Miriem Diouri posa junto al cartel de su empresa.

Miriem Diouri posa junto al cartel de su empresa. Angel Recio

Málaga

Miriem Diouri: "Si Málaga pierde su identidad podemos perder también el interés de empresas en instalarse"

La fundadora de la consultora MDG señala que estamos en la "revolución del poder del empleado", que elige empresas y destinos en función de la calidad de vida. Málaga la ofrece, pero hay que cuidarla.

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Miriem Diouri nació en el Hospital Gálvez de la capital malagueña, pero desde muy pequeña se fue a vivir a Fuengirola por motivos laborales de su padre. Allí pasó su infancia.

Fue una alumna brillante y se decantó por la economía. Con 30 años creó su propia empresa, MDG Advisors, una consultora enfocada a clientes internacionales que está celebrando este año su decimoquinto aniversario. Trabajan para 450 empresas de 32 nacionalidades del sector tecnológico, real estate, energías renovables y family office.

Le encanta el deporte y es una apasionada de la esgrima. Empezó a practicarla con 8 años, fue varias veces campeona de Andalucía y compitió en torneos nacionales e internacionales.

"En la esgrima encontré a mis mejores amigos como mi maestro Daniel Guet, que fue alguien muy importante en mi vida y aprendí muchos valores sobre lo que significa ganar y perder", afirma Diouri, que es la tesorera del club de Esgrima Fuengirola y su empresa es patrocinadora.

Es articulista de EL ESPAÑOL de Málaga y este domingo conocemos mejor su historia a través de nuestra sección A título personal.

Me dicen personas que la conocen desde niña que era la empollona de la clase.

Sí (se ríe). Siempre he sido muy buena estudiante. Me gusta hacer las cosas bien. En COU saqué un 10.

Con esa nota podría haber estudiado cualquier carrera universitaria. ¿Por qué se decantó por la Economía?

Mucha gente me decía que estudiara Medicina. De pequeña yo quería ser escritora y estudiar periodismo. Siempre me gustaron más las letras que las ciencias. En el instituto no tenía muy claro qué quería estudiar. Me gustaba mucho el periodismo pero pensaba que económicamente no me iba a rentar.

Pensó bien.

Sí (se ríe). En la rama de ciencias sociales del instituto había una asignatura de Económicas con un profesor llamado Salvador que fue una de esas personas que te marcan la vida. Me dijo una cosa que se me quedó clavada.

Miriem Diouri en su empresa en Málaga.

Miriem Diouri en su empresa en Málaga. Angel Recio

Me comentó que normalmente la gente con expedientes excelentes suele ir a carreras de ingeniería o de medicina y que casi nunca hay expedientes muy excelentes que estén en la rama de Económicas. Me dijo que él pensaba que yo valía para eso y que si elegía esa carrera me podía ir muy bien. Como no lo tenía claro elegí Económicas.

¿Dónde la estudió?

Mis padres no se podían permitir económicamente que fuera a una universidad privada. He sido siempre una persona que he intentado aprovechar las opciones que me daba la vida. Fui a una feria que organizaba la Universidad de Málaga y vi un expositor de un proyecto de universidad privada en Cerrado de Calderón que se llamaba Isdec.

Me contaron su historia, que tenían un club de deporte… Me pareció interesante. Era un centro adscrito a la Universidad de Málaga que estaba en proceso para ser independiente y mientras había que hacer los exámenes en la UNED.

Era bastante exigente, pero lo llevé bien. A los cuatro años cerró. A mí me pilló en tercero de la carrera porque era la segunda promoción. Afortunadamente las asignaturas eran de la UNED y pude convalidarla en la UMA.

Cuento todo esto porque hay una anécdota graciosa. Conocí en Isdec a mi marido, con el que llevo ya 25 años, y en ese centro crearon luego una guardería llamada Cuco donde llevé a mis hijas.

Muchas cosas desde luego en un mismo edificio. ¿Qué hizo cuando terminó la carrera?

Siempre me gustaron mucho los idiomas. Cuando terminé COU me fui ese verano de au pair a Inglaterra. Y cuando terminé la carrera me quise ir también a Inglaterra. Estuve en Westminster College haciendo un curso de English for Business para mejorar el idioma de los negocios y además trabajando como camarera.

Fui con mi marido y vivimos las penurias del inmigrante en Londres. Estuvimos un año allí. Cuando volvimos comencé a trabajar en un despacho internacional de Marbella que tenía también oficina en Málaga. Estuve casi seis años allí. Cuando iba cumplir 30 años me dio un poco de crisis existencial y pensé si esa iba a ser siempre mi vida, trabajando 15 horas al día. Ahí fue cuando pensé crear una empresa por mi cuenta.

Y se lió mas todavía.

Totalmente. Mi idea no era complicarme más sino empezar con unos cuantos clientes que eran amigos y despejarme. Sacar un sueldo normal parecido al de la otra empresa y vivir mejor. Ese era mi enfoque, completamente erróneo.

Era 2010, en plena crisis económica. Pensaba que incluso estando en crisis sí podría llevar cuatro o cinco clientes que me dieran para vivir y que no sería tan complicado. También es verdad que fue un momento en el que comenzó la ola de lo que Málaga es hoy desde el punto de vista tecnológico.

El desarrollo tecnológico era muy incipiente. Nunca tuve esa visión de pensar en montar una empresa previendo que Málaga iba a evolucionar así. Mi intención era otra. Tenía 30 años, llevaba desde los 18 con mi marido y si en algún momento quería tener hijos era incompatible con la vida que llevaba en esa gran consultora.

