Muere un hombre ahogado en la playa de Venus de Marbella (Málaga).
17 personas murieron ahogadas en Málaga en 2024: son siete más que el año anterior
Málaga es la provincia de Andalucía donde más ha crecido la cifra respecto a 2023, seguida de Almería, donde subieron de los 9 a los 13 ahogamientos.
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2024 ha sido un año negro en los espacios acuáticos de Málaga. Un total de 17 personas han perdido la vida ahogados en la provincia en los últimos doce meses, lo que supone un aumento de siete respecto al año anterior. Se trata de la provincia andaluza donde más han crecido los ahogamientos, aunque no la que más.
Así lo reflejan los datos de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, que ha realizado un año más su Informe Nacional de Ahogamientos (INA). Todos los ahogamientos que se recogen en este documento no tienen intencionalidad, es decir, que ni se recopilan los que ocurren en movimientos migratorios o suicidios, que harían que el número aumentara considerablemente.
Málaga, a la cabeza de Andalucía
Con 17 ahogamientos, Málaga es la segunda provincia donde más ahogamientos han tenido lugar en Andalucía durante el pasado año solo tras Cádiz, con 18. Le sigue de cerca Almería, con 13. Completan el listado por orden Sevilla y Granada, con 6; Huelva, con 5 y Córdoba, con 3. En Jaén no se ha producido ninguno este pasado año.
Andalucía, una vez más, se ha convertido en la región española con más accidentes de este tipo ha registrado, cuatro más que en 2023. El portavoz de la RFESS Francisco Cano insistía hace unos meses en EL ESPAÑOL de Málaga sobre la importancia de resaltar que hay "una falta de concienciación previa a la llegada del verano", pues a partir de Semana Santa muchas personas acuden a los espacios acuáticos. Además, hay que poner el foco sobre los colectivos vulnerables, como las personas mayores y los menores de edad.
Casos reales
Poner identidad a los ahogamientos es crudo, pero ayuda a entender la magnitud de un simple número. Entre los ahogamientos que trascendieron en la prensa figuran el de un joven de 21 años que falleció el pasado 18 de mayo en una piscina de Fuengirola, el de un joven de 32 años que perdía la vida en el Peñón del Cuervo después de saltar desde una roca el 8 de junio o el del anciano de 82 años que moría ahogado en una playa de Torre del Mar en agosto.
Pero, sin duda, uno de los que más trascendió fue el de la niña de tres años que fallecía ahogada en una piscina de Torrox el pasado mes de octubre. Mejor suerte tuvo un pequeño de 5 en Benahavís, que salvó su vida cuando fue rescatado por otro bañista que se encontraba en la piscina municipal milagrosamente y que le atendió hasta la llegada de los servicios sanitarios.
Cuidado con los niños
El Ministerio de Sanidad ha emitido una serie de recomendaciones para padres con el objetivo de garantizar la seguridad de los niños en entornos acuáticos, tanto en la playa y la piscina como durante el baño en casa. Recuerdan que los bebés pueden ahogarse con una cantidad mínima de agua, incluso con apenas dos centímetros, por lo que enfatizan la importancia de no dejar nunca a un menor solo en el agua.
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Uso de chaleco salvavidas: Para los niños que no saben nadar, Sanidad recomienda el uso de chalecos de flotación al bañarse o al practicar deportes acuáticos.
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Atender las banderas de seguridad: Es vital enseñar a los menores el significado de las banderas en las playas. La amarilla indica que el baño es posible con precaución y con el agua hasta la cintura, mientras que la roja prohíbe el acceso al mar.
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Seguir las indicaciones de los socorristas: Respetar sus instrucciones es clave para evitar riesgos.
Estrategias para la vigilancia
Sanidad también destaca la importancia de mantener la conducta A.V.A.:
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Advertir cualquier situación de riesgo.
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Valorar el peligro antes de actuar.
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Adoptar una actitud segura en todo momento.
Además, expertos recomiendan aplicar la regla del 10/20: mirar al agua cada diez segundos cuando hay niños dentro y mantenerse a una distancia que pueda recorrerse en menos de veinte segundos. En el caso de bebés, se sugiere que el cuidador se mantenga a una brazada de distancia para reaccionar rápidamente ante cualquier incidente.
Estas medidas pueden marcar la diferencia en la prevención de accidentes y garantizar un disfrute seguro del agua para los más pequeños.