Era un día de trabajo cualquiera. Los policías locales Fidel Rubio y Andrés Plaza regulaban el tráfico a la salida del instituto Los Montecillos de Coín. Sobre las 15.00 horas, una llamada cambió sus planes: los compañeros de la central les avisaron de un incendio en un diseminado rural de la localidad. Su única guía eran unas coordenadas. “Estábamos a cinco minutos de la vivienda, fue un tiempo clave”, recuerdan los agentes.

Una vez allí, divisaban humo saliendo de la casa. El portón de la finca estaba cerrado, con un cajetín con combinación numérica en el que se encontraba una copia de las llaves de la vivienda, según les había informado el 112. "Decidimos romper el cajetín para poder actuar rápido, no funcionaba la clave que nos habían dado", explican.

Cuando se acercaron a la vivienda, comenzaron a oír gritos de "Help, help!" en el interior. "Abrimos la puerta y no se veía nada, estaba todo lleno de humo. Tuvimos que orientarnos por su voz para conseguir encontrar a la persona atrapada", cuentan los policías, que hallaron a una mujer mayor tumbada en la cama de una de las habitaciones de la vivienda. "La sacamos fuera de la casa rápidamente, estaba ahogándose. Todas las ventanas de la casa estaban cerradas", recuerdan.

Una vez a salvo, la mujer, de 84 años y nacionalidad británica, alertó a los policías (en inglés, ya que no habla español) de que sus dos gatos seguían dentro de la casa, según cuentan los agentes. "Al estar todas las ventanas cerradas, los animales no habían podido escapar. Volvimos a entrar y los rescatamos".

Con todos los moradores sanos y salvos, los policías comenzaron a sofocar el incendio mientras esperaban a los bomberos. "Todo pasó en cuestión de 10 minutos. Ya habíamos actuado en rescates, pero nunca tan a contrarreloj". 

El incendio se originó en el salón de la vivienda, concretamente en la chimenea, de la que se había desplazado un trozo de leña ardiendo que cayó debajo del sofá, tal y como señalan los policías. "Con una manguera del jardín comenzamos a apagar las llamas".

Estado en el que quedó la vivienda.

A los pocos minutos llegaron los bomberos, que terminaron de ventilar la vivienda. La mujer fue trasladada al hospital, sin heridas graves. "Nos vino a visitar dos días después con su hija, que había venido desde Reino Unido, y nos agradecieron mucho la actuación. Para nosotros fue una satisfacción enorme poder salvarla", cuentan los agentes.

Con más de 20 años de experiencia a sus espaldas, el conocimiento del terreno fue esencial en la actuación. Ambos son de Coín, por lo que se desenvuelven bien en este municipio malagueño que cuenta con numerosas zonas rurales. "Son muchas decisiones que tienes que tomar en milésimas de segundo. Estamos muy orgullosos de que todo haya salido bien".