Quería conciliar y tener una vida tranquila. Error. Comenzó el boom tecnológico de Málaga y como tenía la experiencia de trabajar en un despacho internacional y trabajar en inglés me fui metiendo en esa ola.

Y crea MGD Advisors.

Sí, lo creé sola y mi idea era seguir sola como autónoma. Ahora somos más de 20 personas trabajando después de 15 años.

Me quedé embarazada y trabajé hasta el último día. Mis ingresos eran suficientes para mí, pero no me podía permitir contratar a otra persona. Tres meses antes de dar a luz empecé a formar a una becaria para que me echara una mano. Esa becaria me gustó tanto que me planteé buscar más clientes para poder pagarle un sueldo y que siguiera conmigo. A día de hoy esa becaria, Leticia Cayuela, es una de mis socias. Lleva conmigo 13 años, los mismos que mi hija mayor.

¿Está muy masculinizado el sector de las asesorías?

Sí. Ha sido siempre un sector muy tradicional, muy rancio, en el que se ha instaurado trabajar muchas horas, con todo lo que ello conlleva para la mujer. Si trabajas 15 horas diarias y quieres tener hijos es incompatible.

Yo me fui de mi primer trabajo por un tema de conciliación y hemos tratado de trasladar esos valores a nuestro despacho. Queremos la excelencia profesional, pero también la excelencia para nuestro equipo y que tenga calidad de vida, que es algo que las generaciones actuales demandan.

Esa visión femenina ha sido clave en nuestra estrategia para captar y mantener talento. Somos dos socias y un socio, Pablo Mallo. Somos mayoría mujeres.

Están especializados en fiscalidad y atracción de inversiones internacionales. ¿Con qué tipo de empresas contactan?

El perfil de nuestros clientes es el de una multinacional que viene a Málaga a instalarse y necesitan un despacho que sepa de tratamiento internacional. Son empresas grandes fuera de España, pero lo que montan en España es más pequeño y facturan, por ejemplo, entre uno y cinco millones de euros. Trabajar con una Big Four no les cuadra y tampoco un despacho local tradicional. Nosotros estamos en medio para cubrir ese nicho de mercado.

Diouri creó MDG Advisors con 30 años.

Diouri creó MDG Advisors con 30 años. Angel Recio

¿Por qué quieren venir a Málaga esas empresas?

Estamos en la revolución del poder del trabajador. En el ámbito tecnológico el empleado tiene poder, en el sentido de que hay empresas que se pelean por él. Esas empresas buscan calidad de vida para sus empleados porque ya están muy bien remunerados, paquetes de beneficios… Lo tienen prácticamente todo. Atraerlos solo por dinero es más complicado y menos sostenible en el tiempo.

Las empresas tecnológicas quieren atraer a sus empleados por la calidad de vida y eso es lo que vende Málaga. El clima es fundamental. Tener 350 días de sol al año no se ve prácticamente en ningún país de Europa. Por otra parte, geográficamente estamos muy bien situados, es un país seguro, el transporte funciona, el aeropuerto de Málaga tiene muchas conexiones internacionales…

¿Se pagan muchos impuestos en España o somos competitivos?

El marco europeo es bastante estándar. Es verdad que muchas veces la gente se queja porque a nadie le gusta pagar o tributar en exceso. En IRPF o impuesto de sociedades hay diferencias entre países, pero no es especialmente poco ventajoso en España.

Hay ciertas reminiscencias en España como el impuesto de patrimonio, que prácticamente no existe en toda Europa. Solo en Noruega y están hablando de quitarlo.

En impuesto de sociedades hay otros terrenos más ventajosos como Irlanda o Luxemburgo, pero España tiene muchas connotaciones ventajosas a nivel fiscal. Los dos primeros ejercicios, por ejemplo, se tributa un 15% en sociedades. O los ejecutivos que cobran hasta 600.000 euros pueden tributar al 24% durante 5 años con la Digital Nomad. No estamos tan mal.

Miriem Diouri con sus socios Leticia Cayuela y Pablo Mallo.

Miriem Diouri con sus socios Leticia Cayuela y Pablo Mallo. Angel Recio

Se hacen comparativas con otros países o incluso entre comunidades autónomas, que se acusan unas a otras de dumping.

Es cierto que en España, como hay muchas competencias delegadas a las comunidades autónomas, hay diferencias entre territorios y es algo difícil de entender. No tiene sentido que sea mucho más caro morirse en Asturias que en Madrid.

Ha comentado antes los aspectos positivos que ven las empresas internacionales para implantarse en Málaga. ¿Cuáles son los negativos?

El cliente internacional demanda transparencia y rapidez y muchas veces se queja de la burocracia, que es excesiva, y de los plazos. Abrir una empresa en Inglaterra es un proceso automático que se hace prácticamente en cinco minutos online y en España lleva sus pasos. Aunque cada vez hay más procesos que se están digitalizando y estandarizando para atender a ese cliente internacional.

En general, nuestros clientes están muy satisfechos de estar en España y Málaga en particular es un destino idílico para invertir y para vivir. El único peligro de Málaga es que con la prosperidad y con el crecimiento llegan también los desafíos.

Los desafíos son los que todos conocemos. El precio de la vivienda, que cada vez está más elevado y nos afecta a todos. Una cosa muy importante es que tenemos que proteger nuestra identidad, la identidad de Málaga. Tenemos que saber que, en un origen, todas esas empresas vinieron buscando calidad de vida y una identidad local en Málaga.

Si perdemos esa identidad quizás también podemos perder el interés de las empresas. Cuando se viaja se ve que se repiten las tiendas en todas las ciudades y es difícil luchar contra eso, pero hay que intentar preservar la identidad de los territorios para preservar su atractivo.