Celebración en 'El boquerón de oro' de Málaga.

Celebración en 'El boquerón de oro' de Málaga.

Málaga

Francisco, dueño de una administración de lotería: "Con cada décimo nosotros ganamos menos de un euro de comisión"

En la última década, 'El boquerón de oro' ha repartido suerte con 64 premios donde se incluyen varios de 500.000 euros y un segundo premio de la Lotería de Navidad.

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En el pequeño ritual de comprar un décimo de lotería que cada diciembre se repite en miles de hogares, hay nombres de administraciones que pesan más que otros por la cantidad de premios que han dado en su historia. En Málaga, uno de ellos es el del Boquerón de Oro. Detrás del mostrador está Francisco Pérez Segovia, lotero y testigo privilegiado de cómo la ilusión no se acaba cada año, por eso, dice, "la gente sigue comprando".

Las ventas de este año confirman una tendencia que no es nueva. La lotería no pierde tirón. Al contrario. Según explica Pérez Segovia, el crecimiento ha sido constante en los últimos ejercicios, hasta el punto de obligar a incrementar el número de series de muchos números. “La gente sigue jugando y sigue habiendo mucho interés. Al final hablamos de uno de los mayores sorteos del mundo”, apunta. En su administración, no hay ni un rato de descanso desde hace unos días y cada campaña suma nuevos clientes a los habituales de siempre.

Parte de ese atractivo, como decíamos, tiene que ver con la reputación construida a base de premios. El Boquerón de Oro se ha consolidado como una de las administraciones más afortunadas de la ciudad. En la última década ha repartido suerte en numerosas ocasiones, incluidos varios premios de 500.000 euros y un segundo premio de la Lotería de Navidad. “Eso se nota mucho. Cada día nos conoce más gente y el nombre invita al malagueño a comprar aquí”, reconoce. Hay clientes que repiten año tras año y otros que llegan atraídos por esa fama que corre de boca en boca.

La transformación digital ha sido otro de los grandes cambios del sector. La venta online se ha convertido en un auténtico pulmón para los puntos de venta. En el caso del Boquerón de Oro, la web y las aplicaciones propias para Android y Apple han abierto la puerta a clientes de toda España que, de otro modo, no podrían comprar allí. “Cada día tenemos más usuarios y más clientes fijos”, explica Pérez Segovia. Los resultados avalan la apuesta. Solo en el último mes han repartido un segundo premio de la Lotería Nacional y, desde 2015, suman 64 grandes premios en distintos juegos de Loterías y Apuestas del Estado.

En cuanto a los números más demandados, la tradición manda. Las terminaciones como el 5 y 7 vuelven a ser las más buscadas y suelen agotarse muchos días antes de la celebración del sorteo. A ellas se suman clásicos como el 13 o el 69 y, como cada año, el número que coincide con el año en curso, es decir, el 25. “Son constantes que se repiten”, señala el lotero, que ya asume que habrá combinaciones imposibles de conseguir a última hora.

El debate sobre una posible subida del precio del décimo a 25 euros ha generado controversia entre los propios loteros. Pérez Segovia se posiciona en contra. “No queremos que repercuta en el consumidor. La solución pasaría por una subida de comisiones o por mejorar las condiciones de venta”, defiende. A su juicio, el problema es algo estructural, que viene de arriba. Los gastos se han incrementado en todos los frentes, desde la cuota de autónomos hasta la luz o el personal.

La campaña de Navidad es el mejor ejemplo de esa paradoja. Para Segovia, es la campaña "que más trabajo da" y peor remunerada sale. "Tienes que contratar personal para esta campaña específicamente, tienes que hacer un sobreesfuerzo para poder vender bastante y encima es el sorteo en el que más perjudicados estamos a nivel comisiones. De sorteos que tienen un 6% de comisión o un 5,9% en juegos activos, en Navidad lo bajan hasta apenas el 4,5% [0,90 euros por décimo]", reivindica.

Aun así, la relación con los premiados suele ser una de las recompensas invisibles del oficio. Muchos de los últimos afortunados siguen pasando por la administración, como José, con el que pudo hablar este periódico el pasado año, que acude siempre con familiares y amigos. Así, Segovia también mantiene el contacto desde la distancia con otros tras haber comprado online y tener suerte. “Los clientes que ganan por la web se quedan y no se van”, dice.

Y aunque el sorteo se celebre en diciembre, la lotería hace tiempo que dejó de ser cosa de última hora y de la época invernal. Este año, la venta arrancó ya en la primera semana de julio. “Cada vez empieza antes y en verano ya se vende mucha lotería”, confirma Pérez Segovia. Señal de que, al menos en Málaga, la ilusión no entiende de calendarios.