, donde se llevó a cabo el relevo por miembros del club, procedentes de Castilla La Mancha y que tuvieron como meta Toledo. La segunda se realizó entre Toledo y Talavera de la Reina el pasado 18 de enero. La tercera etapa abarcó el recorrido entre Talavera de la Reina y Cáceres, el pasado 15 de marzo. La cuarta, el 2 de junio, entre Cáceres y Sevilla, y la quinta, organizada por Tudela, se realizará el próximo 4 de octubre entre Sevilla y Málaga.
La etapa de Sevilla a Málaga reunirá 19 coches, llegados de distintos rincones del país. Uno de ellos recorrerá la distancia desde Asturias, gesto que recibirá un reconocimiento especial por parte del club. Habrá regalos, chapas, polos, pósters; pero sobre todo habrá conversaciones, anécdotas y un almuerzo compartido. “Lo más bonito de todo esto es la hermandad”, resume Rafael. “Ver nuestros coches, pasear juntos, hablar de nuestras inquietudes y disfrutar. Ese es el verdadero espíritu de estas etapas”, añade.
La Vuelta proseguirá en 2026 con la etapa Málaga–Granada, ya en primavera, cuando el clima permita mostrar los coches bajo la luz radiante del sol. El círculo se cerrará en Madrid, pero hasta entonces se irán sucediendo otras varias etapas desde el sur hasta la capital. Todo ello con un objetivo claro: mantener en movimiento a un automóvil que, como dice Tudela, es una joya que hasta ahora no ha sido superada.